La publicación en 1988 de “ Un viejo que leía novelas de amor ”, convirtió al chileno Luis Sepúlveda en uno de los escritores latinoamericanos más leídos en todo el mundo. La novela que ha sido traducida a más de 60 idiomas, logrado ventas millonarias y llevada al cine con guión del propio Sepúlveda, bajo la dirección de Rolf de Heer, le abrió el mundo a este escritor que esta mañana falleció en España por complicaciones de Covid-19 .

Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949), fue escritor y periodista. Estudió producción teatral en la Universidad Nacional y en 1969 recibió una beca escolar para estudiar en Moscú, ya por esa época trabajaba en el departamento de cultura en el gobierno de Salvador Allende ; tenía a su cargo una serie de ediciones económicas de literatura clásica.

Fue desde muy joven un viajero constante, estuvo en Oslo y en Barcelona, en Quito y recorrió la selva amazónica y el desierto del Sahara; y también mantuvo un compromiso político. Tras el golpe de Estado a Salvador Allende estuvo en la cárcel durante la dictadura de Agusto Pinochet ; fue liberado gracias a la intervención de Amnistía Internacional ; y pronto comenzó a recorrer América Latina hasta llegar a Europa donde se exilió y donde publicó la mayor parte de sus obras.

Entre 1977, cuando decidió dejar Chile rumbo a Suecia, hasta 1992, que publicó “Un viejo que leía novelas de amor”, Luis Sepúlveda recorrió el mundo, vivió grandes aventuras y tuvo los más distintos trabajos.

En Suecia iba a enseñar literatura española, pero se quedó en Buenos Aires, de donde se fue a Uruguay, luego pasó por Brasil y luego Paraguay, siempre en tiempos de dictaduras que lo echaban por su ideario político.

Se quedó un tiempo en Quito, Ecuador; donde dirigió el teatro de la Alianza Francesa y empezó una compañía teatral; pero más tarde se sumó a una expedición de la Unesco para observar el impacto de la colonización en los indígenas shuar; vivió con ellos varios meses y trabajó con las organizaciones indígenas para hacer un borrador del primer plan para la alfabetización de campesinos Ibambura, en los Andes.

En el 1979, se unió a la brigada internacional Simón Bolivar que luchaba en Nicaragua. Tras la victoria de la revolución trabajó como periodista, una labor que realizó a la par de la literatura; el periodismo lo llevó a Alemania; trabajó con Greenpeace , estuvo en las embarcaciones y en las oficinas de esta organización internacional.

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A partir de 1993, Tusquets Editores comenzó a publicar su obra; bajo ese sello tiene la célebre “Un viejo que leía novelas de amor”, una obra nacida de su experiencia con los indios shuar en la selva ecuatoriana; a ella le siguieron otras novelas como “Mundo del fin del mundo” y “Nombre de torero”; el libro de viajes “Patagonia Express”, y los libros de relatos “Desencuentros”, “Diario de un killer sentimental”, “Yacaré” y “La lámpara de Aladino”.

Su novela más reciente, “El fin de la historia”, significó el retorno de Sepúlveda a la novela negra que había emprendido en 1994 con “Nombre de torero”, con la que volvió a su protagonista Juan Belmonte, pero esta vez lo metió en una investigación a la manera de Chandler.

Con “Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar” (1996), Luis Sepúlveda se convirtió en un autor clásico vivo para muchos jóvenes y para muchos estudiantes que lo han leído.

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Su lenguaje directo, de historias de rápida lectura y cargadas de anécdotas, su compromiso con el medio ambiente, vuelven a la obra de Sepúlveda una gran aventura que en la profundidad son una denuncia del desastre ecológico que afecta al mundo y critican el egoísta comportamiento humano, pero también muestran y exaltan las más maravillosas manifestaciones de la naturaleza.

El éxito de sus novelas, las ventas millonarias que varias de ellas alcanzan y su poco de deseo de regresar a Chile, le valieron diversas críticas. Su carrera literaria está más afianzada en España, y en Europa, en general, que en su país y en América Latina.

Varios de los más de 30 libros que escribió fueron llevados al cine por varios directores, en varios de los guiones participó el propio autor de otros libros como “Historia de un perro llamado Leal”, “Historia de un caracol que descubrió la importancia de la lentitud” e “Historia de una ballena blanca”, publicada apenas el año pasado.

En 2005 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad del Sur Toulon-Var , Francia y también por la Universidad Carlo Bo de Italia . Fue profesor invitado a la Universidad Internacional Méndez y Pelayo de Santander y distinguido con la beca para la promoción Literaria en Hamburgo; recibió varios reconocimientos, entre ellos el Premio Casas de Las Américas (1969) y el Premio Rómulo Gallegos (1978); y sobre todo, acumuló millones de lectores.

fjb

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