Diego Armus
, doctor en Historia por la Universidad de California, Berkeley , reflexionó sobre las diferentes incertidumbres que se han generado a partir de las pandemias y epidemias a lo largo de la historia, en especial las que ha provocado la de Covid-19 .
“Escribir y pensar una epidemia es más fácil que vivirla. Se trata de un evento público, extraordinario, de notable intensidad y dramatismo, que pone al descubierto la distancia entre la experiencia individual y social y el modo en el que se narra”, dijo el especialista durante la conferencia “Narrar la epidemia: Covid-19, incertidumbres e historia”.
La escritura de la pandemia, dijo el especialista en historia de las enfermedades, se da a partir del miedo, la urgencia, la reproducción de la información en medios de comunicación; sin embargo, enfatizó que no es una situación propia de la pandemia por la que actualmente atraviesa el mundo.
Con respecto a la información, Armus ha visto que durante esta emergencia surgieron sitios de Internet donde se desarrollan “ciertas narrativas”, pero no sólo eso, a la par del surgimiento de espacios, diferentes personas han adquirido espacios en los que opinan y analizan.
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“Los tiempos nebulosos e inciertos de la pandemia habilitan a quienes creen que tienen algo que decir, a quienes están acostumbrados a opinar públicamente y quienes no titubean en hacer vaticinios de todo tipo, se trata de narrativas inevitablemente improvisadas y las más de las veces, sinceras y legítimas, algunas son cautelosas, otras son lecturas montadas sobre teorías conspirativas, comentarios irresponsables o reflexiones que por su audacia motivan dudas”, indicó.
Dentro de todo ese cúmulo de textos de opinión, Armus señaló que “abundan los diagnósticos prospectivos”, en los que se habla del futuro después de la pandemia y en ellos “hay de todo”, desde aquellos en los que se vislumbra un nuevo mundo sin besos ni sonrisas, hasta aquellos en los que se dice que la mortalidad por Covid-19 no es muy alta.
Sin embargo, en esos textos se compara al Covid-19 con otras enfermedades conocidas “ignorando” que la actual pandemia es producida por un virus nuevo, del que se sabe poco y que aún no se cuenta con métodos eficaces para combatirlo, todo ello porque “plantean un mundo que quieren o temen”.
A la par de los analistas están otras opiniones, aquellas que son emitidas por usuarios de las redes sociales, aunque todas esas narrativas “tienen en común la incomodidad o la incapacidad de lidiar con las incertidumbres de las coyunturas epidémicas”.
Las incertidumbres
Diego Armus señaló que a causa de la pandemia se generan diferentes tipos de incertidumbre y que hay un tipo que se da en el sector epidemiológico, en el que doctores y especialistas estudian la enfermedad, pero al mismo tiempo, contribuyen en la toma de decisiones para el manejo del fenómeno.
“Los epidemiólogos saben que esta semana parece encaminarse hacia una dirección, pero la siguiente habrá que ajustarlo y también saben que lo que hayan hecho habrá de politizarse”.
A la par de las discusiones epidemiológicas, se dan opiniones en las que se toma en cuenta a la historia, porque no ha habido sólo una epidemia, sin embargo, Armus enfatizó en la importancia de estudiar el pasado con un alto grado rigor y cuidado, sobre todo porque “se olvida que cada enfermedad es peculiar y única”.
Si sólo se toman datos sin considerar los diferentes tipos de contextos, dijo, “terminan hablando de epidemias en plural, estandarizándolas, ignorando lo que los historiadores tratan de hacer mejor: hablar, escribir y conjeturar tomando en cuenta un lugar y un tiempo específicos”.
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Una vez que se hace un estudio sobre las pandemias, se despliega una “dramaturgia que en líneas generales parece repetirse”, porque son fenómenos biológicos, medioambientales y sociales.
Pese a contar con tópicos constantes, el investigador señaló que cada pandemia tiene sus particularidades como el modo en que circula, su novedad, la duración, su geografía, el medio ambiente que facilita su propagación y su impacto.
El impacto de las epidemias es un factor de suma importancia, porque es “socialmente diferenciado, pues las epidemias distan de ser democráticas y siempre terminan afectando a los más vulnerables. La epidemia es como un tsunami que afecta a todos, pero no todos cuentan con los mismos recursos para enfrentarla”.
Otra incertidumbre, dijo, es la biomédica, porque en medio de las pandemias y las epidemias despega “una bala”, que es la que debiera terminarlas, y ese proyectil está asociado a las vacunas, aunque señaló que en “la historia de las enfermedades se registran muy pocos casos de balas realmente mágicas. Las incertidumbres biomédicas exceden con creces la búsqueda de la bala mágica”.
A ese par de incertidumbres, Diego Armus agregó otro elemento: la salud pública , pero no visto como las políticas públicas, sino como las medidas “específicas” que deben tomarse para lidiar exitosamente con una emergencia que también es específica.
Para esas medidas de salud pública, enlistó preguntas que dijo, se deben hacer, como cuándo limitar el acceso de extranjeros, qué controles imponer en puertos y aeropuertos, cuándo es momento imponer el uso de guantes y tapabocas, por cuánto tiempo se debe implementar el distanciamiento social y cuán centralizado debe ser el gobierno encargado de la emergencia sanitaria.
Plantear esas preguntas contribuye al manejo de la crisis porque “el clima de incertidumbre propicia teorías conspirativas. Algunas culturas y sociedades navegan con paciencia y resiliencia los tiempos de epidemia, otras no porque confían menos en la ciencia, la medicina, sus gobiernos o porque no han logrado capitalizar experiencias epidémicas previas y entender que estos eventos extraordinarios son en gran medida inevitables, pero que también empiezan y terminan.
“Las pandemias además de traer muertes y colosales desbarajustes económicos, sólo logran desnudar aberrantes desigualdades sociales”, dijo y ejemplificó con el limitado o nulo acceso al agua, para el constante de lavado de manos de toda la población o bien, cuando las haya, el acceso a las vacunas.
También reconoció que la pandemia de Covid-19 es la primera que se da en tiempos de Twitter, Facebook, Zoom y en medio de problemáticas como la violencia de género : “Quizá esta crisis pueda llevar a los gobiernos a establecer la salud colectiva como prioridad de Estado y de ese modo enfrentar la incertidumbres de futuras epidemias con más y mejores recursos”.
La conferencia de Diego Armus fue la primera de cinco que conforman el ciclo “Epidemias, pandemias y Covid-19 desde la historia”, que organizó Claudia Agostoni, del Instituto de Investigaciones Históricas. La siguiente será “La pandemia de Covid-19 en perspectiva histórica. Registros de muertos y estadísticas diversas a lo largo de la historia”, de América Molina del Villar, que será el jueves 10 de septiembre.
fjb