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Fue en julio de 1968 cuando Pasto verde, la única novela de Parménides García Saldaña (1944-1982) se terminó de imprimir bajo el sello de la Editorial Diógenes, fundada por el escritor Rafael Giménez Siles y el crítico literario Emmanuel Carballo, quien pronto identificó en el libro un giro violento en la literatura mexicana, y en una carta escrita en 1969 al poeta y novelista cubano José Lezama Lima afirmó que se trataba de la obra de “un prosista (a los 24 años) tan viejo como Fernández de Lizardi y en momentos tan joven como un feto a punto de convertirse en niño”.

La publicación formó parte de un concurso por una beca que Parménides no ganó. Sin embargo, con el paso del tiempo, Pasto verde habría de volverse —junto con las novelas Gazapo (1965), de Gustavo Sáinz, y De perfil (1966), de José Agustín— en uno de los pilares de la llamada literatura de “la Onda”, término con el que Margo Glantz definió la literatura mexicana escrita por jóvenes nacidos entre 1938 y 1951, bajo el contexto de la naciente clase media urbana de la Ciudad de México y una sociedad de consumo cada vez más abierta al capitalismo y la globalización.

Medio siglo ha pasado de Pasto Verde y hoy este icónico libro parece estar en el olvido, ya que son pocos los estudiosos que analizan esta obra y otras más del irreverente Parménides García Saldaña.

“Esta fue una literatura que habló del joven, desde el joven, y le dio un lugar central que nunca antes se le había dado para reconocerlo como parte importante de una sociedad, en que podía tener una voz y un voto”, afirma Diana Costales, doctora en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana, autora de la tesis de maestría Entre la tradición y la onda: un estudio desde la palabra en Pasto verde de Parménides García Saldaña.

Aunque ninguneada por los críticos —como otras novelas de “la Onda”—, Pasto Verde, para algunos (entre ellos el mismo José Agustín), fue la obra más radical de ese grupo, que presentaba una historia de corte biográfico, completamente fragmentaria, que trasgredía todo orden gramatical u ortográfico e incluía por primera vez el inglés como parte medular de una narración.

En Pasto verde se cuenta, en primera persona, los vertiginosos flujos de conciencia de Epicuro, un joven escritor, enamoradizo, alcohólico, drogadicto, problemático e irreverente; pero capaz de hacer juicios sobre la literatura y sus intelectuales, la condición política del país y el sistema social represivo de la época, a partir de un sin número de referencias literarias y populares; todo entrelazado por la música de Bob Dylan, los Rolling Stones, y los Beatles, que representaban el espíritu libertario de “la Onda”.

Una vida rodante. Después de Pasto verde, Parménides publicó un libro de cuentos, El rey criollo (1970), con la Editorial Diógenes, en el que continuó con su ácida crítica a la juventud de la clase media mexicana; el ensayo En la ruta de la onda (1974), también en Diógenes, donde analiza ésta y otras expresiones contraculturales; y Mediodía, en la editorial Joaquín Mortíz, un libro de poesía de estilo coloquial con versos sencillos, hechos para ser tocados con blues o rock. De forma póstuma, Top Editores publicó, en 1993, En algún lugar del rock, que originalmente se llama En el callejón del blues y de nuevo abrió el debate en la obra del ondero al presentar cuentos y fragmentos de textos que contrastan con la irreverencia del primer Parménides.

Sumada a la conmoción que pudo haber provocado su obra, la vida de Parménides ha llamado la atención, ya que ésta no se considera lejana de sus ficciones por las anécdotas que se cuentan de él: un joven veracruzano, radicado en la colonia Narvartede la Ciudad de México, gozoso de la música y la literatura, que después de haber dejado sus estudios de Economía en la UNAM partió hacia Estados Unidos para estudiar Letras Inglesas, y donde también tuvo contacto con el mundo bajo del jazz y el blues. A los 22 años regresó México y perdió contacto con la familia, al ser internado en más de una ocasión en hospitales psquiátricos y permanecer en la parranda con sus amigos “rodantes”. Siendo víctima de su propia irreverencia y los malos diagnósticos médicos, comenzó a acentuar sus adicciones y provocaciones violentas a intelectuales, conocidos y familiares, hasta su muerte (19 de septiembre de 1982) a los 38 años, en Polanco, y que según notas póstumas fue por una pulmonía mal cuidada.

