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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
A dos meses de la muerte de Sergio Pitol, que se cumplen justo hoy, hay asignaturas pendientes en cuanto a su obra. La biblioteca personal que supera los 12 mil volúmenes y que fue donada por el escritor a la Universidad Veracruzana (UV), aún no cuenta con un espacio reservado en la biblioteca de esa institución universitaria a la que el Premio Cervantes 2005 estuvo ligado.
La falta de espacio en la Universidad Veracruzana ha llevado a la familia del escritor a pensar en una opción más práctica: crear la Casa Museo Sergio Pitol para que mediante un convenio la residencia del escritor se mantenga en poder de la familia y la Universidad haga de ese espacio una sede alterna a sus instalaciones.
El segundo tema pendiente es la colección Sergio Pitol Traductor; una selección de 30 títulos de autores diversos traducidos por el propio Pitol que la UV comenzó a editar en 2008 y cuya publicación está interrumpida. Hasta ahora han sido editadas 18 obras, y dos títulos más fueron negociados pero no publicados.
Laura Demeneghi, sobrina del escritor fallecido el pasado 12 de abril, asegura que tanto en la colección de traducción como en el destino de la biblioteca personal de Sergio Pitol tiene que ver la Universidad Veracruzana; y en ambos casos aún no hay una definición final. En el caso de la biblioteca no existe un lugar con las condiciones para recibir los libros reunidos por su tío; y en el caso de la colección Sergio Pitol Traductor, la Universidad Veracruzana incumplió con el último contrato.
La semana pasada, Laura Demeneghi visitó la Biblioteca de la Universidad a invitación de la rectora Sara Ladrón de Guevara. En el recorrido, Ana María Salazar, directora general de las Bibliotecas de la UV, le mostró tanto el recinto de colecciones especiales donde no hay espacio para recibir la colección de Pitol, y la parte con estantería abierta, pero tampoco es la mejor opción para mantener el acervo del autor de El arte de la fuga y El viaje.
“Mi papá (Luis Demeneghi) traía un proyecto en mente, habilitar la casa de mi tío como un centro cultural, todavía está en ciernes pero es una idea que podría funcionar porque hay muchas personas que vienen exclusivamente a recorrer las calles donde paseaba mi tío, y sería padre que pudieran hacer un recorrido por la casa; y en ese proyecto a mí me gustaría que entrara la biblioteca, que se adaptara y que sea parte de la Universidad Veracruzana para no sacar la biblioteca porque no hay donde ponerla allá”, señala la sobrina del autor.
En entrevista, Demeneghi comparte este proyecto de convertir la casa de su tío en un sitio multifacético, “al que puedan venir chicos a estudiar, se hagan recorridos, pueda haber charlas, acuda gente que quiera venir a estudiar la obra de mi tío o ciertos libros de Borges o dedicatorias, que tengan la oportunidad de hacerlo”.
Aunque esta propuesta no se la hizo saber a la directora general de bibliotecas de la UV, habrá un segundo encuentro con ella la próxima semana: “Yo le dije ‘también es importante que vayas a casa de mi tío, qué veas cómo está distribuida la biblioteca y con base en eso ver qué se puede hacer’”.
Demeneghi dice que la casa no está en venta, que les gustaría un convenio con la Universidad para que sea un espacio administrado por la UV en vinculación con la familia. “Sería una gran proyección de la Universidad Veracruzana. Lo que la familia quiere es que la biblioteca se quede aquí, que tenga las mejores condiciones y haya alianza entre la familia y la Universidad. La casa se queda tal cual, con algunas modificaciones quizás para que la gente la pueda visitar como una casa museo”, afirma.
Desacuerdo con la UV. Laura Demeneghi dice que la familia nunca ha estado cerrada a vincularse con la Universidad Veracruzana ni se niega a que el nombre de Sergio Pitol siga siendo una fortaleza de la UV, sin embargo sí acusa a la actual rectora de haber agraviado a su tío al no desligarse de quienes, asegura, lo usaron. “Que haya premiado a Rodolfo Mendoza —aunque ya fue destituido—; pero falta que a Nidia Vincent y a Elizabeth Corral se les investigue y se les apliqué el Código de Ética de la Universidad, es una falta grave”.
El desacuerdo podría llegar más lejos. El pasado 3 de mayo, Laura Demeneghi tuvo una reunión con la rectora Sara Ladrón de Guevara y allí acusó a la Universidad por incumplimiento del contrato fechado el 18 de noviembre de 2014 para la edición de dos libros: Diario argentino y Trans-atlántico, autoría de Witold Gombrowicz, de la colección Sergio Pitol Traductor, que implicaba un contrato por 50 mil pesos.
“La colección Sergio Pitol Traductor empieza en 2008, editan 18 libros, necesitaban este último contrato de 2014 para que llegaran a los 20 libros, pero se atraviesan el litigio de la interdicción de mi tío, y aunque se firma el contrato y se comprometen a editar dos títulos, ni los editan ni le pagan a mi tío una factura que si se emitió por 50 mil pesos”, afirma Demeneghi.
Sin embargo, para la familia del Premio Cervantes el contrato fue incumplido y ahora no aceptan continuar con la UV la Colección Sergio Pitol Traductor.
Mientras eso se define, hoy a las 19 horas, en Bellas Artes, se realizará la primera mesa del homenaje. Con el tema “Sergio Pitol, mago de la palabra”, participan Juan Villoro, Jorge Volpi y Laura Demeneghi. El jueves, en la segunda mesa: “Sergio Pitol, el viajero y diplomático”, Antonio Saborit, Philippe Ollé-Laprune y Héctor Orestes Aguilar se reunirán en el Centro Cultural Tlatelolco UNAM.