El fenómeno inédito de la pandemia del coronavirus obliga a la gente a tratar de entender esta sacudida que ha puesto a prueba las certezas, instituciones y la capacidad de organización, asegura la catedrática Liliana Weinberg en entrevista con Efe.

Recientemente electa para ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua , Weinberg sostiene que en estos momentos es fundamental dar nombre y tratar de entender con lucidez todo lo que sucede en torno a la epidemia, porque, en el caso de la pandemia, la palabra del ensayo ha contribuido a nombrar, a dar inteligibilidad, a dar significado, a buscar sentido, a todo lo que nos está pasando.

Weinberg considera, en este sentido, que el ensayo ayuda a entender y buscar sentido a cosas y sentimientos como el miedo y la preocupación ante fenómenos como la pandemia de coronavirus.

"Apenas comenzada la pandemia se confirmó este papel fundamental que cumple el ensayo en cuanto a su función de entender, dar a entender, interpretar, lo nuevo", dijo en entrevista telefónica con Efe esta ensayista, crítica literaria y catedrática.

Nacida en Argentina y residente en México desde hace casi 40 años, Weinberg define al ensayista como alguien que "lee el mundo como si fuera un libro y lee los libros como si fueran un mundo".

El ensayo permite hablar de cosas concretas, pero los ensayistas también se encargan de dar forma, nombre, y hacer inteligibles los procesos más abstractos y sentimientos como el miedo, el dolor, la muerte, señala.

"Mientras no le pongamos nombre y no los hagamos palpable, comprensible, no podremos lidiar con ello", argumentó la escritora, elegida el pasado 23 de abril como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, en una inédita reunión por videoconferencia ante las medidas de confinamiento por la pandemia.

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Para esta licenciada y maestra en Ciencias Antropológicas por la Universidad de Buenos Aires y doctora en Letras Hispánicas por El Colegio de México , el ensayo permite abordar problemas concretos y también cuestiones complejas, como el miedo, al cual se le da nombre y forma y ello permite hacerlo comprensible.

"Todo esto se ve confirmado cuando leemos los ensayos que han empezado a escribirse y circular a partir de la pandemia", indicó esta experta al resaltar que el momento actual ha supuesto el "florecimiento" de ensayos y el "estallido" de cuentos.

Se acabaron las bromas

"Lo primero que hubo en redes sociales fueron bromas, chistes, hasta que vieron que la cosa venía más difícil, porque el chiste es una forma de canalizar la angustia, pero cuando la angustia es demasiado grande ya no hay tanto espíritu de broma", explicó.

Como ejemplo del florecimiento de ensayos en estos tiempos de crisis sanitaria, Weinberg destacó al escritor italiano Paolo Giordano y su reciente obra "En tiempo de contagio", en la que afirma "no temer al contagio, sino a que la civilización se derrumbe".

Pero también existe otro miedo "el de que después de esta crisis no hayamos aprendido nada, que todo siga igual", señala Giordano en su texto.

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Para Weinberger "el ensayo siempre pone en relación lo que ya sabemos con las situaciones nuevas, la experiencia individual con el sentido general, e incluso mucho más: contribuye a dar nombre, a dar inteligibilidad, a traducir en palabras todo esto que nos rodea, y se vuelve a veces tan amenazante, tan incierto, tan novedoso.

"Confirmamos que el lenguaje, la palabra, tienen una presencia, una fuerza tan grande para nombrar y dar sentido a la vida humana, un alcance universal que ni las epidemias pueden frenar", apunta.

Se escribe para dar sentido como lo hizo el poeta mexicano Octavio Paz en " El Laberinto de la Soledad " (1950) para entender la cultura mexicana, expresa.

Para la autora de obras como "Pensar el ensayo" (2007), "El ensayo en busca del sentido" (2014), la situación por el coronavirus representa un "fenómeno inédito" que pone a prueba las certezas, a las instituciones y la capacidad de organización.

Comparó a la pandemia con los terremotos que ponen en evidencia "las cosas que no funcionan en el modo de organización de nuestras sociedades".

Buscando soluciones originales

Aseguró que la sociedad vive un momento de cambios en aspectos como son la relación entre familia y escuela, donde han tenido que dar soluciones originales, además de que después de la emergencia deberán encontrar modos novedosos para rearticularse e interactuar.

En esta emergencia sanitaria global se establecieron medidas para reducir los contagios, como el cierre de actividades industriales y de escuelas, lo que tiene a millones de personas en confinamento, y los niños tomando desde casa clases por televisión o medios digitales.

"Habrá que repensar los ambientes de aprendizaje. Además, no podemos olvidar que existen todavía varias brechas que a la larga generan experiencias diferenciales en el acceso, uso y aprovechamiento de estas tecnologías", consideró.

A esta crítica literaria y ensayista le llama la atención el confinamiento de las personas en sus casas al considerar que para muchas de ellas era un espacio en el que pasaban pocas horas.

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"Ahora estamos redescubriendo la casa, las costumbres, la familia, la preocupación por preparar la comida, por estar en familia, por conversar" señaló.

Por ello se siente esperanzada en que el confinamiento sirva para "reconquistar" los lugares de la casa, así como el diálogo familiar.

Weinberg, que tiene pendiente su discurso de presentación por la crisis sanitaria, ocupará en la Academia la silla X que correspondió a personalidades como Victoriano Salado Álvarez (1867-1931), Ermilo Abreu Gómez (1894-1971) y José Pascual Buxó (1931-2019).

"Habrá que tener paciencia y aprender a esperar. Dado que no hay precedentes en cuanto a un discurso transmitido de manera virtual, espero que ya para ese momento se pueda dar de manera presencial, porque nada puede reemplazar la fuerza expresiva y la elocuencia de un discurso en vivo", afirmó.

fjb

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