Más Información
No cesaremos ni nos rendiremos en nuestro llamado a la paz y justicia: Iglesia; pide ser persistentes en exigencia
Con reformas laborales, expertos ven estrategia de Morena; van a fortalecer su número de simpatizantes
Alito Moreno se reúne con familiares de prisioneros de Israel en Marruecos; pide su liberación antes de Navidad
SEP debe informar sobre objetos peligrosos en revisiones escolares: Inai; violencia escolar ha ido en aumento
En el Auditorio Lucio Mendieta de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se presentó el libro "La larga marcha hacia una regulación de calidad en publicidad oficial en México", con la participación de Raúl Trejo Delarbre, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales, Jesús Cantú Escalante, director de Estrategia de la Coordinación de Comunicación Social de la Oficina de la Presidencia de la República, y Jacqueline Peschard, coordinadora del Seminario Universitario de Transparencia, así como de la mencionada obra.
Trejo Delarbre se refirió al acuerdo del Presidente de la República en el que se establece la política de comunicación social para la regulación de la publicidad oficial, dado a conocer en Palacio Nacional el pasado 17 de abril.
“Es importantísimo que, según el artículo siete de ese acuerdo, ya esté prohibido usar publicidad oficial para presionar, castigar, premiar, privilegiar o coaccionar a los comunicadores o a los medios de comunicación. Lo que no sé es cómo le hará el actual gobierno federal para que su publicidad no sea utilizada de la manera en que ya se encuentra vetada, porque toda entrega de dinero a cambio de la difusión de una publicidad es un privilegio para el medio de comunicación que lo recibe. ¿Cuáles son las normas para fijar la equidad y la imparcialidad, y para abatir la discrecionalidad? No lo sé, no las hay, al menos hasta ahora.”
En su oportunidad, Cantú Escalante comentó que en el mencionado libro se señalan claramente los principios postulados por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Por supuesto, se trata de los principios que deben regir la distribución de los recursos que se destinen a la publicidad oficial; en ese sentido son una guía muy clara que nadie puede obviar ni omitir.”
Asimismo, el funcionario gubernamental indicó que no puede haber democracia si no hay un sistema mediático fuerte, autónomo y que recree la diversidad y la pluralidad de la sociedad.
“Es decir, mientras no podamos tener en México un sistema mediático con tales características, la democracia estará coja, padecerá un gran déficit y, obviamente, no saldremos del pantano en el que nos hallamos sumidos.”
Peschard apuntó que el libro La larga marcha hacia una regulación de calidad en publicidad oficial en México es producto del seminario internacional “Libertad de expresión y publicidad oficial”, organizado en marzo del año pasado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional.
“El objetivo de ese seminario era discutir un tema clave en nuestro proceso democrático: la relación entre el poder y los medios de comunicación. En esta relación, que ha sido muy perversa, los recursos públicos en los medios de comunicación no sólo han servido para que se ejerza control sobre éstos y se orienten sus propias líneas editoriales, sino también para que la calidad del periodismo que se practica en México deje mucho que desear.”
Finalmente, Peschard dijo que en el Seminario Universitario de Transparencia se tiene la convicción de que en la medida en que la información de la asignación de recursos públicos a los medios de comunicación sea accesible y consistente, y se vaya actualizando, los ciudadanos podrán elevar el nivel de exigencias sobre el tema de la relación entre el poder y los medios de comunicación.