Recuperar la memoria es "el gran asunto pendiente" de una generación que vivió su infancia con el fantasma de la Guerra Civil española y en medio de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), dijo hoy la escritora Almudena Grandes .

"Es el gran asunto pendiente de mi generación, en un país en el que se ha predicado la amnesia como camino hacia el progreso", afirmó Grandes (Madrid, 1960) al impartir la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar de la Universidad de Guadalajara .

Con los murales que el pintor mexicano José Clemente Orozco plasmó en el paraninfo universitario como escenario, la narradora aseguró que la memoria es "la línea" que traza "la frontera entre los países decentes y los países indecentes".

Este ejercicio de recordar y revisar la historia tiene que ver "más con el presente que con el pasado" y en definir "lo que queremos ser, a quién nos queremos parecer y a quién no", dijo Grandes, quien participa en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara , que este año tiene a Madrid como invitada de honor.

La autora estrena Los pacientes del doctor García , la cuarta entrega de la serie "Episodios de una guerra interminable" y que se adentra en la red con la que criminales de la Alemania nazi consiguieron escapar a Latinoamérica, vía España.

"A menudo la gente que es partidaria de no tocar nunca nada y de que todo quede como está suele decir que la memoria es un ejercicio nostálgico y paralizante que impide avanzar, pero es mentira, la memoria no tiene que ver con el pasado, sino con el presente y el futuro", aseveró.

Grandes dijo que su interés en hablar de estos temas surge de la incomodidad que le causaban los silencios de su familia cuando preguntaba por esas personas cuyos retratos poblaban algún rincón de su casa y no conocía, pues habían muerto en la Guerra Civil (1936-1939).

"Nuestra infancia fue así y poco a poco los españoles de mi generación, los nietos de quienes lucharon en la Guerra Civil, fuimos cargando con una mochila que cada vez pesaba más", aseguró la autora de El corazón helado (2007).

En la charla "Mirar el mundo", que la reunió con sus lectores mexicanos, Grandes recordó su infancia y cómo su aspecto "morena, peluda, gorda y muy alta" le arrebató la posibilidad de representar a alguno de los personajes principales de los festivales navideños y la relegó a personificar un árbol.

Para defenderse de esa realidad, Grandes cuenta que desarrolló dos armas secretas muy potentes: la relación con su abuelo paterno, a quien considera "el primer gran amor" de su vida, y los libros, un binomio inseparable pues fue él quien le obsequió su primer ejemplar, una adaptación para niños de "La Odisea" de Homero.

La escena en la que Ulises, protagonista de ese relato épico, se levanta de un rincón del palacio de Penélope y comienza a matar a los pretendientes de esta reveló a Grandes un mundo de sentimientos y emociones que la llevaron a dedicarse a la literatura.

"Ulises se estaba vengando a él mismo, pero también me estaba vengando a mí de todas las injusticias, los sufrimientos y de todas las veces que no me habían elegido como angelito", dijo la madrileña causando la risa de los asistentes.

Reveló que para ella la literatura es como el sudario que Penélope tejía por las mañanas y destejía por las noches "para crear un eterno comienzo".

"La literatura es un tejido hecho con los hilos de la vida que nunca empieza y nunca termina porque se teje y se desteje constantemente", aseguró.

nrv

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