En la cuarta jornada de la Feria del Libro Internacional de Sharjah se reunieron Juan Arzoz, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana ; Roberto Banchik, director de Penguin Random House México y Centro América, y Rogelio Villareal, Director General y Vicepresidente del Consejo de Administración de Editorial Océano , hablaron en entrevista para EL UNIVERSAL sobre esta nueva posibilidad de expansión de la literatura mexicana en Asia.
Para las autoridades del mundo editorial el objetivo de esta participación de México no es la venta de libros directa, sino de derechos de autor y de reproducción para que así sean traducidos al árabe.
“Es el principio de un nuevo mercado, es el principio de salir de nuestra burbuja y dejar de pensar que nuestro mercado es el americano, hispanoamericano. ¿Cómo empezamos? Con esta participación, que nos vean, que nos conozcan, que compren los derechos”, explicó Juan Arzoz.
“Esta feria me sorprendió mucho por lo grande que es y lo profesional. Ahora que vayan a la FIL Guadalajara espero que ellos también se sorprendan. Hay que llevarlos de la mano para abrirles el camino para que así su visita sea provechosa y tenga los resultados que se esperan a largo plazo”, comentó Arzoz sobre su impresión de Sharjah; la cual también comparte Banchik, quien se confesó como “ignorante de esta parte del mundo”.
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La falta de noción de este mercado editorial puso en desventaja a la industria mexicana al no reaccionar ante las invitaciones de Sharjah “Ellos han sido más inteligentes que nosotros en buscar esta relación. Lo que vio Sharjah, que no habíamos visto nosotros, es que México es una entrada a un mundo de 450 millones de hispanohablantes. Nosotros no lo hemos visto así, probablemente el mundo araboparlante es mucho más grande que el del español”.
Esta situación obliga a la industria mexicana a trabajar contra reloj para ponerse al corriente y que cuando se inviertan los papeles en 2020 y Sharjah sea el invitado de la FIL Guadalajara se lleven a cabo también las reuniones de trabajo para las cuales ya hay propuestas en mente, como un intercambio editorial por parte de Banchik o una coproducción que mezcle una historia árabe con ilustraciones de un mexicano o viceversa, una hipótesis que explora Rogelio Villareal, quien busca originalidad y calidad en el proyecto sobre la cantidad.
Los tres coinciden en que los libros infantiles son la propuesta estrella en las negociaciones de este nuevo mercado “porque, a pesar de no saber si el contenido de los libros en árabe, la calidad de las ilustraciones y de la manufactura del libro hace pensar que podría funcionar, además de la universalidad del tema” explicó Banchik.
En el pabellón se exhiben títulos como “Memorial de Ayotizinapa” de Mario Bojórquez, una biografía de Porfirio Díaz o “El vendedor del silencio” de Enrique Serna , textos locales que pueden parecer poco llamativos para los habitantes de los Emiratos Árabes Unidos, sin embargo, Arzoz apuesta por su venta de derechos porque la historia es un tema universal.
Respecto a la elección de representantes del país en este encuentro, como el autor Alí Calderón, Mario Bojórquez y Roberto Amezquita, el presidente de la Caniem declaró que se buscaba algo nuevo y moderno. “Es muy difícil que los escritores clásicos vengan acá por un día o dos. Los representantes son chavos que son el futuro, pueden ser los grandes monstruos de México, en el mejor sentido de la palabra. Hay que darles la oportunidad de que viajen, que vean y conozcan otras cosas”.
También aclaró que la elección se dio a través de una convocatoria lanzada por la Caniem en la que los seleccionados eran aquellos que su agenda coincidía con la feria y que podían solventar el viaje, a pesar de contar con el apoyo de la Feria de Sharjah.
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Por su parte Penguin Random House apuesta por un catálogo variado que mezcla ficción y no ficción, así como con títulos que abordan temas de interés mundial como la migración y el narcotráfico.
Aun siendo el inicio de esta relación de negocios Arzoz afirma que por parte de las editoriales árabes ha habido interés.
“Hay un futuro brillantísimo de intercambio cultural y comercial. Pero depende más ahorita de nosotros que de ellos, ellos de verdad han hecho todo, no podría hacer más. Hasta ahorita habíamos estado en la baba total”, confesó Banchik.
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