En un país donde construir un tren que atraviese territorio arqueológico inexplorado y modifique culturas nativas sin consultar o avisar es sinónimo de modernidad y progreso, sus propios representantes alimentan más las contradicciones y las disfrazan de verdades. Tal es el caso de la gobernadora de Campeche, , quien, sin temor ni dudas, afirmó ayer en la conferencia de prensa matutina que el es un “caballo de fuego” y uno de “los mayores aciertos al gobierno”. Con enjundia en sus dichos, la gobernadora morenista cuestionó que “los opositores” se preocupen por el cuidado del medio ambiente o por el sueño de los murciélagos. “Nunca antes se había cuidado tanto al medio ambiente y sí, sí nos vamos a preocupar por el silencio de los y también por los gritos del hambre”, expresó. Ay. Para rematar, Sansores afirmó que el Tren Maya es una “revolución solar”. “La mano de Dios se inspiró para crear esta obra maestra”, dijo la funcionaria. Parece que en Campeche se olvidaron de los dioses prehispánicos y las culturas originarias y trajeron a otro dios, uno que nada más ataca desde Palacio.

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melc