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Aunque el comienzo ideal de un libro es había una vez, hoy en día en Argentina el 99 por ciento de las novelas se publican en tiempo presente, sobre todo entre los jóvenes, expresó el escritor César Aira , quien atribuyó ese fenómeno a la influencia del mundo audiovisual, que hace que se escriba sobre lo inmediato.
Durante una charla ofrecida en Casa de Ediciones Era, el narrador sudamericano, autor de libros como La cena y Cómo me hice monja , recordó a sus jóvenes lectores allí reunidos que los escritores de su tiempo aprendieron lo que era el relato de lo que se leía. En su caso, expuso, sus historias nacen de pequeñas ideas que revolotean en su mente; “lo único que necesito es una idea sugerente, una idea un poco rara, la idea de una topología irracional como para empezar, para darle un adjetivo correcto, una idea borgiana para empezar un relato”, señaló.
Agregó que le gusta que no haya mucho más allá de esa idea en su pensamiento, como que haya una niebla más adelante, para que le permita ir inventando a medida que va escribiendo, "creo que me aburriría si tuviera un plan definido y solo tuviera que redactarlo".
Sobre los títulos de sus libros, expuso que su deseo es que sus obras literarias no tuvieran títulos, porque eso los condiciona, pero sabe que es imposible, “los editores no lo aceptan, ni siquiera los editores independientes a los que tengo un poco dominados, ni siquiera ellos, el título tiene que estar”. Y en su caso, cuando empieza a pasar el texto a la computadora, le pone nombre al archivo para reconocerlo y normalmente ese acaba como título.
Cómo me hice monja
es un libro pequeño que escribió hace muchos años, “no sabía lo que estaba haciendo y el título salió como salió todo lo demás de ese libro, de un inconsciente poco sano”, dijo complacido. Concluyó que “como he publicado muchos libros, si todos tuvieran esos títulos largos, suenan bien, pero sería un poco excesivo, con una palabrita está bien, para que no condicione la lectura.
sc