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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Para el escritor y crítico literario Armando González Torres, uno de los grandes retos de las sociedades contemporáneas es preservar la diversidad de las artes. A propósito de la aparición de su libro La lectura y la sospecha. Ensayos sobre creatividad y la vida intelectual, el escritor asegura que la sociedad, el sector público y también el sector privado deben preservar las artes.
“La cultura no puede depender de la ubre estatal solamente, yo creo que tanto el sector público, el sector privado, y la sociedad en general, tienen este reto de preservar la diversidad cultural para las generaciones que vienen, y ese es uno de sus grandes desafíos”.
En este libro publicado por Cal y Arena, González Torres reúne ensayos que analizan el acto creativo y las soberbias y trampas de la vida intelectual. Desde la crítica, la autocrítica y la reflexión aguda e irónica, el también poeta asegura que si no hay apoyos desde todas las vertientes, hay expresiones que no sobrevivirían. “Las artes llamadas ‘de invernadero’, como la danza, difícilmente subsistirían sin determinados apoyos, ya sea privados o públicos; es también el reto de determinadas proyectos literarios que jamás van a tener el apoyo del mercado pero que, sin embargo, son muy importantes para el avance de las artes”, señala.
A partir de ensayos sobre los rituales creativos, creación e intoxicación, el hombre culto, los genios, el plagio, la creación y el fraude, la bohemia, la mitología del crítico y la soberbia intelectual, entre muchos otros temas, Armando González Torres da cuenta de la intelectualidad y el arte, pero también de las distintas formas de creación.
“Cada quien tiene su manera de encarar la creación, hay para quienes la sociabilidad literaria es fundamental, para quienes la conversación es parte de su materia prima, y hay al contrario quienes deciden aislarse; para mí la conversación, la tertulia, las formas de convivencia alrededor de la letra, del pensamiento, del arte, han sido fundamentales en mi formación, y precisamente este libro es ese testimonio de cómo he vivido yo la creatividad en la esfera individual, pero también cómo la he vivido en la esfera social”, señala el autor de La pequeña tradición y Las guerras culturales de Octavio Paz.
González Torres asegura en entrevista que este libro es una mirada a todas las facetas de la creatividad y de la vida intelectual desde las formas de inducción creativa, las rutinas de trabajo y las formas de inspiración, que a veces llegan a través de las drogas, el alcohol o los paraísos artificiales; pero también es un libro sobre la sociabilidad literaria, las patologías de esa sociabilidad literaria, las formas de percepción del arte y la creación.
Apoyado en una bibliografía amplia y muy variada de artistas, filósofos y sociólogos que han pensado estos temas, Armando González Torres reflexiona con ayuda de las distintas formas del ensayo, desde la crónica, la parodia y la miniatura; pero también reseñas de libros muy serios, retratos narrativos de personajes pintorescos y grotescos de nuestra vida cultural, “dentro de los cuales por supuesto me asumo yo mismo porque no estoy condenando ni soy un dedo flamígero, soy parte integrante de esta fauna tan pintoresca y variada que es la república de las letras y en general la república del arte”.
Dice González Torres que el acto creativo ha cambiado profundamente en estos tiempo debido principalmente a dos cosas: por un lado, la tendencia cada vez mayor a la profesionalización y a la industrialización de la creación y, por el otro, al avance tecnológico y, particularmente, la revolución informática: las redes, los teléfonos inteligentes y las posibilidad de comunicación e interacción.
“El gran peligro de la creación es el empobrecimiento y la tendencia general puede ser esa, pero si uno ve las cosas con un poco de optimismo, por ejemplo en las redes sociales a la vez que circulan mentiras, banalidades, frivolidades increíbles, puedes encontrarte de repente espacios de convivencia intelectual que serían inimaginables de otra manera”, dice el poeta.
El autor de los libros de aforismos Sobreperdonar y Salvar al buitre, asegura que las redes sociales son un fenómeno ambivalente, un espacio donde lo mismo puede haber mucha polarización, mucho pensamiento basura, pero donde también se pueden encontrar afinidades e impulsan la expresión, sobre todo en redes que tienen una restricción de caracteres como es Twitter. “Creo que esa exigencia de condensación puede ser muy útil creativamente. Gracias a Twitter, grandes tradiciones del pensamiento de Occidente que han permanecido en el margen, como el aforismo y otras formas de pensamiento y literatura fragmentaria, pueden tener un nuevo auge”.
El escritor que en 2015 obtuvo el Premio Nacional de Ensayo “Malcolm Lowry” asegura que las redes pueden ser muy creativas y ser un espacio de encuentro extraordinario, “por supuesto tu eliges tus interlocutores y eliges tus debates. Yo trato de evitar la coyuntura política y me concentro en la creación y en el intercambio de intereses exclusivamente estéticos”.