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Maningrida
, una remota comunidad aborigen en el norte de Australia, con sus más de 2 mil 300 habitantes que hablan hasta 15 lenguas y dialectos, es tan lingüísticamente diversa como cualquier gran capital del mundo.
En 2019 se celebra el Año Internacional de las Lenguas Indígenas y los pueblos originarios de Australia tienen una riqueza lingüística, y rasgos sociales y culturales similares a los de la Amazonía latinoamericana y otros lugares en el mundo.
"Puedo escuchar y entender djinang porque es la lengua de la madre de mi padre. Y (del lado de) mi padre y mi tía, (y) el padre de mi padre nuestra lengua es yan-nhaju", le explica Abigail Carter, una educadora de Maningrida, a la experta en lenguas indígenas Jill Vaughan, de la Universidad de Melbourne.
Foto: EFE/Jill Vaughan
Según cuenta Vaughan, esas palabras se las dijo en lengua burrara, una de las siete que habla Carter.
En Maningrida, una pequeña localidad situada a 500 kilómetros al este de Darwin, en la región de Arnhem Land, se hablan 15 lenguas y dialectos, aunque no se tienen datos exactos de cuántas lenguas exactamente usa cada uno.
Pero, en Maningrida, cuyos dueños tradicionales son los kunibídji, "mucha gente habla 3 o más", dijo Vaughan en una entrevista con Efe.
Las grabaciones realizadas en los 1970 revelaron por ejemplo que un dependiente de un supermercado local utilizaba cinco lenguas en las interacciones con sus clientes a lo largo del día, mientras que en otro registro efectuado durante una gran final de rugby en 2015, se hablaron 9 lenguas distintas, apunta Vaughan.
Maningrida, cuyo nombre proviene de la versión anglófona de Manayingkarírra, fue creada como un puesto comercial en 1949 y doce años después fue convertido en un asentamiento de beneficencia social, a donde llegaron indígenas de varias zonas aledañas.
Vaughan explica que esta comunidad indígena y la de Warruwi (en la isla Goulburn), en el norte de Australia, son "zonas calientes" por su diversidad lingüística, aunque "desde hace mucho tiempo, muchas de las lenguas las hablan pocos centenares de personas".
"En la mayoría de las comunidades del norte de Australia, una lengua única es la que se ha convertido en dominante. Generalmente es el inglés o el kriol, pero también en algunos casos es una lengua tradicional como pasa con el murrinhpatha en la comunidad de Wadeye", puntualizó la investigadora.
Vaughan considera que la atípica diversidad lingüística de Maningrida tiene que ver mucho con el origen de la comunidad.
"Por ejemplo, Maningrida nunca fue una misión, por lo que nunca se ejerció una fuerte presión para que se use una lengua única (como en otros lugares). Aun así, es muy poco usual que se mantenga esta diversidad (lingüística)", precisó Vaughan.
Pero el ser políglotas en las comunidades aborígenes va más allá del sentido práctico y cotidiano.
El uso de varias lenguas está entramado en las complejas redes familiares de los primeros habitantes de Australia, que pueblan ese territorio desde hace más de 50.000 años, y las formas propias de transmitir sus conocimientos ancestrales y su cultura.
Para los indígenas, la lengua está muy conectada a la tierra.
A través de estas conexiones, la lengua se vincula a los clanes, a los sueños, sus historias de creación y las prácticas culturales.
Asimismo existen creencias u normas de cómo utilizar la lengua, lo que refleja el inmenso valor cultural que tiene,
"Un individuo hereda la propiedad y la custodia de un territorio determinado, y con ello un clan y un idioma. Esto se hereda a través de la línea del padre, y por eso hay una fuerte creencia en Maningrida de que se debe usar el lenguaje del padre ", indica la investigadora.
"Pero los idiomas de otros miembros de la familia también son importantes para los individuos, ¡y muchos de ellos pueden ser numerosos! Debido a que el lenguaje está tan ligado al lugar, se usa en canciones, narraciones y ceremonias para reconocer y celebrar las muchas regiones a las que se conectan estas prácticas", acotó.
akc