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Los activistas de The Book Fairies ( Las Hadas de los Libros ), una iniciativa nacida hace un año en Reino Unido, han llegado a Cuba, donde "esconderán" mañana libros con mensajes feministas en algunas ciudades de la isla por el Día de la Mujer.
"Hasta el momento solo estamos en Matanzas (occidente), Villa Clara y Ciego de Ávila (centro), pero cada día crecemos un poco más", dijo a Efe Rubén Darío , un estudiante de Lengua Inglesa de 21 años, al que le sedujo la idea de dejar libros para que otros los encuentren y así fomentar el hábito de lectura.
Mañana 8 de marzo, en coincidencia con el primer aniversario del proyecto -que ya acumula más de 9 mil miembros en 100 países- estarán compartiendo libros "escritos por mujeres, de temática feminista o que resalten los logros de grandes mujeres", adelantó el joven, el primer activista oficial del movimiento en el país.
Entre las "hadas" más famosas de The Book Fairies está la actriz británica Emma Watson , muy conocida por su activismo en favor de la igualdad y los derechos de las mujeres.
En junio de 2017 la intérprete de "Hermione", en Harry Potter, escondió en París 100 ejemplares autografiados de la novela distópica El cuento de la criada de la canadiense Margaret Atwood , incluido en su club literario feminista "Nuestro estante compartido" (Our shared shelf).
"A los libros les ponemos una pegatina con el logo de la iniciativa para que las personas que los encuentren sepan que es un libro escondido por nosotros. Los libros son nuestros, libros que tenemos tirados en nuestros cuartos cogiendo polvo o que nos donan amigos, editoriales y escritores", precisó el joven universitario.
Rubén Darío primero comenzó a dejar libros en su alma máter, la Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas, para luego extender la iniciativa al hospital pediátrico de Santa Clara, entre otros lugares.
"A veces es gracioso ver cómo la gente se encuentra los libros y no los cogen pues muchos aún no nos conocen. Nunca publicamos fotos de nosotros porque queremos mantener el anonimato, para que la magia de esconder y dejar los libros sea más emocionante", explicó.
Confesó que "por desgracia, la lectura parece haberse vuelto cada vez menos popular con el paso de los años".
Cuba no es la excepción en esta tendencia, a pesar de que el país subsidia la mayoría de sus ediciones, que sin embargo no incluyen textos de autores internacionales debido a los altos costos de los derechos de publicación y a las estrictas normas del movimiento editorial cubano, controlado por el Estado.
"Animar a la gente a leer" es suficiente motivación para Rubén Darío para sortear las dificultades que presenta esta labor voluntaria desde la isla caribeña.
El estudiante no puede pagar el precio simbólico y comprar las pegatinas que identifican a "The Book Fairies" en su web oficial porque los cubanos no tienen acceso a pasarelas de pago en línea ni pueden ser propietarios de tarjetas internacionales de débito o crédito.
En su caso las "hadas" le envían los pequeños adhesivos desde Londres y él los comparte con otros "entusiastas de la lectura", para extender la iniciativa en la isla.
"Es difícil ser Book Fairy en Cuba. Eso está claro, pero no deja de ser divertido nunca y la pasamos genial", asegura Rubén Darío, que además ha creado perfiles en redes sociales, donde activamente comparte su labor y la de otros activistas, sin importar que aún hoy en el país el acceso a internet es caro y limitado.
nrv