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Para el antropólogo e historiador Claudio Lomnitz (Chile, 1957), la sociedad ha sufrido de cambios profundos en los últimos 30 años, los cuales tienen que ver con una transformación acelerada en los modos de vida de las personas, que cada vez tienen mayor acceso a nuevas tecnologías y que van mutando las definiciones de conceptos básicos y elementales como estado, política, arte, cultura, vida y muerte.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Lomnitz reflexiona sobre los cambios acelerados en la sociedad, y afirma que la violencia es un factor que afecta al mundo y lo trastoca continuamente. También expresa que es necesario crear nuevas metodologías para entender lo que pasa en la sociedad.
“Es necesario partir de un diálogo con los conceptos que ya tenemos, a veces, ante situaciones nuevas, salen temas olvidados, que vuelven a cobrar relevancia, autores que habían pasado de moda y vuelven a tener relevancia, debemos tener ese dinamismo con los conceptos ya hechos, ese dinamismo es necesario para crear lo nuevo, para las nuevas metodologías”, apunta.
Sin embargo, señala el investigador, las herramientas para explicar los fenómenos sociales como la violencia, la desaparición forzada, el crimen organizado y la pobreza deben provenir de discusiones profundas y especializadas.
“Soy partidario de tener diálogos internos con disciplinas profundas, y a partir de esos diálogos cruzar a otros lados, inventar nuevos conceptos, hacer lo que haga falta, pero conociendo bien los campos de estudio”, abunda.
El también miembro de El Colegio Nacional aborda el concepto de la muerte, y explica que en los contextos actuales donde grupos criminales asesinan a gente joven y son los padres quienes entierran a sus hijos, y no viceversa, la muerte adquiere otros significados y cambia las tradiciones.
“Estos nuevos procesos de muerte claro que no son naturales. Nos muestra cómo van cambiado el sentido de algunas tradiciones, en este caso el entierro o el propio Día de Muertos, ante los hechos históricos. Día de Muertos ha cambiado mucho, a lo largo de diferentes procesos cambia este día, responde a lo que atraviesa a la sociedad”, refiere.
Lomnitz detalla que el sentido de la muerte siempre ha cambiado. “Las tradiciones tienen una relación tensa por el proceso histórico, no es una relación armoniosa, eso se notó, por ejemplo, en la Revolución. Al revisar la prensa encontré que los Días de Muertos en ese periodo no eran relevantes, y era un contexto sumamente violento”, expresa.
Lo más grave, apunta el antropólogo, es que en el contexto actual —donde a diario muere gente joven— se rompe la idea de sucesión. “Si se nos están muriendo los hijos y no los padres, si los padres entierran a los hijos, se rompe con la idea de sucesión, de una sucesión natural, eso implica una crisis social muy profunda”, reflexiona.
Lomnitz refiere que hay estudios en México que han revelado que en algunos pueblos azotados por el crimen organizado ya no quedan jóvenes. “Hay sitios en el país donde los viejos cuidan los panteones, donde prácticamente los jóvenes desaparecieron, porque los mataron o porque se fueron, son espacios donde ya no se celebra la muerte, donde se pierden las tradiciones que son características de México”.
Lomnitz, quien ha investigado ampliamente el tema de la desaparición, apunta que un fenómeno así es sumamente doloroso para los involucrados, ya que no permite el proceso natural del duelo.
El historiador apunta que la violencia ya trastocó el trabajo de campo de los científicos sociales, por lo que las instituciones deben trabajar más en la creación de protocolos de actuación para atender este tipo de casos. “La violencia afecta a la investigación y al periodismo. Se crean zonas de silencio, que quitan la libertad de investigar e informar. Este tipo de casos deben de discutirse desde los programas de estudio, hacer como si no pasa nada es peligroso”.