De los creadores de “Hazme gratis los diseños de los libros de texto”, llega “Regálame la orquestación de una pieza de piano”. La Secretaría de Cultura, a través del INBAL, le hace segunda a la SEP y también le apuesta al sentimiento de la nación, al amor al arte, a la austeridad republicana y lanza convocatoria para Concurso de Orquestación de la Obra Para Piano “Noche de la Independencia”, de la compositora Concepción Manrique de la Lara y Ramos. ¿Y en qué consiste? Ah, pues en algo retefácil: hacer la orquestación que se ajuste a la plantilla de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes; para decirlo en términos llanos, se pide versionar la obra para que sea tocada por violines, violas, chelos y contrabajos, y ya encarrerados también para flauta, oboe, clarinete, fagot, corno, timbales, arpa y teclado. ¿Y cuál es el premio? ¡Un diploma y el honor de que su trabajo se interprete! Por cierto, si el ganador no es de la Ciudad de México y quiere estar en el estreno que será en el marco de los festejos por los 200 años de la Independencia de México, los gastos corren por su cuenta. La convocatoria ha generado una ola de burlas en la comunidad que pregunta a los organizadores si la nieve la van a querer de limón.
Regreso a BA sin bombo ni platillo
La reapertura de la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes estuvo a punto de no suceder por diferencias, entre autoridades y trabajadores, sobre la vigencia de protocolos. El Museo reabrió en septiembre, se dijo que contaban con todos los lineamientos sanitarios. En octubre se fijó la fecha para levantar el telón del teatro y se aseguró que los protocolos habían sido de nuevo revisados. Sin embargo, de última hora, se avisó que siempre no habría público porque el semáforo seguía en naranja. La razón no fue del todo clara. El 19 de mayo dijeron que ahora sí reabriría con una gala, pero no hubo mayor difusión. ¿No querían que llegara más gente y hubiera molestias si se quedaban fuera? Pues lo lograron. La capacidad permitida no se llenó. El 20 de mayo corrió la versión de que otra vez se pospondría. El 19 inició un conflicto con los trabajadores: alegaban premura y que no se había realizado una actualización de los protocolos ni se había hecho una visita de inspección por parte del Comité de Higiene y Salud, órgano interno con autoridad para revisar los protocolos. También alegaron que a la reunión no se había presentado el presidente de dicho Comité, que es también el subdirector general administrativo del instituto. El INBAL, por su parte, dijo que sí había condiciones para recibir público y acusaron a los trabajadores de cerrarse al diálogo. Al final hubo concierto y también protesta de los trabajadores quienes advirtieron al público que la Sala Principal no era espacio seguro. Ambas partes esgrimen ser responsables y que la prioridad es la salud de todos. Entonces, ¿por qué tanto problema? Ya ni hablar del programa somnoliento y poco atractivo que eligieron. En suma, el gran reinicio de la actividad musical —que no mereció la presencia de la directora del INBAL—, fue triste, tristísimo. Para el regreso a clases, nos cuentan, se prevé un jaloneo similar. ¿Lograrán dialogar? Más vale. El tema es muy serio.