La intimidad de , su amor apasionado, sus deseos juveniles, aspiraciones poéticas, el anhelo de labrarse un lugar en la literatura y en la vida cultural mexicana , pero también sus inseguridades, odios y celos, plasmados en 84 cartas —el número total— que Paz dirigió a su primer amor y primera esposa, la , han sido reunidas y publicadas por vez primera en una edición crítica a cargo del académico e investigador Guillermo Sheridan en el libro "Octavio Paz Odi et amo: Las cartas a Helena" que publica Siglo XXI Editores.

Con una amplia introducción sobre la vida y la obra de Paz, sobre el género epistolar y la biografía literaria, el columnista de EL UNIVERSAL analiza las cartas que Paz escribió a Garro y donde no sólo está presente su relación sentimental a lo largo de una década --de 1935 a 1945--, además se hallan las bases sobre las que a sus 21 años Paz ya edificaba su obra poética y ensayística.

Están completas las 36 cartas que le escribió a “Helena”, como la llamaba, durante 1935, absolutamente enamorado y viviendo en la Ciudad de México; las 26 misivas llenas de deseo que le envío desde Mérida, a lo largo de 1937, y las 19 cartas escritas entre 1944 y 1945 desde California, donde ya se manifiestan la distancia y los estragos del tiempo.

Sin embargo, el viaje a la intimidad del Nobel de Literatura, reunida en 472 páginas sólo es de ida, no está la correspondencia de Elena Garro al poeta, y es muy probable que ya no exista: “No tengo la certeza, pero me temo que pudieron haber sido víctimas de una esposa celosa que no quiso correr el riesgo de que se llegasen a conocer, ojalá me equivoque”, afirma Guillermo Sheridan en entrevista.

-¿El Paz de estas cartas parece otro, distinto?

Paz tiene el inconveniente de que vivió una vida muy larga y, como todas las vidas largas, tiene etapas, procesos, una dialéctica interna , sobre todo en un hombre que tiene muchas contradicciones, en particular consigo mismo, pero al mismo tiempo pienso que estas cartas son una especie de anticipo del gran poeta que empieza ya a ensayarse, que empieza a buscar su propia voz, y al mismo tiempo son un testimonio bastante notable de cómo las creencias profundas, los actos de fe, de vida, que lo marcaron a lo largo de esa larga existencia están ya presentes en su juventud, incluso manifestadas con la misma contundencia y energía que lo marcó siempre.

-¿Están en estas páginas los temas centrales de su poética?

Estas cartas las escribe un muchacho de 21 años que apenas está entrando a la mayoría de edad, y encontrar en ellas ideas y convicciones sobre todo, sobre la naturaleza del amor y la experiencia del amor, las emociones , las pasiones , la naturaleza del deseo , el impulso de la sangre que, al mismo tiempo, están en los poemas sobre el amor que escribió 50 o 60 años después, por ejemplo en Carta de creencia, que es el poema en el que Paz manifiesta que su creencia esencial es la creencia en el amor, y que a mi parecer es un poema muy hermoso, nos damos cuenta que está hecho de la misma sustancia que estas cartas juveniles.

-¿El amor y el odio en su vida y en su obra? 

Desde luego no es la misma sinceridad que en los poemas, es una sinceridad de otra temperatura, de otra naturaleza; digamos que el licor escanciado, destilado es el poema pero las cartas son el alambique, el proceso que lleva a esa destilación; y en ese sentido leer estas cartas, no sólo para un estudioso de la obra de Paz sino para un joven poeta o para un historiador y un lector, es muy revelador; son una buena guía para aprender ese arte imposible de la experiencia en el amor.

"Leer estas cartas, no sólo para un estudioso sino para un joven poeta y un lector, es muy revelador; son una buena guía para aprender ese arte imposible de la experiencia en el amor”

-¿Las cartas hallan una resonancia en su poesía?

Hay que pensar que no son mensajes, lo que hace este muchacho es escribir cartas que a veces tienen 15 páginas de extensión, lo que está haciendo este muchacho es convertir las cartas en un autoanálisis, en una exploración de sí mismo, en una exploración de su alma; es como un cartógrafo levantando el mapa muy detallado y preciso de su propio ser, de su propia alma y además en carta, es decir de manera rápida, espontánea, sin reflexión, sin el proceso analítico o de pensamiento del ensayo, en donde todo está más razonado y mucho más calculado, entonces esa espontaneidad y esa energía es también muy rica y muy sorprendente, porque son cartas bien escritas.

-¿Quería oírse y conocerse a través del amor a Elena?

Quien escribe una carta de amor se la está escribiendo a la persona que ama pero también se le está escribiendo a él mismo. En una de las cartas juveniles, Octavio dice: “Yo cuando te escribo me dirijo a mí mismo y a la espectadora de mi alma que eres tú”, eso es lo que hace fantásticas sus cartas de amor, es una puesta en escena; que Paz escoja la palabra “tú que lees esta carta eres la espectadora de mi alma”, es bien interesante, es como decir que en una carta de amor hay una escena, hay una narrativa, hay una obra de teatro en la que los protagonistas son los actores y la historia que está narrando está sucediendo al mismo tiempo que se escribe y se pone en escena; en ese escenario de las cartas está el alma del que la manda y la persona que recibe la carta es la primera espectadora. Es un caso muy especial de una vieja idea romántica de que vivir es al mismo tiempo escribir lo que se está viviendo.

-¿Hay en él un ansia de encontrar respuestas?

