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La Academia Sueca informó hoy de que son ya cuatro los miembros que han renunciado a su puesto a raíz del escándalo de filtraciones y supuestos abusos sexuales que ha provocado una crisis histórica en esta institución y el aplazamiento a 2019 de la concesión del Nobel de Literatura de este año.
A las renuncias ya conocidas de Klas Östergren y Sara Stridsberg se suman desde hoy las de Lotta Lotass y Kerstin Ekman , que -como los dos primeros- han confirmado por escrito su deseo de dejar definitivamente la institución.
Queda por saber qué ocurrirá con los otros cuatro académicos que también mostraron en un primer momento su deseo de abandonar la institución una vez se destapó el escándalo, pero que aún no han expresado esta decisión por escrito, tal y como se lo pidió la Academia Sueca para oficializar su salida.
La academia ha dado de plazo hasta septiembre a estos cuatro académicos para que confirmen por escrito si su renuncia es definitiva, y pretende elegir a sus sustitutos antes de finales de año.
La salida de miembros de la academia era hasta hace poco simbólica, ya que la membresía era vitalicia, pero a raíz de esta crisis el rey Carlos XVI Gustavo , su máximo protector, impulsó una reforma de los estatutos para permitir las renuncias voluntarias y sus correspondientes reemplazos.
El escándalo estalló en noviembre pasado, cuando un diario publicó la denuncia anónima de 18 mujeres por abusos y vejaciones contra el artista Jean-Claude Arnault, vinculado a la academia a través de su club literario y esposo de una de sus miembros, Katarina Frostenson.
La academia cortó el contacto con Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la institución, pero desacuerdos internos provocaron renuncias, acusaciones y las salidas, entre otros, de la secretaria, Sara Danius, y de Frostenson.
La Academia Sueca decidió hace tres semanas publicar la auditoría y entregarla a las autoridades.
El informe descarta que Arnault haya influido en decisiones sobre premios y ayudas, aunque el apoyo económico recibido incumple las reglas de imparcialidad al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controla el club; y confirma que la confidencialidad sobre el ganador del Nobel fue violada en varias ocasiones.
La institución decidió el viernes, por primera vez en siete décadas, no otorgar el Nobel y aplazar el fallo, lo que implica que el próximo año se otorgarán dos premios, el de 2018 y el de 2019.
Para justificar esa histórica resolución aludió a la pérdida de confianza del mundo exterior y a su propio "debilitamiento", ya que ahora consta solo de diez miembros, dos menos de los necesarios para tomar decisiones, como las relativas al Nobel.
nrv