En 1994 ingresé a la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) que, si bien no pertenece a la UNAM, sí tiene una cercanía geográfica con Ciudad Universitaria, la cual le dio a la comunidad de estudiantes de nuestra generación muchos de los espacios que necesitábamos para formarnos. Pasé incontables horas de lectura en los acervos de antropología, sociología e historia de la Biblioteca Central, que siempre recuerdo con agradecimiento como una parte fundamental de mi educación.

En 2002, mientras cursaba la maestría en Estudios Regionales en el Instituto Mora, fui becaria en el departamento de Geografía Social del Instituto de Geografía de la UNAM. Tras concluir mi doctorado en la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, entré como investigadora posdoctoral a dicho instituto con un proyecto para analizar la vulnerabilidad socioambiental de las áreas periurbanas del centro de México. Con este mismo tema, gracias a una convocatoria abierta del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) del Campus Morelos, concursé y gané una plaza de investigadora en el área de Estudios Regionales.

En 2011 me incorporé al Instituto de Geografía de Ciudad Universitaria como investigadora asociada, examinando desde ese entonces las diferentes facetas de la vulnerabilidad social y los procesos territoriales que forman parte de sus factores de origen. Esta área de estudio requiere una mirada amplia que conjuga aspectos filosóficos y éticos con análisis de los fenómenos urbano-regionales, cartografía, ecología política y la revisión de las políticas públicas. En esta combinación sui géneris de campos del conocimiento he podido crecer y aportar a la comprensión del fenómeno de la vulnerabilidad y al diseño de intervenciones para su reducción.

Tras los sismos de septiembre de 2017, la vida me llevó a experimentar en carne propia las consecuencias de un siniestro. Desde entonces he aprovechado todo el trabajo previo de investigación para procesar mi propia recuperación y para profundizar en una mirada alternativa sobre la vulnerabilidad socioambiental y los riesgos de desastre. Durante este tiempo he anhelado dejar un legado para mi ciudad y mi país, buscando vías para reducir el sufrimiento evitable a través de lo que la ciencia y el conocimiento pueden aportarle a la sociedad.

Los trabajos que coordino desde junio de 2020 en el Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales (SURSA) son una vía para fomentar el tipo de investigación aplicada y de comunicación pública de la ciencia y las humanidades que nuestro país necesita de sus académicos. En ese sentido, la UNAM es el lugar propicio para construir comunidades de conocimiento generosas y capaces de dialogar entre personas y disciplinas diferentes; que sacan adelante proyectos colaborativos y crean espacios de incidencia para implementar medidas tangibles de reducción de vulnerabilidades y riesgos.

La UNAM es una institución generosa que nutre al país, que promueve el estudio y el desarrollo de soluciones a las desigualdades, las injusticias y los riesgos socioambientales. Y en este campo debemos reconocer que la labor de Fundación UNAM ha sido fundamental para fomentar e impulsar la presencia de estos temas a través de becas y convocatorias de premios. Estoy orgullosa de contribuir con los propósitos de la Fundación.

Investigadora del Instituto de Geografía. Coordinadora del Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales

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