Obra poco estudiada. A 50 años de la publicación de Pasto verde, la novela que convirtiera a Parménides García Saldaña en un personaje de culto de la literatura mexicana, EL UNIVERSAL indagó para saber cuál es la condición actual de su legado y la importancia que tiene aún dentro de la literatura nacional.

A pesar de que cada vez hay más interés por el estudio de la obra de Parménides, Diana Costales asegura que hay muy pocos trabajos académicos extensos que la aborden.

“México es conservador y más lento para aceptar aquello que rompa con estructuras. En el ámbito académico siempre se ha centrado en el estudio de los clásicos de la literatura latinoamericana, como Cortázar, Borges, García Márquez, Rulfo y Octavio Paz, que son el establishment. Quizá se estudie parte de la obra de ‘la Onda’, como la de José Agustín y Gustavo Sáinz, que por supuesto innovaron, pero no con esa confrontación tan radical como la de Parménides, vista con mayor fuerza en Pasto Verde, que literalmente es un grito de revolución. En ese entonces se buscaba la libertad dentro del parámetro capitalista, postrevolucionario, católico y de ahí la crítica a todas esas buenas conciencias. Pero Parménides quería ir más allá, porque además de eso estaba criticando la cuestión política y al mismo hipócrita rebelde”.

El hermano del escritor, Edmundo García Saldaña, albacea de los derechos de la obra de Parménides por mandato de su padre, asegura que ha hecho todo lo posible por difundir el trabajo del autor. Ahora está en el proceso de hacer que toda su producción se publique bajo el sello de Editores y Viceversa, del cual es coeditor, junto con la escritora Valetina Tolentino.

En ella han publicado una nueva edición de Pasto verde y En el Callejón del blues. Revisited. Esperan pronto publicar Mediodía y El Rey Criollo, del que editorial Planeta aún tiene los derechos y está por publicar una nueva edición ilustrada.

En una búsqueda telefónica en las librerías El Péndulo, El Sótano, Gandhi y Educal de la Ciudad de México se confirmó que el libro con más existencias es El rey criollo, con 74; seguido de Pasto verde, con 28; En el callejón del blues, 19; y En la ruta de la onda, cinco; mientras que de Mediodía no hay ninguna.

Material inédito. Tolentino afirma que existe bastante material inédito del llamado “Rey de la Onda”, que se encuentra en 20 libretas, con textos, dibujos y recortes, organizados a manera de diarios de distintas etapas, en las que se pueden encontrar anécdotas, menciones y reflexiones con las que pretende realizar un nuevo producto editorial.

“Ahora estamos en la fase de compilación y transcripción de los textos. Sus libretas están plagadas de comentarios y análisis de la Revolución Cubana y la Unión Soviética (porque era un asiduo lector de Marx); reflexiones de pensadores como Franz Fanon, que hablaba de los movimientos de descolonización; y menciones de otros personajes, como Hegel, Sartre, Castro, con lo que demuestra que fue un crítico del ámbito internacional e intelectual de su tiempo. Lamentablemente estos textos no dan para sacar varios libros, pero sí queremos rescatar todos estos elementos con los que definitivamente hizo su literatura”, dice la editora.

Tolentino y García cuentan que también falta por recopilarse el extenso material periodístico —reseñas de bandas como The Doors y Led Zeppelin, ensayos literarios y crónicas de temas varios— que Parménides escribió para revistas, suplementos y periódicos como El Heraldo de México, Excélsior y la revista Pop, que podría dar otras perspectivas de su obra.

En cuanto a las lecturas o evocaciones que se hacen de Parménides García, la cantidad de textos en revistas electrónicas independientes, así como en suplementos y periódicos, son bastante numerosas, por lo general de jóvenes lectores.

Aún hoy aparecen reseñas de sus libros; se escriben semblanzas de su vida y obra en su aniversario luctuoso. Tampoco faltan espacios donde se puedan encontrar versiones electrónicas no autorizadas de algunos libros de la obra de Parménides; esto, reconoce Edmundo García, ha sido un descuido, pero cree también que es un indicador de la trascendencia de la obra de su hermano en el gusto del público.

Sobre la falta de interés de algunos sectores de la academia en la obra de Parménides, dice que él nunca se consideró un intelectual y siempre fue un verdadero outsider. “Confío en que el tiempo y las nuevas lecturas de los jóvenes habrán de ponerlo en el lugar que merece”.

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