Más Información
Diputadas celebran a emprendedoras; reconocen a la doctora Araceli Alonso, incluida en las 100 mujeres líderes
Yasmín Esquivel defiende la reforma judicial en Con los de Casa; alejado de la realidad pensar que es una venganza política, afirma
Elección judicial: Aspirantes a cargos comparten carta de motivos y hasta currículum; “Justicia no debe ser inaccesible”, afirman
Niño de 3 años toca “la campana de la victoria” por vencer al cáncer; recibió quimioterapias en el IMSS
Tres de cada 10 estudiantes es víctima de violencia en planteles; exigen reforzar medidas de seguridad
Mónica Lavín
habló de fronteras, de la literatura y los libros como transgresores de las fronteras. “Para mí, las fronteras eran invisibles. Eso lo hacían posible los libros, los libros siempre invisibilizan las fronteras o la censura de los libros visibilizan las fronteras autoritarias o dogmáticas”, señaló durante la mesa “Las fronteras invisibles de la literatura”, durante la segunda jornada de la III Bienal de Novela Mario Vargas Llosa .
Ante el Premio Nobel de Literatura , que está presente en todas las conversaciones, Mónica Lavín dijo que la escritura siempre es transgresión, siempre rompe fronteras. Aseguró que las fronteras geográficas eran invisibles; que su madre era una niña de la guerra civil española, que llegó aquí de seis años con su familia, entonces la manera en que mantenía el vínculo con España eran los libros que le mandaban sus tíos y que llegaban por barco.
“Para mí los libros siempre han viajado en el agua y estos tíos abuelos continuaron esa tradición con mis hermanos y conmigo: los libros de España hacían que no existiera una frontera entre España y México, cuando descubrí que había una frontera fue muchos años más tarde al leer las cartas de mi abuelo a mi abuela durante la Guerra Civil , y muchas de esas cartas, que guardó mi madre y tengo yo, tienen las huellas de haber sido abiertas y registradas y esta era una verdadera frontera”, señaló.
En la mesa, donde también estuvo Rodrigo Blanco Calderón , David Toscana aseguró que libro, lenguaje y la propia creación de los escritores no tiene fronteras. “La novela está compuesta por palabras y las palabras no tienen fronteras humanas; el tiempo es el limite invisible en la novela, eso sí es lo que nos va a marcar una novela”.
Dijo además que el libro tiene la frontera del lector, pue el libro está en un estante a menos que venga un lector y lo lea ahí deja de existir esa frontera.
Por su parte, Rodrigo Blanco Calderón aseguró que si hay una experiencia que está marcando esta época de forma particularmente aguda, muchas veces trágica y problemática y muchas veces como un dato de vida, son los movimientos migratorios.
nrv