"La película ' Santa ' representa "a la mujer que no queremos ser más, la mujer que no queremos que sea más representada en el cine ... es la visión masculina de lo que implica ser mujer y ese es un discurso muy viejo", indica la doctora en Comunicación y Cultura, Ileana Díaz Ramírez.
El 30 de marzo de 1932 se estrenó en cines nacionales la cinta "Santa", dirigida por Antonio Moreno y protagonizada por la actriz oaxaqueña, Lupita Tovar y con este filme se inauguró oficialmente el cine sonoro en nuestro país.
Basada en la novela homónima de Federico Gamboa escrita en 1903, la película relata la cruda historia de una bella mujer que tuvo que abandonar su pueblo natal tras ser difamada por un hombre, rechazada por su familia también, se vio obligada a trabajar en un burdel para vivir, donde sufre los comportamientos machistas de otros hombres.
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A 90 años de su estreno, "Santa" es considerada un ícono imprescindible dentro de la filmografía nacional. "Santa es un umbral, por eso es importante más allá de la historia y los estereotipos... La gran tragedia es que por más que quiso ser buena, no pudo. Entonces es una mujer caída y es lo peor que le puede pasar a una mujer, ni siquiera es ser mala, es ser caída", explica la también directora de comunicación de Profot Image & MediaProduction.
Ileana Díaz advierte que esta película hay que entenderla en su contexto. Hasta ese momento la historia cinematográfica mundial estaba contada por los cineastas varones, y la visión fatalista de la vida de Santa responde a la visión simplista que los hombres tenían de las mujeres para representarlas: eran mujeres "buenas" y sumisas, o "malvadas" y peligrosas.
"Cuando nosotros vemos un documento hay que acercarse a él primero entendiendo que es parte de un tejido social y que además pertenece a un tiempo y un espacio. La historia fue escrita por un señor, el guion fue de un señor, la dirección fue de un señor... Hay una teoría del cine 'queer' que explica que la visión del varón a la mujer es siempre de un lado o del otro: o es una mujer fatal o es la mujer angelical y sumisa, y no hay más. Pero es peligrosa siempre porque puede ser buena, pero se puede voltear y eso es una especie de advertencia. Es una visión del cine masculino y entonces 'Santa' representa esa mujer vista por el varón que es mala y que termina mal".
Foto: El Universal, archivo
El paso hacia el cine sonoro
Díaz Ramírez comenta que con la llegada del cine sonoro no solo cambió el lenguaje cinematográfico, sino también la sociedad misma. "El cine es un arte relativamente nuevo, implica un crecimiento en paralelo con la sociedad. La sociedad aprende a ver cine mientras que el cine aprende a hacerse a sí mismo, es una compañía muy linda".
El cine sonoro implicó un cambio de paradigma para directores, actores y el público porque sus estrellas, a quienes estaban acostumbrados solo a ver, ahora también hablaban en pantalla, lo cual les dio un poder fascinante, señala la docente de la Universidad de Londres.
Las actuaciones también dieron un cambio radical con la llegada del sonido, si bien los directores de cine retomaron las técnicas de actuación del teatro, el cine se fue ajustando: "los directores empezaron a entender que el lenguaje cinematográfico es diferente y las primeras películas de género había demasiada gesticulación, eran demasiado exagerados porque se estaban entrenando y aprendiendo la actuación... La técnica actoral en cine fue creciendo junto con el público y los directores".
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El papel de "Santa" en la filmografía nacional
Sin embargo, "Santa" va más allá de ser el primer producto sonoro, sino que también incluyó la presencia de figuras que serían fundamentales en el cine mexicano. La dirección estuvo a cargo de Antonio Moreno y uno de los asistentes fue Fernando de Fuentes, quien con el tiempo sería nodal en la historia del cine con filmes como "Vámonos con Pancho Villa" y "El compadre Mendoza".
"La música estuvo a cargo de Agustín Lara y la fotografía, de Alex Phillips, por lo tanto, 'Santa' inaugura con bombo y platillo al cine sonoro y claramente el género melodramático que tanto nos gusta como mexicanos", indica la profesora universitaria.
"Santa" habla mucho de nosotros "esta parte exagerada del mexicano... representa este afán y fascinación por victimizarnos y por hacer del otro una figura de sufrido. Eso es algo que disfrutamos mucho, regodearnos en el dolor. Es un reflejo de la cultura melodramática, de este amor-odio que como cultura le tenemos a la mujer", señala la doctora en Comunicación y Cultura por el Instituto de Investigación en Comunicación y Cultura.
melc