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La ópera de La Scala de Milán prescinde del director ruso Valeri Gergiev , que debía ofrecer varios conciertos hasta el 15 de marzo, debido a que no ha condenado la invasión de Ucrania por parte de Rusia como se le había pedido.
"No creo que vuelva, ahora mismo creo que podemos excluirlo", explicó a los medios el alcalde de Milán (norte de Italia), Giuseppe Sala, presidente también del Consejo de Administración de ese teatro lírico.
El jueves La Scala pidió a Gergiev, amigo personal del presidente ruso Vladímir Putin, que expresara públicamente su posición a favor de una solución pacífica en Ucrania o, de lo contrario, sería sustituido.
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Pero "el maestro no ha respondido", afirmó el regidor.
Gergiev estrenó el pasado miércoles en Milán una "Dama de Picas" de Chaikovski , que debía representar hasta el 15 de marzo, y ahora habrá que encontrarle un sustituto para la próxima cita, el sábado.
El maestro -de 68 años, uno de los más prominentes embajadores de la cultura clásica rusa y director del Teatro Mariinsky de San Petersburgo- viajó la semana pasada a Nueva York para ofrecer en el Carnegie Hall un concierto con la Filarmónica de Viena, pero también fue vetado, al igual que el pianista Denis Matsuev.
Quien sí ha manifestado su posición contraria a la guerra en Ucrania ha sido la soprano rusa Anna Netrebko, frecuente en los teatros italianos, aunque lamentó que se obligue a los artistas a exponer sus opiniones políticas.
"Me opongo a esta guerra. Soy rusa y amo a mi país, pero tengo muchos amigos en Ucrania y el dolor y el sufrimiento en este momento me rompen el corazón. Quiero que termine esta guerra y que la gente pueda vivir en paz. Esto es lo que espero y rezo", escribió en las redes.
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No obstante, lamentó que se tenga que "obligar a los artistas o cualquier figura pública a expresar sus opiniones políticas y denunciar que su patria no actúa bien".
"Esto debería ser una elección libre. Como muchos de mis colegas, no soy una personalidad política ni una experta", zanjó.
Este fin de semana el "Bel canto" ofreció una imagen de paz y reconciliación, cuando al término de una "Aida" en el San Carlo de Nápoles (sur de Italia), la ópera más antigua de Europa, la soprano ucraniana Liudmyla Monastyrska y la mezzosprano rusa Ekaterina Gubanova se abrazaron, entre los aplausos de los asistentes.
melc