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Luiz Ruffato, quien es uno de los grandes exponentes de la literatura contemporánea brasileña asegura que De mí ya ni te acuerdas, su más reciente libro publicado por Pollo Blanco, es una obra sobre la dictadura militar brasileña, que tenía que escribir pero sin las interpretaciones literarias obvias: desde la oposición o desde las personas que participaron de la dictadura, “a mí me gustaba mucho hablar de la dictadura sin la dictadura militar”. Y así lo hizo, pero tenía que resolver un problema: ¿Cómo hablar de algo sin hablar de ese algo? La forma que encontró es esta.

“Este libro es sobre la dictadura brasileña, sobre los cambios políticos, sociales y de comportamiento de este periodo de la década de los 70; es curioso porque mucha gente dice que es una obra autobiográfica, pero no lo es; dice que las cartas son verdaderas, pero no lo son. Es una historia que abarca el periodo más cruel de la dictadura miliar, fue muy grave y problemática, incluso para mí, pero incluso llega hasta la actualidad, hasta Bolsonaro, que es resultado de la dictadura; no era posible que existiera Jair Bolsonaro sin haber existido la dictadura”, señala el narrador que visitó México.

En entrevista y haciendo uso de eso que él llama un “portuñol salvaje”, Luiz Ruffato afirma que este libro es un testimonio de aquél momento político y también de este momento político actual, pero también de su momento personal, “muchas veces cuando se habla de la Historia, la historia es casi desubjetivada; yo quería mostrar cómo la Historia cambia las personas, cambia las relaciones sociales”, asegura el escritor quien reconoce el trabajo de traducción de la escritora mexicana Paula Abramo.

Rufatto habla de la memoria en sus historias, de su literatura que se caracteriza por dar voz a los pobres, que cuenta la vida de los más desprotegidos. Dice que hay una idea muy equivocada de que para representar la pobreza en la literatura los escritorestienen que rebajar la literatura y el lenguaje; “yo creo que es lo opuesto, mi sueño es que todas las personas pudiesen leer libros de calidad, no rebajando el lenguaje haciendolo literario”, asegura el también autor de Ellos eran muchos caballos.

El narrador que empezó en el periodismo dice que en Brasil los escritores son en general hijos de la clase media y media alta y entonces cuando escriben, escriben desde la clase media y media alta o sobre los miserables pero no sobre los pobres; sin embargo, él intenta hablar de este espacio del que no se habla que es el de las personas pobres.

“Tiene que ver con mi origen, de hijo de personas de clase media baja, pero también tiene que ver con mi idea de una sociedad justa, en la que todas las personas tienen espacio para hablar; yo pienso que los pobres hablan un poco por medio de mis libros”, asegura el narrador que dice que tuvo un pasado mediocre en el periodismo.

“Yo fui un reportero mediocre porque yo soy muy tímido, fui críado en una colonia italiana en Brasil donde las familias insistían que ‘la vida de las otras personas no nos interesa’, que ‘la vida de los otros es la vida de los otros’, imaginas un hombre tímido y con esta idea de que la vida de los otros no nos interesa, pues entonces yo fui un mediocre reportero, pero fui un buen redactor y editor”, dice; luego acepta que la literatura es meterse en la vida de los otros.

“Sí, pero yo no tengo que preguntar nada sobre las personas de las que escribo, yo escucho, no oigo; creo que como tengo cara de cura las personas se sientean junto a mí y me cuentan las historias; estas historias que están en el libro Lo que nos une —del que la Brigada Para Leer en Libertad regaló dos mil ejemplares en la Feria del Libro de Azcapotzalco—, nacieron de personas que llegaron y me contaron”, dice el escritor, quien reconoce que las personas que hablan por celular cuentan las historias más incríbles.

Luiz Ruffato acepta que no se limita a los géneros, ni a los subgéneros, ni a las estructuras literarias. “Yo no los obedezco, cuando yo quiero escribir una historia escribo una historia, no pienso ‘este libro le deba al género de la novela histórica’, o que sea un subgénero de la novela epistolar. Yo me pienso como un simple tecleador, los personajes me cuentan las historias y yo las escribo, después yo ayudo un poco con el lenguaje, pero mi trabajo es muy sencillo: teclear las historias que me cuentan; cuando las escribo no estoy preocupado si son de un género u otro género”.

Tampoco obedece las estructuras: “Yo creo que cada historia tiene una única forma de ser escrita; mi gran desafío es exactamente saber cuál es la forma más correcta para escribir cada historia; en mi caso, todos mis libros son distintos uno de otro”, dice. De tal forma que De mí ya ni te acuerdas es una novela epistolar o histórica, Estuve en Lisboa y me acordé de ti es una novela periodística porque es una entrevista; Ellos eran muchos caballos son fragmentos de historias; e Infierno previsorio, es una especie de realismo capitalista, es decir todo lo contrario del realismo socialista.

“Todos mis libros tienen una forma específica que no soy yo quien se las da, son las historias de los personajes los que piden una forma específica para ser contados”, concluye Ruffato.

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