Las denuncias contra la violencia de género en la Cultura sacuden las redes

Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, y Marina Núñez Bespalova, encargada del despacho del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), han manifestado públicamente su “cero tolerancia” al acoso, al maltrato y a la violencia de género, incluso Núñez Bespalova señaló que hace unos años separó del trabajo a dos acosadores: “No soy tolerante con eso ni lo seré”, escribió. El programa Tierra Adentro, en su cuenta oficial, se manifestó contra del acoso y el abuso: “Aquí los perpetradores no son bienvenidos”. Funcionarias e instituciones se han sumado al hashtag #MeTooEscritoresMexicanos que este fin de semana se colocó como una de las principales tendencias de Twitter. Todo comenzó con la denuncia por violencia y maltrato contra un escritor. A partir de ahí se han sumado nombres a una lista de literatos. La escritora Brenda Lozano y otras colegas crearon el correo yotecreomx@gmail.com para que las mujeres víctimas de acoso, violencia sexual, amenazas y bullying en el medio literario y periodístico escriban su testimonio y el nombre del agresor antes del 26 de marzo, hay incluso un algoritmo que convierte a tabla de barras las menciones de los escritores. Lo que se espera es que estas denuncias, muchas anónimas, lleguen con pruebas y con denuncias formales y no se quede en acusaciones que apelen al auto de fe o que se puedan prestar a graves venganzas que deriven en linchamientos.

Después de recibir la beca del Fonca ¿continúan la batalla o se repliegan?

El futuro del Fonca ha estado en el debate público desde una par de meses, cuando se anunció su “refundación”. En este contexto, con un desafortunado foro de consulta, de datos duros sin análisis, de renuncias “por enfermedad”, de larguísimas discusiones en redes sociales, se publicaron los resultados de una convocatoria del Fonca, la de México en escena. Los resultados han generado más debate en torno a dos aspectos muy discutidos: creadores o compañías que han recibido el estímulo en más de una ocasión y la centralización de los lugares de residencia. Además, se ha generado una división que parece ir en dos sentidos: los “privilegiados” contra los “rechazados”. El encono apunta también a aquellos ganadores que semanas antes se les vio exigiendo más presupuesto, respeto a la comunidad y transparencia en los procesos de selección, incluso hay quienes se preguntan si continuarán en la primera línea de lo que parece un frente de batalla por un mejor Fonca o si, ya con beca, se replegarán. Ojalá que los cambios que se den a conocer en las próximas semanas sean resultado de una reflexión profunda, de autocrítica y, sobre todo, de propuestas enriquecedoras. El sector cultural, sin ninguna duda, necesita de estímulos y de funcionarios que estén a la altura de las grandes necesidades que tiene.

Atínele al total de inmuebles dañados

La reconstrucción del patrimonio dañado por los sismos de 2017 es un tema que más que respuestas aún tiene varias incógnitas, pues el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que hay 13 mil 385 bienes muebles y 2 mil 340 inmuebles dañados por los sismos, cifra que “hasta ahora no ha tenido cambio”. Sin embargo, Arturo Balandrano —quien a inicios de febrero dejó la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH para asumir la titularidad de la Dirección General de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura— dijo en una entrevista que alrededor de 200 inmuebles no habían sido contabilizados por “muchas razones”, por lo que en total había 2 mil 540 inmuebles dañados. Ante la falta de precisión, ¿cómo creerles que tienen la situación bajo total y absoluto control?

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