cultura@eluniversal.com.m

Jamás, nadie (Alfaguara), la nueva novela de la escritora Beatriz Rivas, relata la terrible matanza de la comunidad china en Torreón, acontecida en 1911 y la difícil búsqueda de Mía, el personaje de esta historia, por reconectarse con ese trágico pasado a través de la figura de su padre, sobreviviente de aquella masacre.

La autora platicó con EL UNIVERSAL sobre los sentimientos que despertó en ella este suceso oscuro de la historia de México y cómo se enlaza con la violencia hacia los migrantes alrededor del mundo.

“No puede ser posible que sigamos siendo un país tan racista y clasista”, aseguró la escritora al describir el proceso de recuperación del pasado que significa Jamás, nadie. “Yo creo que la búsqueda en el pasado es necesaria. A un país que no conoce su historia le cuesta trabajo avanzar. Debemos reconstruirnos como sociedad. Quizás Trump nos está dando la oportunidad de rehacernos como país. Son los momentos climáticos como la lucha contra Trump o lo que pasó con los sismos los que sacan lo mejor de nosotros. Y si lo sacan, es porque ahí está”.

En Jamás, nadie también hay una búsqueda de identidad, de pertenencia que, según la autora, es un problema que aqueja a los migrantes y a sus descendientes: “Ellos se sienten rechazados en muchas formas. Un ejemplo está en las pasadas elecciones en Estados Unidos: gran parte de los que votaron por Trump son hijos de migrantes que tal vez necesitan un sentimiento de pertenencia porque no quieren ser rechazados. Mía es la encarnación de ese problema, de no saber de dónde viene. No puedes saber quién eres si no sabes de dónde viene tu familia”, explicó.

Problema actual. Para escribir Jamás, nadie, Beatriz Rivas enfrentó problemas en su investigación que no la dejaron indiferente: “Hay muy pocas cosas sobre esta matanza. Incluso hay gente que lo sigue negando. Eso hizo que me cargara de indignación. Sobre todo porque, mientras escribía esta novela, revisaba los periódicos para encontrar noticias sobre migrantes y fue cuando sentí una indignación histórica y una indignación por el presente. En realidad, la matanza de Torreón sólo fue un pretexto para hablar de lo que está pasando en todo el mundo hoy en día”.

La autora tuvo claro desde el principio lo importante que era para esta novela una perspectiva crítica de la sociedad mexicana. “Mi intención siempre fue alzar una voz contra la intolerancia, el racismo y el clasismo en México. Porque, ¿qué tan diferentes somos de Estados Unidos? Nos quejamos de cómo tratan a los mexicanos allá, y con toda razón, pero no vemos cómo tratamos a nuestros indígenas aquí. O a los centroamericanos que pasan por nuestro territorio tratando de llegar a Estados Unidos: los matamos y esclavizamos. Somos víctimas pero también somos parte del problema”, sentenció.

La matanza de Torreón es, incluso hoy, un suceso que representa muy bien la manera en la que el gobierno ha escondido la verdad a la ciudadanía. La escritora explicó que “es terrible que el Estado sea el dueño de la verdad histórica desde hace mucho tiempo. En México barremos la basura y la escondemos debajo del tapete. No nos gusta reconocer nuestros errores”.

Para Rivas, Jamás, nadie llega en el momento preciso: “Mi novela está llegando en un momento trágicamente perfecto. Con Trump y sus muros, con esta involución que exacerba el racismo y la intolerancia… pero pudo haber llegado en el momento perfecto desde hace años porque hay periodos históricos en los que hemos evolucionado favorablemente y luego retrocedemos de nuevo”.

Sobre lo que lo que desea dejar en el lector con este libro, Rivas comentó: “Quisiera que mi novela invitara a reflexionar sobre lo que está pasando. Me siento responsable de esta tragedia como mexicana, de que no hemos aceptado la verdad ni hecho algo al respecto. Espero que la gente haga conciencia sobre lo que pasó en Torreón y sobre lo que pasa todos los días en el mundo”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses