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Este lunes a las 19:30 horas en el Centro Cultural Gabriela Mistral , la escritora Isabel Allende presentará "Largo pétalo de mar" (Editorial Sudamericana, su última novela que comienza en la España de la Guerra Civil y se centra en personajes que luego migrarán a Chile en 1939 .
Embarcados en el Winnipeg -el barco que Pablo Neruda acondicionó para que ingresaran alrededor de 2 mil refugiados españoles al país-, la pianista Roser Bruguera y el médico Víctor Dalmau viajan buscando un mejor destino, lejos de la mano dura de Francisco Franco.
Según cuenta la autora a Emol, Dalmau está inspirado en el fallecido ingeniero Víctor Pey, amigo del ex Presidente Salvador Allende, quien llegó a Chile a bordo de ese navío y que conoció a la escritora cuando estuvieron exiliados en Venezuela. Asimismo, se basa en el médico chileno Arturo Jirón, ministro de Salud del gobierno de ese mismo jefe de Estado.
"Víctor Pey me ayudó mucho con la novela, porque muchos de los detalles que no salen en ningún libro de historia me los dio él. El otro personaje que me inspiró fue Arturo Jirón, médico. Él no venía en el Winnipeg, era chileno, y también lo conocí en Venezuela (…) Con esas dos personas construí el personaje de Víctor Dalmau", dice.
Además, la autora cuenta que el personaje de Roser Bruguera está basado en Diana Pey, la hermana de Víctor Pey, quien llegó a ser decana de la escuela de música en Chile. En conversación con Emol , la escritora se refirió al homenaje que hace a Pablo Neruda en este libro, y también al ballet que se prepara en el Teatro Municipal de Santiago sobre "La Casa de los Espíritus".
Asimismo, aseguró que se siente "absolutamente chilena" aunque no "pertenece" al país y, a su vez, confesó que tiene algunas dificultades cuando escribe en español porque lleva muchos años viviendo con otro idioma.
- En el libro hablas de Neruda en segundo plano, pero incluyes fragmentos de sus poemas en cada capítulo. ¿Es el libro un homenaje hacia él?
- El Winnipeg no habría sido posible sin Pablo Neruda. Él amaba España y sufrió con la Guerra Civil española porque a muchos de sus amigos los mataron. Cuando vino la tragedia del fin de la guerra y medio millón de personas salieron de Cataluña, él convenció al gobierno chileno de que había que recibir a algunos inmigrantes, y le dieron permiso para traer a dos mil personas. Fue una gestión que hizo él personalmente y lo mandaron como cónsul para la inmigración española a París, con esa misión. No le dieron dinero, le dijeron "arrégleselas".
Entonces, él compró el barco, acondicionó el barco, seleccionó a la gente y los mandó a través del Atlántico, del Canal de Panamá y el Pacífico, hasta Chile. No habría sido posible eso sin Neruda… entonces, él puede tener muchos defectos personales, y puede que no te guste su poesía, pero que él hizo eso, lo hizo.
- ¿Cómo fue la investigación para hablar sobre el Winnipeg?
- Fácil porque esto no es historia muy antigua, hay gente viva que venía en el Winnipeg o cuyos padres venían en el Winnipeg , de manera que es una historia reciente con mucha documentación. Hay fotos, películas, de todo. Entonces, fue fácil porque tú tienes una historia que es una odisea verdaderamente, no tengo nada que inventarle y es fácil documentarse. Temas como la muerte de una persona en el barco, o el nacimiento de niños… Eso fue verdad, pasó.
- ¿Era un pendiente este libro? Tú conociste a Víctor Pey hace mucho tiempo, ¿por qué escribir el libro ahora?
- Porque el tema de los refugiados está en el aire. De eso se habla, esa es la tragedia de hoy, pero no es una tragedia nueva porque después de la Segunda Guerra Mundial hubo 50 millones de refugiados.
Identidad chilena
-¿Cómo ha sido en ese sentido tu experiencia? Has pasado por muchos países, ¿hay algún sentido de pertenencia hacia algún lugar? ¿Te sientes chilena, peruana, venezolana o estadounidense?
- Neruda tiene una frase muy linda, que dice que él es un eterno desterrado. Yo no me siento así -tan dramáticamente- una eterna desterrada, pero sí una eterna extranjera porque nací en el Perú, me vine a vivir a Chile a los tres años porque mi padre abandonó a mi mamá y viví con mi abuelo hasta los 10 años. Después, mi mamá se casó con un diplomático y empezamos a viajar por todas partes. He sido refugiada política y además inmigrante en Estados Unidos. O sea, que siempre (he tenido) la sensación de que no pertenezco completamente en un lugar. Pero si tú me preguntas qué eres, yo te digo chilena. No sé por qué, porque he vivido muy poco tiempo en Chile, pero me siento absolutamente chilena.
Pero cuando vengo tampoco reconozco el país que yo recuerdo. Es otro país porque me fui hace mucho tiempo. El país ha cambiado, yo he cambiado, el mundo ha cambiado. ¿Dónde pertenezco? Yo creo que pertenezco a donde tengo mis amores, donde está mi hijo en California pero, si mi hijo se va a Kenia, voy a pertenecer en Kenia. Donde está el hombre que quiero, que es Roger, ese es mi lugar, mi casa, mi perro. Ese es mi país… y mis libros. Mis nietos decían cuando eran chicos que yo tenía un pueblo en la cabeza y que vivía en ese pueblo. Es cierto, es el pueblo de los libros.
- ¿De tus libros?
- De mis libros, claro. Uno va inventando un universo donde están todos esos personajes que no desaparecen del todo. - Al salir de Chile, que es un país muy cerrado… - Pero está mejor en ese sentido (interrumpe). Es un país muy clasista y muy racista. Nosotros decíamos que en Chile no había racismo hasta que empezaron a llegar extranjeros, pero el racismo nuestro es contra el indígena, un terrible racismo contra el indígena y contra cualquiera que venga de afuera. Y el clasismo, para qué decir, ese ya lo conocemos todos. En Chile, por la forma en la que una persona habla, automáticamente la ubicas en un estrato social. Por el apellido la ubicas en un estrato social, y solamente alguien que ha nacido aquí entiende las sutilezas de esos estratos sociales. Si tú no eres de aquí es muy difícil entenderlo pero es como las castas en la India, o como el clasismo en Inglaterra.
- Y mirándolo desde afuera ¿cómo es?
- Chocante. -
¿Qué otras cosas te chocan de Chile?
- El nuevo 'riquismo' que no existía antes, la ostentación, que no existía antes. Ahora cualquiera es aristócrata por la plata, pero -no es que a mí me parezca un valor ser aristócrata, ni mucho menos-, pero me parece un defecto ostentar. Y la tremenda desigualdad de ingresos, de oportunidades, eso me choca.
- Al final del libro agradeces especialmente a Jorge Manzanilla, quien te corrige errores gramaticales después de llevar cuarenta años "viviendo en inglés".¿Se te hace difícil escribir en español?
- Él hace la primera lectura para ver los errores, las traducciones que a veces hago literales del inglés. Y hay otra persona que se llama Alfonso que me corrige ya la minucia, y eso me ayuda mucho porque, cuando uno vive muchos años en otra lengua, dices cosas que las traduces literalmente. Por ejemplo, "Have a good day" ("que tengas un buen día"), eso no se usa en español. Es una traducción literal que si la pones en un libro suena feo. Corregir la ortografía es fácil porque te lo corrige la computadora, pero también armas la frase como la armarías en inglés, entonces, te queda incorrecta desde el punto de vista del buen idioma español.
Lo que está pasando también mucho es que con las nuevas tecnologías, con la informática, los medios, el idioma se ha reducido mucho. Entonces, ¿quién escribe un lindo español?
