Guadalajara.— Aunque Siri Hustvedt (Minnessota, 1955) se define como “ciertamente feminista”, la narradora asegura que la elección de las protagonistas de dos de sus novelas: Un verano sin hombres y Recuerdos del futuro (Seix Barral), de reciente publicación, no fueron desarrolladas de manera consciente o porque le interesara crear dos arquetipos femeninos muy fuertes, y sin embargo los creó.
“¿Qué es ser nosotras mismas? Nadie ha contestado esa pregunta en términos filosóficos. Estamos conformados por las circunstancias sociales. Nacemos muy pronto en comparación de ciertos animales. Vivimos un año colgados al cuerpo de alguien más. Cada persona es muy diferente”, señaló la escritora que comparte vida con el escritor Paul Auster.
La narradora y académica, condecorada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019, aseguró que un libro no tiene género, ni vagina o pene. “Nosotros somos quienes feminizamos o masculinizamos todo. No sé por qué los hombres heterosexuales no quieren escribir libros sobre mujeres, lo experimentan como sumisión, es incómodo para ellos”.
Dijo que la demanda de la masculinidad puede ser dolorosa: “Queremos vivir en una cultura que permita un mayor rango de expresión, más allá de lo femenino y lo masculino”, dijo categórica.
En su visita a la FIL, Hustvedt reconoció tener una tendencia a involucrarse en mayores complejidades y pensar que su trabajo es un reflejo de todo eso, “pero las cuestiones feministas ocurren en todos lados de mi obra, aun en mis primeras novelas, la joven narradora está tan apabullada en su posición de mujer que se viste como hombre y toma otra identidad como una armadura. Desde siempre he estado interesada en lo masculino-femenino cruzando las fronteras, asumiendo la identidad del sexo opuesto con varones”.
Siri Hustvedt, autora también de La mujer que mira a los hombres, comentó que no le interesa escribir novelas políticas de manera explícita, pero dejó muy en claro su crítica a la misoginia que, dijo, le provoca nauseas, y su búsqueda de un lenguaje inclusivo.
“¿Por qué no poder elegir los pronombres? ¿Es una dignidad asignada a la gente? Mi argumento es que somos plurales, que tenemos múltiples yo, como en español hacemos uso del nosotros. La discusión es sobre si empezamos a difuminar o borrar estos absolutos de género; hay quien se pregunta si todo el sistema va a colapsar por eso, yo no creo. Creo que muchos de nosotros somos más fluidos en el género más de lo que se pudiera imaginar”, afirmó.
Hustvedt ve con gran optimismo las oleadas feministas. “Creo que es una fuerza de empuje, una ira que nace cuando cuestionan a una mujer que se eleva sobre los hombres, no estoy hablando de todos los hombres, pero muchos piensan que elevar a las mujeres es una reducción de la masculinidad y lo experimenta como humillación y vergüenza; lo mejor es que esta realidad, esta tensión le ha dado combustible al feminismo, doy a la bienvenida de todo corazón, son oleadas históricas”, afirmó.
La escritora norteamericana también habló sobre la necesidad de revisar el canon literario donde se olvidaron de las mujeres escritoras. “No soy tan arrogante para pensar que estoy haciendo una revisión del canon de la literatura femenina. Pero sí se está revisando. Las escritoras olvidadas se están reintegrando”, señaló.
Su apuesta es volver al pasado para llegar al futuro. Por esos caminos va Recuerdos del futuro, que es la senda por la que le interesa continuar. “Parte de esta novela es recordar el pasado y hacer una revisión de este pasado y reescribirlo desde el presente, tanto la memoria como la imaginación son formas de sanación en la ficción, es lo más cerca de una verdad que un recuento documental”.