Hay este estado de ansiedad continua en estos dos muchachos, y adquirió un tipo de potencia y de energía sumamente especial, lamentablemente no es correspondencia porque no tenemos los documentos de ella, pero estas cartas son quizás las más nutritivas, las más ricas que haya hasta ahora en la historia del amor por carta de la cultura mexicana , no sólo de la literaria, sino de la cultura mexicana misma.

-¿Está su vida pero también su tiempo?

Las cartas también son una guía de cómo se vive la vida en los años 30, cómo se vive la vida de los jóvenes, a qué lugares iban, qué libros leían, las tensiones políticas y sociales que estaban experimentando, la presión del medio, todas estas cosas están también en las cartas, son cartas de amor pero también son cartas de amor a la vida y a las complejidades de la vida, a ganarse la vida, a planear qué hacer con la vida, a tener que estudiar, a tener que buscar trabajo, a convivir con las tensiones políticas y sociales, a convivir. Claro, ya en las cartas finales, las de Estados Unidos, está el desasosiego de la inmigración, el estar lejos del país.

-¿Y las angustias del joven poeta?

Esa es una parte muy rica para los historiadores de la literatura, para los estudiosos del pensamiento y la obra de Paz, el lector no tendrá necesariamente que estar consultando las demasiado abundantes notas a pie de página, porque son también una radiografía de su manera de pensar, de imaginar y de sentir, son una puerta muy especial a la forma en la que su mente creativa se estaba formando, son una puerta hacia su taller poético, lo podemos ver ahí encontrando palabras, persiguiendo ideas, leyendo teoría, esta fidelidad y esta fascinación juvenil con los románticos alemanes; en fin, son revelaciones que ya se habían intuido porque estas cartas las escribe al mismo tiempo que la serie de prosas que titula Vigilias que son documentos muy importantes de su juventud, pero estas cartas tienen la gracia de que las ponen en acción, es alguien que está leyendo a Goethe o a Nietzsche y los utiliza para tratar de entender qué es lo que siente por Elena y qué es lo que siente por sí mismo ante el amor a Elena.

-¿Imposible tener las cartas de Garro a Paz?

Yo me temo que las cartas de Elena Garro hacia Octavio Paz se perdieron, no tengo la certeza, pero me temo que pudieron haber sido víctimas de una esposa celosa que no quiso correr el riesgo de que se llegasen a conocer, ojalá me equivoque, qué tal que en ese archivo todavía inescrutable --puesto que el legado de Paz está en un limbo jurídico--, pero qué tal que en ese archivo aparecieran las cartas de Elena Garro, sería maravilloso; tendríamos ahora sí una correspondencia y sería desde luego riquísima, sería inabarcable.

EL DATO

"Las cartas de amor de Paz a Garro, una exploración de su alma": Guillermo Sheridan
"Las cartas de amor de Paz a Garro, una exploración de su alma": Guillermo Sheridan

El libro "Octavio Paz Odi et amo: Las cartas a Helena" contiene 472 páginas.

-¿Es un intruso en la historia de amor y odio de Octavio Paz y Elena Garro?

Parto de la idea de que escribir sobre los poetas que me interesan, que es a lo que he dedicado mi vida, me convierte no en intruso, porque muchas veces me meto con papeles personales de otros como José Juan Tablada, López Velarde, Pellicer y Gorostiza , pero eso no me convierte en un intruso, sino en curioso de mí mismo, en un curioso de cómo leo y en un curioso de cómo pienso lo que leo. Desde luego, leer papeles íntimos sí tiene un ingrediente de voyeur, tiene un ingrediente de intrusión, pero sabiendo que los papeles íntimos son también una puesta en escena, un mensaje que uno puede ganarse. Una carta íntima es primero un documento de intimidad y después es un documento literario o histórico o cultural y en ese sentido quienes leemos las cartas íntimas de personas que vivieron hace mucho tiempo somos también los destinatarios de esos mensajes.

-¿Podrían seguir las cartas de Bona de Pisis, quizás de Marie Jo?

Lamentablemente con Marie Jo no hubo correspondencia porque nunca estaban alejados, creo que a lo largo de los muchos años que vivieron juntos nunca estuvieron una sola noche lejos uno del otro, entonces no hay cartas, quizá es una de las razones por las que a Marie Jo le molestaba que existieran cartas de las otras mujeres con las que Paz tuvo trato; sí hay cartas con Bona de Pisis , yo las conozco, son muy impresionantes, ameritarían un trabajo igual de complicado si no es que más que este volumen, ojalá que un día, cuando el pueblo de México sea el propietario del legado de Octavio Paz... espero tramitar los documentos que me permitan ir a Francia y tener acceso a copias de ese material, y derecho de estudiarlo y reproducirlo, pero no sé, espero que la vida me dé tiempo para hacer todas esas cosas.

-¿Por lo pronto publicará los años juveniles de Paz en San Ildefonso que ha hecho con Ángel Gilberto Adame?

El Colegio de San Ildefonso de mi UNAM creó la Cátedra Octavio Paz que acompaña la decisión de convertir un espacio del viejo Colegio de San Ildefonso para el cenotafio, el lugar que va a resguardar las cenizas de Paz y de Marie Jo, y tuvieron la buena idea de crear un libro sobre el Colegio de San Ildefonso en los tiempos en los que Octavio Paz era estudiante, un poco antes y un poco después. Con Ángel Gilberto Adame recopilamos una enorme cantidad de información histórica de jóvenes escritores que se formaron en ese sitio asombroso y lo publicará la UNAM.

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