Letras

Los tortuosos últimos años

La enfermedad degenerativa que padeció y las disputas entre amigos y parientes marcaron la vida de Pitol desde 2014

Desde 1993, Sergio Pitol residía en Xalapa. Su casa, en la calle Pino Suárez, fue lugar de reuniones dominicales de amigos, para comer, escuchar música y ópera, leer, ver cine y conversar. Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL
12/04/2018 |23:21Yanet Aguilar Sosa |
Yanet Aguilar Sosa
Reportera de la sección CulturaVer perfil

yanet.aguilar@eluniversal.com.mx

Antes de 2009, las palabras se le comenzaron a escapar a Sergio Pitol, pero parecía un problema propio de la edad, sin embargo, ese año le fue confirmado el diagnóstico médico: padecía una afasia primaria progresiva no fluente, una enfermedad degenerativa que le iba robar poco a poco sus capacidades de lenguaje y fue afectando su organismo. A los pocos años, la enfermedad trajo consigo una disputa entre familiares y amigos del Premio Cervantes 2005.

En 2014 comenzaron los años más tristes en la vida del narrador, traductor y diplomático que ayer murió a los 85 años, se gestó allí una de las peleas más sórdidas que marcaron sus últimos años.

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Ese año, el DIF de Veracruz fue designado como tutor interino de Sergio Pitol y éste a su vez nombró como curadoras a dos académicas amigas del escritor: Elizabeth Corral y Nidia Vincent, esto con la anuencia de Karime Macías, esposa del entonces gobernador Javier Duarte.

La disputa entre amigos y parientes del escritor se libró no sólo en los tribunales, se convirtió en un enfrentamiento público. Tras un juicio de interdicción promovido por Luis Demeneghi, primo del autor de El mago de Viena, en diciembre de 2016, el gobierno de Miguel Ángel Yunes le otorgó a la familia la tarea de los cuidados del Premio Cervantes, aunque el DIF estatal mantenía la tutela de Sergio Pitol.

Luis Demeneghi, su primo, y Laura Demeneghi, la hija de éste, emprendieron varios procesos legales, entre ellos el juicio de interdicción y al menos dos denuncias penales por la desaparición de varias obras de arte, así como la Medalla del Premio Cervantes y varios libros, que aseguran, desaparecieron de la casa de Pitol.

Laura Demeneghi dijo entonces que ella ya había interpuesto una denuncia penal contra los que eran responsables de su cuidado. “Ellos saben quiénes son, la denuncia es por negligencia, por manipulación de un incapaz, por robo; esa es otra cosa. Es gravísimo que no hayan entregado una bitácora de todas las cosas de valor que había en esta casa, ¿dónde está la Medalla del Cervantes?, ¿dónde está la Medalla Rulfo?, ¿donde está la colección de plumas fuente de mi tío?, ¿dónde están los cuadros?, ¿dónde están los libros?, hay libros pero no hay un inventario de las cosas. Además de como dejaron de mi tío”, dijo Laura Demeneghi.

Los amigos del autor de Domar a la divina garza y La vida conyugal por su parte, entre ellos Margo Glantz, Alberto Ruy Sánchez, Mario Muñoz, Rodolfo Mendoza, Nidia Vincent, Rebeca Bouchoz y Édgar García Valencia, manifestaron su preocupación porque desde diciembre de 2016 ninguno de ellos había visto a su amigo y mucho menos conocían a ciencia cierta cuál era su situación ni su estado de salud.

En junio del año pasado, EL UNIVERSAL realizó una investigación sobre el estado de salud de Sergio Pitol y sobre la situación jurídica que lo rodeaba. Luis Demeneghi aseguró entonces que su primo se encontraba bien pero se hallaba en la cuarta y última etapa de la “afasia primaria progresiva no fluente”, la enfermedad que le fue diagnosticada en 2009.

Amigos de Pitol, como Elizabeth Corral, Rodolfo Mendoza, Nidia Vincent y Guillermo Perdomo, que convivían con él y eran como su “familia” elegida, fueron acusados por los parientes de haberse aprovechado del escritor y haber abusado de su confianza. A su vez, varios amigos cuestionaban a los familiares por declararlo con incapacidad mental.

Entre 2014 y 2016, la disputa que mantenía a Sergio Pitol en medio de las acusaciones, vivió sus peores momentos. El 7 de mayo de 2016, Confabulario, el suplemento cultural de EL UNIVERSAL, publicó una crónica de Vicente Alfonso, en la que el periodista visitó a Sergio Pitol en su casa de Xalapa. Entonces el escritor caminó, fumó, se dejó fotografiar y mostró varios de sus “tesoros” y “recuerdos” de sus viajes. Esa fue la última sesión fotográfica que un medio de comunicación le hizo al escritor, traductor y diplomático.

Laura Demeneghi ha acusado permanentemente a Rodolfo Mendoza, actual director de Difusión de la Universidad Veracruzana, y a la propia rectora de esa casa de estudios, Sara Ladrón de Guevara, de abusar de la figura pública de su tío.

“Quiero ver un video de mi tío de 2015 a la fecha, sólo fueron fotos... ¿Por qué mi tío nunca hizo un pronunciamiento a favor de la Universidad?, ¿por qué mi tío nunca hizo un pronunciamiento sobre los desaparecidos en Veracruz? Porque mi tío no está bien”, dijo Demeneghi en 2017.

Tras la muerte de Pitol podría continuar la disputa. Quedan las acusaciones de objetos desaparecidos, propiedad de Sergio Pitol; queda en vilo el destino de su biblioteca, que el escritor donó de palabra y en vida a la Universidad Veracruzana.