La escritora chilena Nona Fernández recibió el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz por su novela La dimensión desconocida , en un acto en que animó a los escritores jóvenes a escribir con una "responsabilidad histórica".

En la entrega del reconocimiento, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara , el venezolano Daniel Centeno , miembro del jurado, resaltó que la autora ha reconocido en varias ocasiones tener una "incapacidad para el olvido".

Su libro La dimensión desconocida es "tan incómodo como debe ser la buena literatura", y plasma "el arte de indagar en nosotros mismos".

El jurado eligió el texto como ganador por unanimidad porque hace una "actualización de la memoria histórica de su país", partiendo de un hecho real "que sacudió a la oposición chilena en plena dictadura".

Fernández integra "una visión híbrida pop en el relato en el que se advierte una convergencia de recursos, técnicas y géneros", reza el acta.

Tras recoger el reconocimiento, la actriz (Santiago, 1971) pronunció unas palabras en las que recordó el discurso que dio el presidente chileno Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara en 1972.

Entonces, el presidente dijo la frase, ahora "manoseada", de que "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica". Partiendo de esta, Fernández aseguró que "ser escritor y no ser revolucionario debería ser también una contradicción hasta biológica".

La autora pidió a los jóvenes autores a "escribir bien, pero hacerlo también con responsabilidad histórica". "Tenemos el privilegio del manejo de la pluma; hagamos con él algo que dinamite, que nos explote en la cara".

La escritora aseguró que le interesa construir la "memoria colectiva", no la que se encuentra en museos y memoriales, sino la conformada por "retazos de unos y otros; ese monstruo terrible inclasificable que reclama y exige".

En relación con Sor Juana (1651-1695), recordó que la primera vez que se acercó a la poesía fue a través de sus versos, que una monja de su colegio les hizo leer diciendo que pertenecían a "una antigua hermana mexicana que escribía poemas".

La escritora recordó los últimos días de la poeta, tras lo que se comprometió a "escribir y leer" todo lo que ella no pudo por morir a temprana edad.

nrv

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