A lo largo de la conversación, Magali Lara habla de revisar. Acude a la palabra cuando explica cómo en su nueva exposición, Toda historia de amor es una historia de fantasmas, coexisten pinturas, dibujos, grabados, libros de artista y una instalación, y dice entonces que aunque estas técnicas tradicionales están “desterradas del canon”, esto nada más sucede en México, por una mala interpretación histórica, y que es hora de que revisemos estos conceptos.
Usa la palabra cuando describe el ejercicio que está detrás de las obras de la muestra; lo llama “sacar los fantasmas, desde la afectividad; que podamos revisar y también revitalizar”.
Magali, quien está por cumplir 65 años, también revisa su historia personal: “Ya tengo mi credencial que dice que soy de la tercera edad… y pensaba en ese videito de Jane Fonda que habla de ‘El tercer acto’, de los años donde ya no eres joven sino que eres vieja, que son bastantes, y cuando entras ahí hay una revisión de tus padres, de tu historia, de dónde vienes”.
No empezaba la pandemia y Lara ya tenía tiempo de pensar en cómo los cuerpos se estructuran a partir de su relación con el interior y el exterior, con el pasado y el presente, un poco guiada por las ideas de Wilhelm Reich. El ejercicio de mirarse y repensar ha marcado su obra.
La muestra reúne en el Seminario de Cultura Mexicana obra reciente. Los fantasmas que ha traído a sus pinturas son por una parte los del amor erótico, “estas estructuras que tú crees que son verdad desde tu propia identidad, y resulta que no son tanto”. Pero va más allá: “Tiene que ver con las historias que me conté yo sobre mis amores, todo tipo de amores, como hija, madre, hermana, novia, esposa, etc.”
Qué narran pinturas y dibujos
Lara confiesa que ha sido importante tener una pintura gestual, desde un cuerpo femenino, con sus experiencias y carencias. A lo largo de su trayectoria las pinturas han sido más viscerales, y los dibujos más mentales. Al preguntarle si unas y otros cuentan historias responde: “Hay muchas maneras de contar historias; no todas tienen un argumento visible; pero tenemos estas formas abstractas de saber el tema, de saber de qué trata”.
Los libros de artista que se exponen son la más clara muestra de la relación de Magali con la poesía. Dos remiten a un accidente de auto que sufrió, y los otros dos parten de un poema de Roberto Tejada, “Pánica Vida”, que ella interviene.
En las pinturas se reflejan temas como lo visceral y la fragilidad. “La fragilidad es un lugar importante y fecundo; como el desamparo, te obliga a mirar lugares que no habías querido mirar. No es fácil, no es una situación cómoda, por eso le tenemos tanto miedo. El ser mujer y la fragilidad, en este país, va junto con pegado. Lo he hablado con amigas: cuando éramos jóvenes teníamos miedo a que nos violaran, no a que te mataran o desaparecieran, es muy diferente. Sin embargo, justo esa fragilidad que está inscrita en el cuerpo de nosotras nos puede hacer ver estrategias distintas. Hay una tradición en poner en lo frágil el acento que nos descubre cosas importantes de nosotras, empezando por Frida Kahlo, y María Izquierdo, Rosario Castellanos y Elena Garro. Y lo visceral es lo otro, esta experiencia interna del cuerpo cómo se vive. El Covid nos ha puesto en el primer plano este mundo de adentro, visceral, los miedos, las aprehensiones, las ganas de no hacerse cargo… Creo que la pintura, su agarre, su belleza, tiene que ver con ese vínculo que haces cuerpo a cuerpo”.
El papel de la cultura oficial
Aunque hubo un periodo en los 90 donde las obras de artistas de la generación de Lara no fueron muy vistas en museos, ella plantea que hay que cambiar los paradigmas porque la historia de que una generación desaparece a la otra no es una nueva: “O sea que los de los 90: ‘aguas’, porque ahí vienen los dosmiles. La gente joven está muy interesada en la pintura, en la parte gestual, la más visceral, porque su realidad es otra, y su necesidad es la de explicar su momento. Pero es un hábito que tiene que ver con la construcción ideológica del Estado mexicano, y eso tiene que cambiar. Siqueiros dijo: ‘No hay más ruta que la nuestra’. Yo no creo que tenga que haber una sola ruta, hay muchas y la conversación sobre las varias rutas es útil y nos hace conocernos mejor”.
Lara, gestora, maestra y quien forma arte de un nuevo proyecto de pedagogía y arte, Mutua, impulsado por creadoras e investigadoras, opina que aunque las artistas jóvenes están mejor armadas, también como las de su generación, tienen dificultades. “En esta cultura mexicana no es fácil que se le respete su autonomía a una mujer, hay una especie de sobresexualización de todo, y creo que puede ser peligroso”.
Defiende la independencia de los artistas, incluso aunque colaboren con el Estado. “Es una vergüenza que no exista apoyo a los museos cuando están los proyectos, vemos toda esta gente trabajando, matándose por lograrlo, pero no hay dinero o manera de que puedan conseguir lo que se necesita. Y sí hay una especie de cúpula en la cultura que no está viendo lo que se supone que tendría que ver... Pero también creo que nosotros como artistas tenemos que empezar a gestionar espacios más independientes; en los 70 tenías que hacer todo, el museo te daba el lugar, no te pagaba absolutamente nada. Y no estoy en contra de las becas, soy parte del Sistema, pero es importante pensar en otras maneras de colaboración. Tenemos Mutua, por ejemplo, una experiencia incierta, pero también es una experiencia de convocar y de tener una posibilidad económica”.
—¿Acompañan el gobierno actual y la Secretaría de Cultura las luchas de los artistas?
—Hay mucha gente en el gobierno que es feminista y que hace un esfuerzo enorme para dar visibilidad, pero culturalmente se ha privilegiado un proyecto que todos sabemos cuál es; no siento que nos sintamos la mayoría de los artistas reconocidos, partícipes y beneficiarios de él. Eso es muy triste porque la comunidad apoyó este gobierno, pero todo el dinero y el esfuerzo están en ese proyecto que nos parece que no es el que necesita en este momento la sociedad.
Frase
"Es una vergüenza que no exista apoyo a los museos cuando están los proyectos (...) Y sí hay una especie de cúpula en la cultura que no está viendo lo que se supone que tendría que ver”. Magali Lara. Artista
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