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Sergio González Rodríguez sentenció que “Después de Carlos Velázquez, la literatura del norte hacia el futuro ha comenzado a ser otra cosa”. Y es una sentencia viva. El narrador nacido en Torreón, en 1978 ha vuelto al cuento y propone un libro arriesgado en La efeba salvaje.
“De todos mis libros es en el que más he arriesgado”, asegura en entrevista el narrador quien se siente feliz de haber apostado y arriesgado en su tono, estructura y abordaje de los cuentos que confo rman este libro que ha sido publicado por Sexto Piso. “Lo que me propuse fue tratar de conformar un libro un poco ecléctico, con cuentos que son muy de mi estilo y eso me ayudó a no ponerme ninguna limitante. Siento que funcionan muy bien en conjunto”, asegura el autor de La biblia vaquera.
Su interés con este nuevo libro que mantiene el humor corrosivo del que ha hecho su sello personal, era ensayar nuevos registros. “Empecé estos cuentos porque estaba estancado en una novela, empecé a sentirme mal incluso físicamente y dije ‘tengo que escribir algo para salir de este estado de ánimo’ y decidí escrcribir algo como al principio, cuando nadie esperaba nada de mí, quería escribir y divertirme”.
Es así que en su cuarto libro de relatos, Carlos Velázquez escribe desde una mirada despiadada y delinea a personajes como la Barbie Moreno, que da el clima en una televisora y que entra en desesperación; un ánimo marca el corazón de La efeba salvaje. “Cuando escribí el cuento que le da título al libro me di cuenta que ese cuentista que había comenzado a escribir las historias hace casi diez años todavía estaba en mí y que tenía que seguir cultivándolo. Poco a poco fui eligiendo los personajes, todos son ficciones pero tienen un ancla en la realidad”, señala.
En los seis relatos que conforman el libro la traición se revela como uno de los males que rigen nuestro tiempo. Ahí está un hombre adicto a la cocaína y las apuestas que encuentra consuelo en una heredera decadente; está también la historia de Stormtrooper, el hijo de Carmela; o Alberto tan oscuro como su realidad.
“Estos cuentos surgieron como un bloque, y es tal que casi estoy por concluir un nuevo libro de relatos, pero además, la novela en la que estaba bloqueado, saldrá en 2018”, afirma el narrador mexicano.