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Managua. —Entre lágrimas y tertulias, intelectuales, políticos, jóvenes y diplomáticos rindieron homenaje ayer al poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, quien murió el domingo a los 95 años.
“Te has unido al universo de la creación. Nicaragua, tu cuna y amada patria, llora tu partida”, expresaron los estudiantes del colegio Pierre y Marie Curie durante su vela en Managua.
Más de un centenar de personas se reunían en el espacio reducido de una funeraria, algunos llorosos, pero muchos otros recordando al poeta en amenas conversaciones. “A Ernesto lo distinguía su amor por Nicaragua”, expresó la poetisa nicaragüense Gioconda Belli, quien compartió viajes y encuentros con Cardenal, a quien consideró “un maestro”.
“Nos deja una reflexión muy profunda sobre lo que significa ser un ser humano comprometido con su tiempo, con la belleza, con un pensamiento muy desarrollado sobre el cosmos, el universo, él decía que era el único poeta que escribía poesía científica”, expresó.
“Fue más de un año de enfermedades y hospitalizaciones” en las que nunca dejó de escribir y publicar poesías, contó su asistente, la escritora Luz Marina Acosta.
Sus restos fueron velados en un sencillo ataúd de madera color marrón, junto a una foto en la que luce su famosa boina negra de guerrillero que recuerda, según varios de los asistentes, su “ejemplar” vida como sacerdote y poeta revolucionario.
Gran parte de su obra, como Hora Cero, Oración por Marilyn Monroe y otros poemas y La Revolución perdida, fue traducida a más de 20 idiomas.
“Muy triste su muerte porque él era muy querido en México”, relató la embajadora mexicana en Nicaragua, Carmen Moreno, quien dijo que en México “los jóvenes, sobre todo, lo perseguían para que firmara sus libros, les platicara; muchos sabían sus poemas”.
Su partida es un gran tristeza, acotó el embajador de Uruguay, Jorge Juro, durante la vela en la que se armaron amenas tertulias. Para Úrsula Syej, una alemana radicada en Nicaragua, “su combinación de sencillez y su visión cósmica del mundo nos fascinó”.
El gobierno de Daniel Ortega decretó tres días de duelo nacional y anunció que se sumará a las ceremonias de despedida. El Ejecutivo señaló que el poeta “constituye una gloria y un orgullo nicaragüense, que admiramos profundamente dando gracias a Dios por su vida, sus méritos y su infatigable amor a Nicaragua”, palabras que elogió la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo.
Pero opositores e intelectuales denunciaron el gesto como un “cinismo”, debido a que Cardenal siempre “se sintió perseguido” por la pareja presidencial, dijo Belli. “El gobierno es muy bueno para honrar a los muertos, pero muy malo con los vivos”, reclamó.
Los actos fúnebres de Cardenal seguirán este martes con una misa de cuerpo presente en la catedral de Managua.
Los restos del reconocido poeta, una de las máximas figuras de la literatura latinoamericana y gran promotor de la Teología de la Liberación, serán cremados y las cenizas se llevarán el próximo sábado en la isla sureña de Solentiname.
Cardenal murió el domingo a causa de un paro cardíaco, tras una descompensación generalizada.