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Al presentar la noche de ayer la edición conmemorativa de “Conversación en La Catedral ” a 50 años de su publicación, en la 33 Feria Internacional del Libro de Guadalajara , el P remio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa señaló que el pesimismo sobre Perú, que es la que habita su novela, contrasta con el optimismo que en la actualidad le despierta su país e incluso América Latina.
Y para empezar se refirió al dicho de hace unos días de que Perú se está “desjodiendo”. “La palabra fue de un periodista que preguntó: ‘¿el Perú sigue jodido o se está desjodiendo?’ Yo, pues di una respuesta optimista, dije: ‘tengo la impresión de que se está desjodiendo’”.
Y luego relató que “Conversación en La Catedral” --que de todas las que ha escrito es, quizás, la novela de la que me siento más cerca--, tiene un clima pesimista, pues Zavalita, este joven periodista que podría ser el personaje principal, vive un gran desencanto con su país.
“Él ha llegado a una conclusión tristísima, dice, que en un país como Perú, el que no se jode, jode a los demás; él ha renunciado a tener éxito, él ha aceptado una vida mediocre, marginal, pobre, sin mayores esperanzas, porque tiene esa condición tristísima de que en su país tener éxito es aplastar a los demás peruanos, ese clima que es un poco el clima que vivimos nosotros a lo largo de esos ocho años, es un clima de desencanto, es un clima de pesimismo, es un clima en el que uno tiene la sensación de estar viviendo como en un túnel, buscando las salidas y sin encontrarla por ninguna parte”, afirmó.
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Vargas Llosa reconoció que la novela está basada en vivencias personales, incluso dijo que en todas las novela que ha escrito, siempre hay experiencias personales, que luego han sido muy transformadas y convertidas en algo muy distinto, pero que la experiencia vivida es la materia prima de buena parte de las cosas que escribe.
Habló también del lenguaje que utilizó en “Conversación en La Catedral” y de la técnica literaria utilizada, dijo que al escribirla eludió sistemáticamente la brillantez, “creo que es una novela que está escrita sin ninguna brillantez, todos los adjetivos más o menos llamativos, procuré sistemáticamente escribirla en un lenguaje más bien gris, un lenguaje que fuera de plomo porque me parecía que lo que la historia quería contar, la experiencia de una sociedad que vivía una experiencia dictatorial bastante brutal y bastante corrompida, era incompatible con ese lucimiento puramente formal que consiste en un lenguaje bello, brillante o llamativo o espectacular”.
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La tarde de este domingo, Mario Vargas Llosa conversará con Juan Cruz sobre “Tiempos recios”, su más reciente novela.
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