Poca gente, porque ya no lo usamos. Mi madre, que era muy buena en el idioma castellano porque viene de la escuela antigua -tú tenías que escribir cartas a mano y si cometías una falta de ortografía o de gramática era gravísimo- mi mamá me corregía eso, pero ella se murió.
- En el libro hablas de la Iglesia de forma muy crítica. Un ejemplo, es cuando Ofelia, una joven de clase adinerada, se queda embarazada y es engañada por sus padres y un sacerdote, que le dicen que su hijo nació muerto. ¿Cómo ves la Iglesia, cuál es la crítica que haces?
- Yo no soy católica, y el caso de Ofelia del niño raptado sucedió muchas veces y entre ellos, un pariente nuestro, que es cura -era cura, porque se murió-, hizo exactamente eso, y se descubrió lo que había hecho porque la abuela de la guagua al envejecer se empezó a obsesionar con lo que había sucedido y empezó a hablar y a hablar de la guagua. Nadie sabía a lo que se refería hasta que se descubrió qué era lo que había pasado, y finalmente encontraron a la niña y ella se reunió con esa familia. Ese es un caso, pero ha habido muchos. La Iglesia está en crisis actualmente porque ha habido demasiados escándalos. Ahora, yo tengo muchos curas progresistas en muchos de mis libros, que son héroes, y otras veces no… depende de la historia que estás contando. Ahora, que soy muy crítica de la Iglesia, sí soy, porque además no soy católica. Me criaron como católica y dejé la Iglesia hace muchos años.
Ballet de "La Casa de los Espíritus" y miniseries
- Este año se estrena el ballet de "La Casa de los Espíritus" en el Municipal de Santiago, ¿qué otros proyectos hay con tus novelas?
- Está el ballet, por supuesto, y luego está la miniserie de "Inés del alma mía" que es una producción de la televisión española y la televisión chilena, y empiezan a filmar en octubre. Ya leí guiones y me encantaron. Son ocho capítulos sobre la conquista de Chile, sobre Inés de Suárez. Después, está una miniserie de "La Casa de los Espíritus" hecha en los Estados Unidos, no sé dónde la van a filmar. Hay un proyecto de una miniserie con "La Ciudad de las Bestias".
Compraron toda la trilogía juvenil, pero van a empezar con ese libro. También hay una ópera en Puerto Rico con "La Casa de los Espíritus" y hay obras de teatro. Siempre hay algo pendiente, pero mira, son otros creadores que se inspiran en cualquier cosa que yo pueda haber escrito. Y es un trabajo creativo distinto. La persona que escribe los guiones para la miniserie se basa en el libro, pero es otro medio. Una cosa es escribir prosa y otra es algo que va a salir en la pantalla, es otro lenguaje.
- ¿Cómo ves tú eso?
Hagan lo que hagan estoy feliz porque eso llega a mucha gente que no lee y que no va a leerlo nunca, entonces ya alcanzas otro público que no alcanzarías. Y luego, toda forma de difusión y lo que inspire la creación es bueno y no me pertenece para nada. Yo no tengo una actitud de que me pertenece, de que es mío, de que no me lo violen, no lo cambien… no, para nada.
- ¿Y qué significa para ti que en este país se vaya a presentar una obra de "La Casa de los Espíritus"? ¿Estás en contacto con ellos?
- No mucho. Sé qué es lo que va a suceder y, por esas casualidades que parecen realismo mágico, venía cruzando por un pasillo y me encuentro con un señor que me dice: "Oye, tú eres Isabel Allende, yo soy el compositor que hizo la música para el ballet". Y me estuvo contando un poco cómo había creado esto. Me dice que tiene un tema principal para cada personaje y un tema para los espíritus del libro, para la magia del libro. No puedo imaginarme cómo van a hacer un ballet con esto, me dijeron que me iban a mandar un video.
- ¿No lo vas a venir a ver?
- Es un poco difícil para mí, porque tengo tantas cosas que hacer de aquí hasta enero del otro año.
akc