Chica con libro y perro
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Las daneses adoran el hygge.

El hygge puede significar leer un libro mientras te acurrucas bajo la manta o pasar una noche acogedora con tus seres queridos riendo a la luz de las velas con una taza de chocolate caliente.

Pero esta imagen es demasiado idílica. Demasiado perfecta.

¿Qué hacemos cuando el hygge no funciona?

Entonces decimos la palabra mágica, "pyt" (pronunciado "pyd").

Al igual que "hygge", "pyt" no tiene una traducción directa a ningún otro idioma.

Algunas interpretaciones pueden ser "no importa", "no te preocupes" u "olvídate de ello", pero estas expresiones no transmiten el aspecto positivo de la palabra.

La palabra "pyt" se utiliza cuando has aceptado que una situación está fuera de tu control, y aunque te sientes molesto o frustrado no quieres gastar más energía pensando en ello.

Simplemente lo aceptas y sigues adelante.

Dinamarca
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Los daneses tienen fama de ser uno de los pueblos más felices del mundo

"Pyt" también se usa para consolar a otras personas y para aliviar momentos de tensión.

La palabra "pyt" es tan querida por los daneses que en septiembre de 2018 fue elegida como la palabra favorita del país en un concurso organizado por la Asociación de Bibliotecas de Dinamarca

Curiosamente, "hygge" ni siquiera fue una de las palabras finalistas.

Steen Bording Andersen, presidente de la Asociación de Bibliotecas de Dinamarca, cree que esta victoria de "pyt" se debe a que nuestras vidas son cada vez más estresantes y que los daneses quieren tomarse las cosas con calma y relajarse.

"Creo que es una rebelión contra la cultura danesa de quejarse mucho y encontrarle falla a todo", dice Andersen. "Pyt" va en contra de la cultura de la época. Nos recuerda que las cosas podrían ser peores".

La popularidad de la palabra no sorprende a Chris MacDonald, fisiólogo y escritor que se mudó a Dinamarca desde Estados Unidos hace 20 años.

En un fascinante artículo para el periódico danés Berlingske titulado "lo que Dinamarca me ha enseñado sobre la felicidad". escribe:

"Pyt es una de mis palabras favoritas. Es el sonido más positivo que jamás he escuchado y nos recuerda que hay que dejar ir aquello que no podemos cambiar".

"Hay mucho alivio en esa palabra".

Calcetines y nieve
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La palabra hygge ya no es de las más populares entre los daneses

Chris MacDonald descubrió esta expresión cuando estaba aprendiendo danés por primera vez.

"El danés es un lenguaje excepcionalmente monótono", explica. "Es como escuchar a un músico con un rango limitado. Entonces comencé a notar esta palabra. No sólo sobresalía entre las demás palabras danesas, sino que también tenía un buen sonido".

Es cierto que el danés probablemente nunca vaya a ser elegido como el idioma más romántico del mundo, debido a sus muchos sonidos duros y guturales.

Sin embargo, el sonido de "pyt" es suave y delicado.

Cuando entrevisté a MacDonald hablamos sobre cómo normalmente "pyt" se usa para mostrar que has aceptado una situación que, aunque frustrante e inmutable, no es amenazadora.

Parte de eso es, obviamente, el significado de la palabra, pero también la sensación que desprende el sonido "pyt".

Tal y como explica Jonas Jensen, editor del Diccionario Danés, en la fonética danesa "i" e "y" se ven como sonidos más ligeros y optimistas que las vocales redondeadas como "o" y "u".

"Pyt es una palabra agradable de decir", explica.

Pero mientras que el idioma danés está lleno de valles y montañas lingüísticas (según Jensen el "danés no es un idioma, sino una enfermedad de la garganta") el paisaje del país es completamente distinto: Dinamarca es probablemente uno de los países del mundo más aptos para el ciclismo debido a su terreno mayormente llano.

Sin embargo es imposible prevenir todo tipo de accidente, como aprendí a raíz de una pareja británica que decidió explorar Dinamarca en bicicleta hace más de 20 años.

familia en bicicleta
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El ciclismo es muy popular en Dinamarca, gracias a su terreno mayormente plano

Casi al final de sus vacaciones, la mujer se cayó de la bicicleta y se rompió la clavícula.

Resulta que estaban a las afueras de un pequeño pueblo llamado Sønder Omme, a unos 20 kilómetros de Billund (donde se encuentra el parque de atracciones Legoland).

El médico de guardia (mi padre) llevó a la pareja al hospital y avisó a mi madre de que llegaría tarde a casa, así que mi madre sugirió que los invitase a cenar.

Al final del día, aquella pareja no solo había recibido atención médica danesa gratuita y había comido con una familia local, sino que también había aprendido la palabra "pyt" y su poder para aliviar la tensión.

No recuerdo lo que comimos, pero teniendo en cuenta el poco tiempo que tuvo mi madre para preparar la cena lo más probable es que fueran sobras de la noche anterior en unos bonitos platos con mantel y servilletas a juego.

Cuando estábamos todos sentados con comida en nuestros platos y vinos en nuestras copas, mi padre levantó su copa para brindar, y cuando el británico levantó su copa tuvo tan mala suerte que golpeó la botella de vino tinto y el líquido se desparramó por todo el mantel blanco.

Se hizo el silencio. La mujer británica se volvió a su marido con una mirada de profundo disgusto, pero antes de que pudiera decir nada fue interrumpida por mi madre: "PYYYYT med det! (¡No te preocupes por eso!) Lavaremos el mantel mañana".

El resto de la velada fue puro "hygge", y la pareja volvió a cenar un par de días después.

El poder de "pyt" había aliviado la tensión en una situación complicada.

El poder de la palabra también ha sido canalizado de otras maneras.

Se transmite a los niños en la guardería y en la escuela primaria a través del botón "pyt".

Por lo general, esto es solo una tapa de plástico con "PYT" escrito en ella colocada en algún lugar en el centro del aula.

Cuando los niños se sienten molestos por no haber sido los primeros en una carrera o haber ganado un juego se les anima a que pulsen el botón.

Así aprenden desde una edad temprana que no pasa nada por perder y que esto también forma parte de la vida real.

Charlotte Sørensen, maestra principal de Søndervangskolen en la ciudad de Hammel, me dice: "El botón pyt es un invento genial. Para algunos niños, la acción de presionar un botón físico parece ayudarles a despejar sus mentes y seguir adelante".

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Las personas que visitan Dinamarca pueden incluso comprar su propia versión del botón "pyt" en las tiendas locales.

Estos botones de plástico rojos y blancos se parecen a los que presionan los participantes en los juegos de televisión cuando saben la respuesta.

Si lo presionas escucharás la palabra "pyt". Yo recibí uno de lujo por Navidad con una frase grabada que decía "respira hondo, todo va a salir bien".

Esta palabra es especialmente relevante en un país con un clima tan poco de fiar.

A lo largo de los años he participado en muchos planes de parrilla o de piscina que al final no han resultado debido a un cambio del tiempo de última hora.

En esos momentos es cuando se dice la palabra "pyt" y te resignas a que tu plan de playa se convierta en un viaje a la piscina cubierta.

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