Hace 40 años, Alberto Ruy Sánchez viajó por primera vez a Mogador e inspirado por la cultura marroquí escribió el primer esbozo de su novela Los nombres del aire , que sería finalmente publicada una década después. A 30 años de ello, el autor celebrará mañana con una charla en el Palacio de Bellas Artes .
Será una charla con el promotor de la lectura Ricardo Cayuela y luego una lectura de fragmentos de la obra premiada en 1987 con el premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores , en la que estará acompañado por la actriz y cantante mexicana Sasha Sokol .
Los nombres del aire
es una novela que explora mediante el lenguaje las distintas formas del deseo y el erotismo femenino. A la fecha ha sido traducida a idiomas como el inglés, árabe, francés, italiano, portugués, alemán y turco.
De acuerdo con la Dirección de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) , Los nombres del aire es una evocación poética que avanza en espiral hacia un laberinto de deseo. En ella, el autor entreteje la voz de los anhelos de muchas mujeres en una sola: Fatma, su protagonista.
Sobre su texto, el autor ha dicho que en el afán artesanal de composición literaria tuvo el deseo de que el lector entrara al libro como se entra a un edificio, a un ámbito, a un espacio, a una arquitectura.
"Que el lector sintiera y deseara avanzar en ese espacio o irse o quedarse en una esquina tan sólo, atraído tal vez por una luz al final o al fondo. Llevado más por un conjunto de sensaciones atractivas que por la pregunta recurrente del suspenso tradicional”.
Alrededor de la ciudad amurallada de Mogador, Ruy Sánchez traza un microcosmos del deseo formado por cinco esencias o elementos: agua, aire, fuego, tierra y una quintaesencia. Fue así como a esta novela se sumaron cuatro más para formar el Quinteto de Mogador: En los labios del agua (1996), Los jardines secretos de Mogador (2002), Nueve veces el asombro (2005) y La mano de fuego (2007).
Mogador es la metáfora de la mujer deseada
, del ser anhelado que se convierte en el misterio indescifrable. En este microcosmos las vidas se entrecruzan con sueños e ilusiones y la realidad queda en un segundo plano.
Para la escritora marroquí Oumama Aouad , el mérito de Ruy Sánchez fue que supo evitar los escollos de la mirada masculina sobre la mujer y, especialmente, sobre la mujer árabe: “Las mujeres en la obra de Ruy Sánchez son mujeres que desean desde antes de ser deseadas”.
Mientras que para Mónica Lavin , “después de Alberto Ruy Sánchez ya no podemos vivir sin Mogador. Él lo puso en nuestro camino. Le dio callejuelas y temperatura, el color de la tarde, el bullicio y el secreto. Él construyó una ciudad literaria: la ciudad del deseo. En Mogador se encuentran y se pierden los amantes, el tiempo está de su lado y corre a su manera”.
nrv