La escritora mexicana Elpidia García trabajó por más de 30 años en las maquiladoras de la zona fronteriza hasta que la despidieron. El desempleo fue el detonante para que comenzara a dedicarse a su verdadera vocación: la literatura. Comenzó un blog, se inscribió a cursos y talleres creativos y se dedicó con rigor al quehacer literarario. Hoy es una de las plumas más representativas de la frontera norte y este año fue ganadora del Premio Bellas Artes de Cuento Amparo Dávila 2018 por El hombre que mató a Dedos Fríos y otros relatos . Su historia de vida la compartió en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
En el marco del Encuentro Internacional de Cuentistas , García, quien es miembro del Colectivo de escritores Zurdo Mendieta de Ciudad Juárez , compartió cómo empezó en la literatura. "Trabajé en una maquiladora por más de 30 años, pero la literatura siempre me gustó, leía y escribía en el poco tiempo que tenía disponible. Hubo una crisis económica en las maquiladoras y muchas empresas quebraron, a mí me despidieron, tuve que buscar otro trabajo y también quebró. Consideré que ya había trabajado por muchos años en las maquiladoras y decidí que debía dedicarme a otra cosa. Lo primero que hice fue abrir un blog que se llamaba 'Maquilas que matan'".
En el blog escribió anécdotas relacionadas con la "injusta vida laboral de las maquilas", pero descubrió que no sólo quería compartir sus experiencias y escribir crónicas sobre esa vida, quería, ante todo, crear. "Me inscribí en talleres de escritura creativa que se ofrecían de manera gratuita, pedí una beca estatal, mandé mis cuentos a concursos y así publiqué mi primer libro con cuentos sobre el trabajo en las maquiladoras. Lo demás ha sido continuar con este compromiso personal. En la maquiladora cuando pasaban los americanos y nos veían sin hacer nada nos decían "muevan las manos", no nos dejaban parar nunca. Escribir, creo, es lo mismo, mover las manos y no parar nunca, seguir aunque lo que salga no sea perfecto, quizá si escribes 500 cuentos, uno será bueno".
Los cuentistas Alfonso Cruz y Shimon Adaf también compartieron sus experiencias en la literatura y para dialogaron sobre los procesos creativos y sobre cómo un cuento puede surgir no sólo de la imaginación, también tiene sus puntos de partida en la realidad.
Shimon Adaf,
quien es considerado una de las voces más representativas de la poesía israelí contemporánea, indicó que se ha interesado en la ciencia ficción, un género que ha sido dominado por la visión anglosajona en la que se privilegio el futurismo; pero el género ha sido abordado en otras partes del mundo como Israel y México.
El escritor portugués Afonso Cruz , quien también es director de películas de animación, ilustrador y músico, indicó que los cuentos tradicionales tienen una estructura muy parecida a las novelas, con un principio y un fin. "Había un poeta portugués que decía que tener un tapete no es una historia, pero tener un tapete y un perro, sí. Los escritores tenemos que buscar que las cosas se muevan".
akc