Más Información
PAN exige renuncia de Rubén Rocha Moya; Claudia Sheinbaum sigue protegiéndolo en “complicidad vergonzante”
No cesaremos ni nos rendiremos en nuestro llamado a la paz y justicia: Iglesia; pide ser persistentes en exigencia
Con reformas laborales, expertos ven estrategia de Morena; van a fortalecer su número de simpatizantes
Alito Moreno se reúne con familiares de prisioneros de Israel en Marruecos; pide su liberación antes de Navidad
Mi primer encuentro con la Universidad Nacional Autónoma de México fue en 1964, año en el que ingresé a la Escuela Nacional Preparatoria número 5 José Vasconcelos, por lo que pertenezco a la generación de universitarios que, por primera vez, estudiamos el bachillerato en tres años y que ingresamos a la licenciatura en 1967, último año del plan anual que se modificaría al plan semestral a partir de 1968. Viví intensamente los acontecimientos que sucedieron ese cruento año, como alumno del segundo año (tercer y cuarto semestre) de la carrera de licenciado en Derecho. Me gradué el 13 de julio de 1971 y posteriormente ingresé a la División de Estudios de Posgrado, donde cursé la especialidad en Derecho Constitucional y Administrativo y la maestría y el doctorado en Derecho, estudios que culminé el 26 de abril de 1983, fecha en la que presenté el examen de grado correspondiente frente a un jurado que presidió el notable jurista y profesor emérito de la Universidad, don Raúl Cervantes Ahumada, mi querido maestro, que recuerdo con enorme cariño y agradecimiento por todo lo que de él aprendí. Por cierto, todavía no estoy seguro de si la merecía, pero el hecho es que el jurado, integrado por siete sinodales, me otorgó Mención Honorífica.
A la par que atendía mis estudios como alumno del posgrado en Derecho se me presentó la oportunidad de ingresar al cuerpo docente de la Facultad, mi Facultad, y a partir de 1978, año en que me inicié como profesor de asignatura, he desempeñado esta maravillosa actividad con enorme cariño y dedicación. No tengo duda de que mi verdadera vocación es la docencia, actividad que atiendo diariamente como profesor del posgrado y de la licenciatura en Derecho. A la fecha tengo 45 años de antigüedad y por el momento no tengo planes de retirarme; mientras considere que puedo impartir los cursos que se me asignen, actualizando permanentemente mis conocimientos y logrando que se realice exitosamente el proceso de enseñanza-aprendizaje, seguiré disfrutando de esta que es la mejor actividad a la que he dedicado gran parte de mi vida.
Como lo he manifestado, mi vinculación con la Universidad no se ha limitado a mis actividades como estudiante, he mantenido también una relación laboral muy intensa con mi Alma Mater. En 2000 fui invitado por el entonces director de la Facultad de Derecho para ocupar la Jefatura de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad y, dos años después, el entonces rector de la Universidad, el doctor Juan Ramón de la Fuente, me nombró coordinador del Programa de Posgrado en Derecho de la Universidad, cargo que ocupé hasta marzo de 2008, cuando la honorable Junta de Gobierno de la Universidad me designó director de la Facultad para el periodo 2008-2012.
Como director de la Facultad de Derecho ejecuté un programa de modernización que incluía un nuevo plan de estudios de la licenciatura en Derecho, el estudio de idiomas, la vinculación con los estudios de posgrado y el manejo de las herramientas tecnológicas disponibles en apoyo a los procesos de enseñanza-aprendizaje. El mejoramiento de las instalaciones, edificios, aulas, auditorios, baños y la construcción de una cafetería fue posible acudiendo a los egresados de la Facultad para solicitarles su apoyo económico y, desde luego, gracias al importante apoyo que recibimos de la Fundación unam, sin el cual no hubiera sido posible lograr la modernización de la infraestructura de nuestra Facultad.
Aprovecho este espacio para felicitar a la Fundación unam por su 30 aniversario y manifestar a sus directivos, en especial, al licenciado Dionisio A. Meade y a la licenciada Araceli Rodríguez, presidente y directora ejecutiva, respectivamente, por todo el apoyo que han dado a muchos miles de estudiantes que han realizado con éxito sus estudios profesionales, y a la Universidad Nacional Autónoma de México, que también se ha beneficiado con el apoyo de la Fundación.
Exdirector de la Facultad de Derecho