Más Información
México no está haciendo su tarea para reducir contaminantes, acusan expertos; 2023 registró récord en emisiones de CO2
Presidentes municipales de Jalisco piden reasignación de 10 mil mdp en el PPEF 2025; aporta 7.4% del PIB del país, argumentan
IMSS invertirá 875 mdp para modernizar 180 elevadores; trabajadores argumentan que no se pueden cambiar hasta 2027
Mientras el coronavirus se propagaba en marzo, a la poeta de origen mexicano Ada Limón al principio se le hizo difícil escribir, pues se sentía “aplastada y silenciada” por una pandemia que había apagado gran parte del mundo a su alrededor.
“No podía evocar nada. Pensaba en un sonido, una palabra, un tema y todo fallaba”, dijo a The Associated Press en un email reciente. “Veía mis propios poemas y pensaba que incluso sus temas, a los que estaba vinculada, se sentían distantes”.
Cuando finalmente se inspiró, en abril, creó una especie de antipoema: una lista de lo que sentía que ya no estaba a su alcance.
“Y entonces empecé el poema, ‘Basta de óseos, carboneros y girasol’”, dijo a la AP. “Y la lista empezó a partir de ahí. No sabía lo que iba a hacer, pero sentí un gran alivio listando cosas a las que ya no tenía acceso”.
Terminó el poema con un grito: “Te pido que me toques”. Y lo tituló “The End of Poetry”, “El fin de la poesía”.
El poema de Limón está entre más de 80 incluidos en una antología, “Together In a Sudden Strangeness” (Juntos en una inquietud instantánea), que publicará en formato digital y audiolibro el 9 de junio la editorial Alfred A. Knopf , y como libro de tapa dura en noviembre. Fue compilado por la editora neoyorquina Alice Quinn e incluye contribuciones de Carl Phillips, Evie Shockley, Yusef Komunyakaa y Grace Schulman, entre otros.
El título del libro deriva del poema “A callarse" de Pablo Neruda (en inglés "Keeping Quiet”), que incluye los versos “todos estariamos juntos / en una inquietud instántanea”.
“Los poetas siempre han sido aquellos a los que recurrimos como testigos”, dijo Quinn. “Los poetas pueden cristalizar un momento como este”.
A los novelistas probablemente les tome meses e incluso años absorber por completo la pandemia en su obra, pero la poesía tiene una escala y una inmediatez tipo diario que permite su creación en el calor de un momento histórico. “The End of Poetry” de Limón fue publicado el mes pasado en la revista The New Yorker y ha circulado ampliamente en internet y recibido elogios de colegas como la poeta Brenda Shaughnessy , quien tuiteó: “Apenas puedo creer que es real, es tan cierto”.
También lee:
Al menos una poeta, Julia Guez , ha dado positivo al virus. Su contribución lleva por título “If Indeed I am Ill, Brother” (Si en verdad estoy enferma, hermano). Los otros poemas en “Sudden Strangeness” incluyen entregas de médicos-poetas — “Two Days in March” (Dos días en marzo) de John Okrent , “An American Nurse Foresees her Death” (Una enfermera estadounidense predice su muerte) de Amit Majmudar —, una meditación sobre el duelo y la soledad — “Storm” (Tormenta) de Kamilah Aisha Moon — y una representación de la paternidad flamante en tiempos de distanciamiento social — “Dad Poem” (Poema de papá) de Joshua Bennett .
En “How Will the Pandemic Affect Poetry?” (¿Cómo la pandemia afectará a la poesía?), la poeta dominicana-estadounidense Julia Alvarez ofrece una mirada irónica y mordaz sobre la suerte de esta forma de arte: "¿Se hará viral la poesía? / ¿Nos infectará su enfermedad? / ¿Ayudará a crear anticuerpos contra la indiferencia? / ¿Serán los poemas los únicos espacios seguros donde nos podamos reunir?
Limón no fue la única que se sintió ahogada por la pandemia. Quinn dijo que alrededor de 30 poetas a los que contactó dijeron que no habían sido capaces de escribir, mientras que otro colaborador de la antología, Major Jackson, dijo que conoce a muchos colegas que están actualmente bloqueados. Jackson, un poeta galardonado con sede en Vermont, dijo que se sentía “culpable por la ansiedad que ellos expresan, como si fueran menos como poetas”.
Dijo que él y su esposa, la poeta Didi Jackson , se comprometieron a escribir todos los días una vez que comenzó la cuarentena como una manera de distraerse de los sucesos actuales pero también de absorberlos. Su poema “Invocation” (Invocación) es un llamado a tiempos mejores (“No más repliegues de odio”) y a la renovación de los viejos tiempos.
fjb