La "Carmen" que el francés Prosper Mérimée creó en 1845 y la que Georges Bizet convirtió en ópera en 1875 se "revela" contra su propio creador de la mano del ilustrador Benjamin Lacombe , una "profunda feminista" que "atrapa" y seduce como las arañas a través de la tela de araña negra que teje por el libro.

Y lo hace porque, según explicó el francés a Efe durante la promoción de este libro editado por Edelvives , pese a considerar que el texto de Merimée es "formidable" -sobre todo el esbozo psicológico de sus personajes- se trata de una historia en la que le "chirrían" varias cosas, como la "impronta del colonialismo" que se puede "leer entre líneas".

"Dentro del siglo XXI se podría considerar que Mérimée era racista por la opinión que se desprende de sus líneas sobre los gitanos, sobre todo en el capítulo cuarto; pero al mismo tiempo no podemos sacarlo de contexto, y hay que entenderlo, era un espíritu libre que había viajado fuera de Francia y que había explorado mundo", matiza el ilustrador.

Una realidad que Lacombe (París, 1982) ha combatido aportando a la "visión del genio" la suya propia en sus ilustraciones, sobre todo a la hora de llevar al pincel el estudio etnológico.

"Yo intento ilustrar esa locura y ese pensamiento tan absurdo de intentar mostrar algo que era falso: la diferencia de las distintas etnias o razas, porque no las hay, somos todos iguales, y ahí es donde yo he intentado revelarme", añade el autor de otras historias protagonizadas por mujeres pasionales, como Madama Butterfly o María Antonieta.

Pero si algo destaca de esta edición es que Lacombe ha convertido a la cigarrera gitana en una mujer-araña de "belleza descomunal" inspirada en las actrices españolas Paz Vega y Penélope Cruz , así como en una amiga suya, para no "recurrir a los estereotipos gitanos". Algo que se ve también a lo largo de sus dibujos, ya que detrás de cada trazo o gesto hay un gran trabajo de documentación.

"No quería ser el típico francés que se dedica a abordar temáticas de otros países sin saber de lo que estoy hablando", reconoce.

Es decir, lo que ha creado es una Carmen de grandes ojos y melena negra a la que da el carácter de araña, un animal que nos provoca "rechazo" pero al mismo tiempo nos "atrapa", y no solo literal sino físicamente. Porque el ilustrador ha usado como hijo conductor una tela de araña negra y elegante que se va desplegando por las negras páginas de libro y por la portada, bordada en parte a mano.

Gran amante de las mujeres de gran temperamento y pasionales, Lacombe reconoce que en la actualidad es "profundamente necesario" la existencia de mujeres como "Carmen", con "toda esa seducción y ansias de libertad".

"En el fondo Carmen era una profunda feminista y a día de hoy estamos viviendo una especie de marcha atrás en lo que respecta a la condición de la mujer por motivos de índole religiosa o laboral. Carmen no hace más que encararse a los personajes masculinos huyendo de cualquier suerte de dominación, y es ella quien los domina", confiesa.

Fascinado por este personaje desde que era niño cuando su madre le llevó a ver la ópera de Bizet, Lacombe afirma que una de las decisiones que le llevó a abordar este personaje se debe a la "fascinación" que genera siglos después de su creación por ser "realmente el arquetipo de mujer fatal".

"Y por vez primera -concluye- en uno de mis personajes femeninos y en uno de mis proyectos estoy abordando una temática mucho más adulta que me ha permitido explorar la temática de la sensualidad, que nunca lo había hecho".

nrv

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