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Casi al mismo tiempo que Matar un ruiseñor convirtió a Harper Lee en una popular autora galardonada con el Premio Pulitzer , ella seguía luchando por la libertad creativa.
"Debo decir que cada vez es más difícil que los artículos de revistas estén escritos de una manera diferente a como el editor de la revista parado detrás de tu hombro te dice que debería ser escrito. Ya sabes lo bien que me va eso”, escribió la autora originaria de Monroeville, Alabama, a su amigo de Nueva York, Harold Caufield (a quien se refería cariñosamente como "Querido Aitch"). La carta de 1961, el año en el que fue publicado su libro, contaba como Esquire le rechazó una pieza que le habían pedido escribir.
"No iba acorde a su imagen (o la imagen que quieren proyectar) sobre el sur. Mi pastiche incluía algunas personas blancas que son segregacionistas y al mismo tiempo aborrecían y odiaban al K.K.K. , era una imposibilidad axiomática”.
La carta de Lee es una de las seis donadas a la Universidad Emory de un coleccionista de libros de California que fueron publicadas el lunes. La correspondencia escrita en máquina de escribir data de mediados de la década de 1950, cuando comenzó a escribir Ve y pon un centinela , la precursora de Matar un ruiseñor , que inesperadamente fue publicada en 2015, y se extienden hasta principios de la década de 1960 con la publicación de su primera novela.
Abarcan de todo, de política y literatura a religión y citas. También describen los cuidados que le daba a su padre enfermo, Amasa Coleman (A.C) Lee , el abogado, y editor dueño de un periódico en el que se basó para crear uno de los personajes más famosos de la literatura estadounidense, Atticus Finch .
“Esta correspondencia de Harper Lee nos da una visión maravillosa sobre su vida durante los años críticos cuando escribió lo que serían sus dos únicas novelas”, dijo en un comunicado Joseph Crespino , profesor en Emory y autor del libro próximo a publicarse Atticus Finch: The Biography . "Nos dan una ventana a su vida y su punto de vista durante un periodo de cambios tumultuosos en la vida política del sur del país”.
Lee murió en 2016 a los 89 años. Como escribe Crespino en su libro, ella veneraba y se rebelaba al mismo tiempo contra su padre, cuya imagen sagrada de Matar un ruiseñor y la interpretación de Gregory Peck en adaptación cinematográfica de 1962, quedó trastocada por el retrato de Atticus como un reaccionario necio en Ve y pon un centinela . Harper Lee había discutido con su padre sobre el surgimiento del movimiento por los derechos civiles, pero se mantuvo cercana a él. A mediados de la década de 1950, incluso se mudó de Nueva York a Monroeville después de que A.C. Lee enfermó.
En otra carta de 1956, escribe su asombro al notar que es capaz de ayudar a su padre.
“Cariño, creo que todos de alguna manera respondemos en los momentos difíciles: He hecho más cosas para él que lo que hubiera remotamente pensado que haría por cualquier persona”, escribió. “Pero supongo que hay verdad en el adagio que dice que no te importa cuando son tuyos. Definitivamente a mí no: Te darás cuenta que tu Nelle Harper es un individuo mucho menos remilgoso. Pero lo único a lo que creo que no me acostumbraré si llego a tener 100 años es a las agujas. Lo alimentaron a través de sus venas por 10 días después de que se enfermó y yo sentía nauseas cada vez que lo veía conectado a esa cosa”.
Lee evitó a los medios de comunicación gran parte de su vida, pero en privado solía expresarse muy bien. En sus cartas es sincera e irreverente al burlarse de la religión y de Elvis Presley, además de estar muy consciente de estar apartada de la comunidad de donde proviene.
nrv