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ssierra@eluniversal.com.mx
Por segunda ocasión en su historia, las 33 obras de la colección Presidencia de la República —que encargó a 33 pintores Carlos Salinas de Gortari en 1993— vuelven a estar en Los Pinos para su exhibición. La primera vez que estuvieron colgadas fue el 5 de noviembre de 1993; entonces las distribuyeron en los muros del salón Adolfo López Mateos y 27 de los pintores asistieron a la presentación.
Vicente Rojo, Manuel Felguérez, Irma Palacios, Miguel Castro Leñero, Beatriz Ezbán y unos cuantos más de los 16 artistas vivos que crearon obras para la colección (y familiares de algunos de los fallecidos) se reunirán este miércoles 28 de agosto para la inauguración de la exposición De lo perdido, lo que aparezca, la primera que presenta el Complejo Cultural Los Pinos de la Secretaría de Cultura federal.
Ocho integrantes del Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) del Instituto Nacional de Bellas Artes, de Los Pinos y de la Secretaría de Defensa colaboraban ayer para mover los cuadros, algunos de más de tres metros de ancho y tan pesados que les resultaba difícil maniobrar para desplazarse por las escaleras.
“La idea es que el público vea en un mismo espacio las 33 obras. A pesar de que la casa es muy grande —los que la hayan visitado sabrán a qué nos referimos— no caben en un salón…”, dice el curador Rodolfo Rodríguez Castañeda.
En la planta baja, en el que fue despacho presidencial de prácticamente todos los mandatarios desde que se construyó esa casa, entre muebles de madera oscura y una que otra enciclopedia, se instaló la pintura que identifica la colección: Murciélago, de Francisco Toledo, una obra que, como contó el mismo artista, la hizo pensando en ponerle un chiste para que la gente sonriera, así fue que hizo el murciégalo con unas orejas muy grandes, que muchos asociaron con el entonces Presidente.
También arriba, en extremos de los corredores, resaltan dos de las obras más notables de toda la colección: Sofía vestida como china poblana, de Julio Galán, y Huitzo, de Gunther Gerzso.
En la planta baja, además de la pieza de Toledo, está la pintura Volcanes, de Luis Nishizawa, que luce ahora en la antesala de la biblioteca (la sala donde antes se hallaba será una de las sedes de la exposición de Cerámica, otra de las próximas que abrirá Los Pinos). Volcanes era una de las pinturas que estaban en Los Pinos cuando el 1 de diciembre se abrió al público, al igual que las de Beatriz Ezbán, Rafael Cauduro y Humberto Urbán.
Aunque la casa Alemán es grande, los muros parecen insuficientes para las obras: “La idea es que el público vea en un mismo espacio las 33 obras, a pesar de que la casa es muy grande y aunque los que la hayan visitado sabrán a qué nos referimos, no caben en un salón. Hay obras de grandes dimensiones, sí ocupan muros muy grandes”.
Un criterio que guió la museografía fue la dimensión de los espacios y de las pinturas; las más grandes son las de Nishizawa, Soriano, Chávez Morado y Cauduruo.
“Es realmente difícil encontrar cuál fue el hilo conductor, realmente la idea es que las aprecien en los espacios. En la planta baja no tenemos tantos espacios disponibles, la gran colección estará en la planta alta”, precisa el curador.
Más planes para el recinto. Homero Fernández, director administrativo del Complejo Cultural Los Pinos, explica en entrevista que a pesar de que ha habido una amplia oferta cultural, no habían podido hacer una exposición hasta esta.
“Es una colección que fue pensada en su momento para Los Pinos, se conocía poco o nada de ella, y ahorita los visitantes van a tener la oportunidad de verla completa y de cerca”.
Añade que esta muestra y los propios espacios les han llevado a concebir un programa en torno del tema arte y poder. Luego comenta que la Casa Lázaro Cárdenas será un museo de sitio, con programación relacionada con el legado del expresidente, y que para ello tienen pláticas con la familia Cárdenas.
Otra de las muestras en puerta es la de Cerámica, que ofrecerá un recorrido por distintas etapas de la producción de ésta en México. Además llegará una exposición sobre el 2 de octubre a la sala Miguel de la Madrid. Fernández aclara que la exposición De lo perdido, lo que aparezca no será permanente. “Es una exposición de Presidencia, el complejo cultural es de la Secretaría de Cultural”.