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“Un mexicanismo es una forma que es usual o general de la República Mexicana, sea cual sea su origen etimológico . Hay una gran cantidad de léxico de origen español porque es la lengua que arribó hace 500 años y nos dio forma; los mexicanos la hemos reelaborado y resignificado: no usamos moños para el atado atrás del pelo, sino que nos hacemos un chongo, pero nos podemos poner nuestros moños cuando nos enojamos”, dijo la lingüista Concepción Company , ganadora del Premio Nacional de Artes y Literatura en 2019, durante la presentación del “Diccionario de mexicanismos. Propios y compartidos”, que presentó hoy en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en compañía del periodista Leonardo Curzio y del escritor y presidente de la Academia Mexicana de la Lengua , Gonzalo Celorio.
Esta definición de mexicanismo es descrita por la también ganadora del Premio Internacional Menéndez Pelayo en 2021 en la introducción del diccionario. Lo normal en las introducciones (en este caso, la de un diccionario) es que nadie las lea, por lo que Company estuvo tentada a colocar, antes del título, las siglas IQNVL (Introducción Que nadie Va a Leer), “igual que INRI arriba de la cruz”, contó en tono irónico.
En 2010, recordó Curzio en su intervención, hubo una primera versión de este diccionario, también a cargo de la propia Company, en la que participó el humanista Ernesto de la Peña. Con el proyecto recién publicado por el sello de Editorial Planeta y editado por la Academia Mexicana de la Lengua, termina un proceso colaborativo de investigación institucional que duró una década —en palabras de Company— y se llevó a cabo, jueves tras jueves, por diez colaboradores lexicógrafos, siete académicos de número y tres biólogos que se encargaron del léxico botánico-zoológico.
Foto: EL UNIVERSAL / Juan Boites
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La comisión de lexicografía que participó en la elaboración del diccionario es la más antigua de la Academia y en estos diez años de trabajo estuvo precedida por Company, abundó Celorio, sin dejar de lado el “carácter heterogéneo y plural de los académicos numerarios”, entre los que hubo lexicógrafos, lingüistas del castellano y expertos en lenguas indígenas, filólogos, historiadores y latinistas.
Quizá lo más conmovedor y aleccionador, dijo el ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura en 2010, fue que a la comisión de lexicógrafos se empezaron a sumar jóvenes, recién titulados de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, que, en un principio, hacían su servicio social, pero que se fueron formando en el seno de la comisión y que, una década después, en muchos casos ya tienen posgrado y dejaron una huella importante en la elaboración del “Diccionario”.
Para definir bien los márgenes de la obra, Company dijo que el habla folclórica de Cantinflas, por ejemplo, el habla popular, no es propiamente un mexicanismo, aunque muchos mexicanismos sí son populares. “Le hemos dado al mundo las palabras ´cantinflear´ y ´cantinflesco´. Un mexicanismo puede ser un anglicismo; las bases de los colchones para dormir son ´box spring´, y eso es un mexicanismo. Las lenguas no son puras, son sedimentaciones de contactos culturales, el estado natural de los seres humanos es el contacto”.
La obra, además, incluye una gran cantidad de indigenismos. “Las lenguas amerindias fueron parte de nuestra conexión cultural a lo largo de 500 años”, subrayó y usó como ejemplo la palabra “molcajete”, cuya mayor aproximación, en otros dialectos, sería “mortero”.
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También hay mexicanismos que son de jerarquización, continuó: “Preferimos enojarnos y no enfadarnos; preferimos pararnos y no ponernos de pie; preferimos ameritar y no merecer la pena. Esto no significa que no conozcamos las otras palabras, claro que las conocemos”.
La palabra tiza es otra que puede servir para comprender la identidad mexicana. “Tiza es un nahuatlismo. Sólo tenemos tiza para entalcar el palo de billar (yo creo que la herramienta de escritura, las tizas, se está acabando en el mundo digital). La palabra es usada en el mundo hispanohablante y fue un regalo del náhuatl a los otros 19 países que, junto con México, hablan lengua española como lengua nativa (…) Ser mexicano es afianzar, darle relación a usos y formas que generan una identidad lingüística”.
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melc