Guadalajara, Jal.— Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956), el ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2022 que fue anunciado ayer, asume la escritura como esa posibilidad de ser él una herramienta para la literatura, “nunca sé en realidad qué es lo que voy a escribir, pero lo que sí sé es que nunca hago concesiones, yo escribo aquello que para mí es cierto y es auténtico y que yo sé que tengo que hacer”, aseguró el poeta, narrador, ensayista y crítico literario quien insistió en que él no escribe los libros, sino que los libros lo escriben a él, pues él ni siquiera piensa en si va a escribir un poema o un libro o un cuento corto.
“Me siento en mi escritorio a escribir y escribo a mano; me pongo a escribir sin pensar cuántos ejemplares de libros he vendido o cuánto dinero voy a ganar, para mí, al contrario, sentarme a escribir es una dicha y es un placer y ese es mi principal recompensa”, afirmó en conferencia virtual desde Budapest el autor de obras indispensables de la literatura contemporánea como Nostalgia, Solenoide, Cegador, Travesti y la trilogía Aripa, durante el anuncio del premio que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Sin reconocer la evolución de su literatura con el paso del tiempo, más bien asumiendo que siempre está escribiendo el mismo libro, Mircea Cărtărescu sostuvo que desde 1973, cuando tenía 17 años y empezó a escribir su diario personal, mantiene el mismo estilo de escritura porque para él las frases, las expresiones son muy poderosas por sí mismas, incluso en tiempos de cambio social como los que vivió Rumania, su país, cuando superaron el comunismo y la dictadura para llegar “al mundo libre”.
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Aseguró que tanto sus compatriotas escritores como él mismo pasaron por todos esos cambios, pero se mantuvieron fieles a ellos mismos. “Para mí escribir es un proceso interior, siento que mi cuerpo sigue siendo una gran mano al servicio de ideas que me llegan. Siento que no soy yo el que escribe, si no que mi cuerpo es un instrumento, que mi cuerpo es un objeto. En ese sentido yo no veo que mi obra se vea influida por las circunstancias políticas o por las circunstancias sociales. Yo diría que mi estilo de escribir siempre se ha mantenido en mí”.
En el anuncio del galardón que estuvo presidido por Raúl Padilla, presidente de la FIL Guadalajara, y por Ricardo Lomelí, rector de la Universidad de Guadalajara, Mircea Cărtărescu señaló que en los tiempos de pandemia y en los tiempos de las guerras injustas, la poesía está ahí para ayudar a las personas en situaciones difíciles. “Necesitamos mucho a la poesía. La necesitamos no únicamente porque nos pone en contacto con las letras sino también porque nos pone en contacto con la empatía, con el valor y con la humanidad en estos tiempos tan difíciles”.
Considerado por la crítica como el escritor rumano más importante de la actualidad y un posible ganador del Premio Nobel de Literatura, Cărtărescu afirmó que en tiempos de tristeza y en tiempos de desastre, “la humanidad necesita contactar con su espiritualidad, contactar con la cultura, con las artes, con la literatura, con la poesía, ayudar al ser humano a sobrevivir las crisis, dándole una gota de belleza, una gota de entendimiento, una gota para que las personas se comprendan entre sí”.
La poesía es necesaria
Observador de su realidad, el escritor rumano que ha publicado más de 30 libros y ha sido traducido a 23 idiomas que le han dado los premios literarios más prestigiosos de su país, asume la poesía como el centro supremo, donde no es ni una manifestación aislada ni un simple encadenamiento de metáforas, sino al contrario, “para mí la poesía es la manifestación de la labor humana”, dijo y agregó que la poesía está presente en todos los campos del conocimiento.
Incluso señaló que los poetas no escriben poesía, “los poetas lo que hacen es entrar en el estado del alma, de la ingenuidad que tienen los niños, alejándose de los valores, de los círculos de poder, de los sueños de ser una celebridad; realmente el poeta es aquel que mantiene la ingenuidad de un niño y que siente el ritmo del universo”, afirmó el escritor que ha recibido el Premio Austriaco de Literatura Europea, el Premio Leteo, por toda su obra, en León, el Premio Thomas Mann de Literatura y el Premio Formentor de las Letras.
El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2022 resultó ganador, por mayoría, entre las 80 candidaturas, en las que se postularon a 67 autores de 18 países. El galardón, que está dotado con 150 mil dólares estadounidenses, le fue concedido por “ser un escritor multifacético que se inserta en la tradición de la literatura mundial”, interpelando desde lo onírico y existencial a sus lectoras y lectores en todo el mundo.
Entre lo onírico y el surrealismo
“Para mí los sueños son una parte muy importante de mi vida, el arte del sueño lo aprendí de mi madre”, dijo el narrador y poeta que ha visitado en dos ocasiones México. Contó que su madre, quien actualmente tiene 93 años, es una maravillosa soñadora que les enseñó a su hermana y él a escuchar sus sueños, y los de ella eran sueños extraordinarios, aún cuando ella no tuvo una educación formal porque era una campesina, pero era una soñadora muy poderosa.
“Para mí, cada día comienza justamente con anotar en mi diario mis sueños… para mí los sueños no son algo irreal, no son algo místico, al contrario, para mí son algo muy real y son la base para mis cuentos cortos y mis novelas; de hecho cambio muy poco de mis sueños cuando escribo mis cuentos cortos o mis novelas. Para mí la vida onírica es sumamente importante. La gente en general tiende a descartar sus sueños, a no hacerles caso. Para mí, al contrario, los sueños son lo que hacen nuestra realidad, de hecho la realidad es parte de este mundo onírico y es algo que a mí me mantiene con vida”, afirmó el poeta y narrador.
Justo ese hilo conductor que va desde el surrealismo europeo al romanticismo alemán, todo aquello que tiene que ver con reflejar en la literatura el mundo de los sueños, es lo que también ha tomado Mircea Cărtărescu de la literatura latinoamericana y mexicana.
“Tengo una gran admiración por la literatura latinoamericana, que sin duda alguna ha influido mis propios libros”, dijo el narrador que señaló que México es un país fascinante, “el primer contacto que yo tuve con México fue a través de la novela, cuando tenía 20 años leí Terra Nostra, de Carlos Fuentes, desde entonces me enamoré de México; para mí, México tiene un aspecto barroco, que encuentro muy bello, mágico y fantástico y todo lo que se relaciona con la literatura de México ha influido en mi obra”.
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