Nacidas en contextos distintos, con luchas desde ámbitos diversos, con armas como la cultura, el arte, la justicia, la tecnología, las tradiciones o los negocios diez mujeres: Vivir Quintana, Mia Nygren, Marcelina Bautista, Gina Diez Barroso, Alondra de la Parra, Olimpia Coral, Melogaby Vargas, Altagracia Gómez, Kenya Cuevas y Eufrosina Cruz, tienen en común ser mujeres muy trabajadoras, creativas y luchadoras, que no sólo han sobresalido en lo personal, sino que han dado una lucha desde sus y trincheras para beneficio de otras mujeres y con perspectiva de género.
Estas diez mujeres conversaron con la periodista Paola Rojas y esas entrevistas que dan cuenta de sus historias de vida, de trabajo y de lucha, las ha reunido en su libro “Líderes y aliadas”, publicado por VR Editores, con la certeza de que pueden resultar inspiradoras para otras mujeres, como lo fueron para la propia colaboradora de EL UNIVERSAL.
“Estas mujeres son muy distintas, con orígenes efectivamente muy diferentes, pero que comparten esta convicción de que la realidad puede ser mejor y no solamente tienen esa convicción, sino que trabajan en ello todos los días, es por eso que las elegí, de alguna manera son mujeres que se convirtieron en mis maestras de vida por las herramientas que usaron para levantarse de las caídas, por su solidaridad con otras mujeres, porque saben ser aliadas, porque saben transformar la realidad”, señala Rojas.
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La periodista asegura que estas diez historias muestran, por ejemplo, los esfuerzos inmensos que hacen las mujeres cuando deciden ser madres en un mundo que no está todavía diseñado para que la maternidad sea compatible con la vocación profesional. “La verdad es que lo que busco con estas conversaciones es acercar a muchas más personas esas lecciones que me dieron a mí estas grandes mujeres”.
Son mujeres que no solamente confían en el cambio, sino que lo impulsan, y, pero además son un mosaico muy diverso de realidades, hay desde historias de mujeres que crecieron en comunidades indígenas en las que no podían ni alzar la voz, hasta mujeres segregadas y discriminadas, pero también mujeres que nacieron en contextos, no solo económicos, sino sociales muy privilegiados y que han luchado por otras mujeres.
Paola Rojas dice que más allá de cuál es tu punto de partida, todas estas mujeres se esforzaron y se siguen esforzando por avanzar y por no avanzar solas, o sea, eso es lo que las define o lo que tienen en común a pesar de ser tan distintas, que no avanzan solas que no propician cambios para sí mismas, sino que colectivo.
“Yo creo en el enjambre. A mí me gusta avanzar juntas, me gustas tejer en colectivo, que es lo que hacen estas estas mujeres, con muy distintas realidades, unas más adversas que otras, pero todas abrazan ese objetivo de construir una realidad mejor”, asegura Paola, Rojas, quien no pierde de vista nunca que lo hacen en un México que sigue siendo brutal para las mujeres y muy violento.
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“Es brutal lo que ocurre en México. La cantidad de mujeres asesinadas en México y violentadas de distintas maneras es tremendo, aquí se siguen casando a niñas en las comunidades indígenas, así de así demencial y de brutal es la realidad todavía de muchas mujeres; pienso en las madres buscadoras, pienso en las mujeres violentadas, en los refugios cada vez con menos presupuesto. En el mundo hay mucha violencia en contra de las mujeres, pero en México lamentablemente, se suman factores muy duros”, afirma.
Dice que por un lado está el contexto de violencia impune, el crimen organizado y el desorganizado que está presente por donde quiera que se mire, sumado a una herencia machista deplorable, “todos esos ingredientes dan como resultado una realidad particularmente adversa para las mujeres en este país y por lo tanto pues más toca trabajar, yo digo que podemos asustarnos y que el temor no es paralice o que al contrario se convierta el motor para mejorar esa realidad, para cambiarla para bien”.
Justo sobre las mujeres que están en cargos de toma de decisión, para Paola Rojas representa un cambio relevante, “lo menos que espero de esas mujeres es que gobiernen con perspectiva de género. Tampoco quiero incurrir en esto que nos ocurre a muchas en todos los ámbitos, de que siempre por el hecho de ser mujer se le exige más y se espera más y que haga mucho poco y que casi casi sea no solo eficiente sino maga, tampoco quiero caer en eso que pues que es injusto que es absurdo y que es muy misógino, pero sí, por supuesto plantear que lo menos que espero de una gobernante mujer es que gobierne con perspectiva de género”, concluye.
melc