El lector más rápido de Reino Unido es también el más veloz de Europa. Dan Holloway demostró haber leído mil 700 palabras por minuto en el concurso continental en 2018.
Centros de educación privados en China afirman que la velocidad de Holloway es un juego de niños: ellos afirman que pueden enseñar a un estudiante a leer 100 mil palabras en solo cinco minutos.
Pero los cursos, que ofrecen una técnica llamada "velocidad cuántica de lectura", causaron gran controversia cuando se hizo viral un video de un estudiante pasando rápidamente por las páginas de un libro en un concurso de lectura en Pekín.
Investigación
En el concurso, los estudiantes "leen" los libros con la misma velocidad con la que se barajan unas cartas.
Los defensores del método dicen que al pasar las páginas rápidamente, las imágenes comienzan a aparecer en la mente de los lectores para ayudarlos a comprender el contenido.
https://twitter.com/globaltimesnews/status/1184302566693146625
"¿20 mil palabras en 60 segundos? El programa de lectura rápida "Genius", denominado "Método de lectura de onda cuántica", despierta muchas dudas, ya que promete a los padres hacer que sus hijos retengan el contenido simplemente hojeando las páginas de un libro", dice el tuit.
Sin embargo, críticos del método aseguran que es una "estafa" o "pseudociencia".
Las autoridades regionales también han reaccionado. El buró de Educación de Shenzhen emitió una declaración a principios de mes prohibiendo que estudiantes de primaria y secundaria tomaran cursos de lectura rápida cuántica.
También abrieron un caso para investigar a los autores del curso.
Ansiedad
Algunos expertos en educación afirman que estos cursos no tienen base científica y son engañosos, pero la iniciativa gana popularidad por varias razones.
El temor a perderse esta opción, los bajos niveles de educación científica, y la falta de regulaciones, entre otras cosas, han hecho de estos cursos una opción atractiva para padres y estudiantes chinos que ansían el éxito académico.
La lectura cuántica fue desarrollada por el maestro japonés Yumiko Tobitani, que publicó el método en un libro en el año 2006.
De acuerdo a reportes de la prensa china, existen centros que imparten este método en grandes ciudades como Pekín, Shenzhen, Cantón y Hangzhou.
Un representante del centro de entrenamiento en Chengdu dijo al sitio web Cover News que el precio del curso puede oscilar entre 4 mil 200 dólares y 8 mil 500 dólares. Algunas versiones del curso más caras pueden llegar a costar 14 mil dólares.
Pero algunas personas ridiculizan a los padres que inscriben a sus hijos en esos cursos y algunos expertos son escépticos.
Xiong Bingqi, vicedirector del Instituto de Investigación en Educación del Siglo XXI, comentó a la BBC que este método no tiene argumentos científicos, y va en contra del sentido común en la educación.
A pesar de todo esto, ha ganado adeptos en China, "porque los padres están ansiosos de que sus hijos tengan éxito académico y esperan encontrar un atajo para lograr mejores notas".
Ya existe un precedente: en 2018, el periódico de la Juventud China publicó un ensayo sobre el método "de la lectura a ciegas".
Se trataba de organizaciones que decían aplicar un método utilizando "la resonancia de ondas cerebrales" para activar la glándula pineal en el cerebro, para que los estudiantes "percibiesen objetos, palabras y patrones" mientras tenían los ojos vendados.
La idea de tener un hijo prodigio es muy atractiva para los padres, y están dispuestos a pagar por el entrenamiento que le dé a sus hijos un superpoder de la noche a la mañana, añadió Xiong Bingqi.
Pero hay otras razones por las que estos cursos son tan populares entre los padres chinos.
Desconocimiento sobre temas científicos
Chu Zhaohui, investigador del Instituto Nacional de Ciencias de la Educación, le dijo a la BBC que la falta de conocimiento científico también es parte del problema.
De acuerdo a los resultados de una encuesta nacional sobre la educación científica de los ciudadanos chinos, solo el 8.5% de la población está educada en temas científicos en 2018, un aumento del 1.6% con respecto a 2005.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) define la alfabetización científica como "la habilidad para comprender asuntos científicos como un ciudadano reflexivo".
"Muchos padres engañados creen que la información en papel puede transmitirse al cerebro utilizando métodos cuánticos. Esto es completamente imposible", explica Chu.
Pero ¿cómo pueden protegerse los padres de la tentación de utilizar estos atajos al conocimiento?
Xiong Bingqi cree que las organizaciones que se dedican a la educación debían estar más reguladas. La mayoría de estos centros que dicen enseñar lectura cuántica están registradas como compañías de asesoramiento educacional.
Chu considera también que una de las formas en que se pudiera ayudar a enfrentar esto es reformar el sistema de evaluación en la educación china que se basa exclusivamente en las notas de los estudiantes.
"Solo hay una referencia para evaluar el desempeño y el poder de dar notas está muy concentrado", explica.
Los estudiantes que planean estudiar en universidades chinas deben pasar un solo examen estandarizado, la prueba de ingreso a la universidad, también conocida como "Gaokao".
De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Educación, el número de inscritos para el examen en 2019 fue de 10.3 millones, el más alto desde el 2010.
Chu arguye que esta prueba única y estandarizada quita oportunidades para los estudiantes.
"Las fuentes de evaluación deben diversificarse, para que padres y estudiantes puedan dejar de enfocarse exclusivamente en las notas y puedan promover otras habilidades", dice.
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