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La acusación de plagio contra la dramaturga Estela Leñero viola los derechos de autor de la escritora y periodista Ana Luisa Calvillo, quien ha denunciado el plagio de cerca de 80% de su obra Me decían mexicano frijolero, pero además viola los derechos humanos de Roberto Rangel, el indocumentado originario de Michoacán quien asegura que con su pieza, Leñero lo pone en peligro, pues le adjudica al protagonista —que está inspirado en su historia— el delito de violación incestuosa.
“La señora (Estela Leñero) tomó mi testimonio, tomó cosas de lo que yo escribí, aunque no pone mi nombre, pero ella está usando mis palabras, eso es algo que me puede dañar mucho a mí como persona, eso me puede dañar a mí mucho en México si un día yo lograra salir libre”, asegura Roberto Rangel desde la prisión de máxima seguridad de Soledad, California, Estados Unidos, donde purga una condena por homicidio en primer grado, un crimen que, él asegura, no cometió.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la primera que brinda a un medio periodístico, Roberto Rangel señala que el delito de violación incestuosa es tan grave que de forma inconsciente o irresponsable Estela Leñero lo ha puesto en peligro: “Es tan grave que de alguna manera me pueden hacer daño”.
En el libro Me decían mexicano frijolero (Ficticia Editorial, 2015) Ana Luisa Calvillo ofrece el testimonio de Roberto Rangel, quien fue obligado a trabajar en Estados Unidos como informante para la Unidad Antinarcóticos de la Policía de Fresno, a vender la droga que decomisaba el propio Departamento, sufrió abusos, tortura y violaciones sexuales por uno de los oficiales de policía, y luego fue acusado de homicidio, aun sin evidencias, y sentenciado a 57 años de prisión.
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En No volveré, la pieza que se presentó entre el 1 y el 11 de agosto pasado en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz de la UNAM, dentro del ciclo Movimiento Teatro por la Dignidad, Leñero presenta la historia de “Aurelio”, un inmigrante mexicano, originario de Michoacán, que abusó sexualmente de su hermana y que en Estados Unidos fue obligado a trabajar como informante de policía por un oficial de la “agencia antidrogas” de Fresno, y a vender la droga decomisada por la propia agencia. “Aurelio” estuvo en prisión cuando lo acusaron de la muerte de dos hombres, enfrentó una pena de 50 años de cárcel y sufrió la violación sexual por parte del policía que lo obligaba a vender la droga.
El pasado 20 de septiembre, EL UNIVERSAL documentó la denuncia que Ana Luisa Calvillo hizo sobre que la historia y que las palabras de Roberto Rangel habían sido tomadas por la dramaturga. “Estela Leñero no sólo tomó la historia de mi protagonista, sino que copió diálogos, datos y párrafos de mi obra, y sus personajes pronuncian diálogos textuales de mi obra”.
En la prisión de máxima seguridad de Soledad, California, donde se encuentra desde 2003, Roberto está casi incomunicado pero mantiene relación con su familia, que vive en Michoacán, a través de correspondencia —que por los filtros que debe pasar se vuelve lenta— ,y con uno de sus primos que lo visita de vez en cuando; logra hacer llamadas muy esporádicas y suelen ser breves.
Pero EL UNIVERSAL pudo hablar con Roberto Rangel —con Ana Luisa Calvillo como intermediaria—. Su voz suena bajita, responde de forma pausada pero con seguridad a lo que significa para él que su historia y su testimonio hayan sido tomados por Estela Leñero.
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¿Cómo le afecta el que su historia esté en el teatro y modificada?
En mi proceso no me afecta en nada porque el proceso que está escrito en la Corte está basado sólo en el crimen que se cometió esa noche (9 de junio de 2001), no se habla de más nada de lo que yo escribí en el testimonio. Pero en lo que sí puede afectarme es que si eso (la violación) se llega a propagar, muchas personas aquí dentro en la prisión, en el lugar donde estoy, no miran con buenos ojos a una persona que trae una acusación de esa magnitud.
¿Estando en prisión es muy grave que se le atribuya un delito como la violación?
Nomás imagínese que es tan grave que en la prisión matan a los que lo cometen; hay a muchos que los han matado aquí nomás por un rumor de que traen este tipo de crímenes, aunque no haya pruebas.
¿Cómo se siente de que su testimonio haya sido llevado al teatro sin permiso y le hayan adjudicado el delito de violación?
Me siento mal por varias razones, por la forma en que la escritora está cambiando mi testimonio y está usando básicamente las palabras mías para hablar de una violación, eso se me hace muy mal por parte de la escritora; otra cosa que me parece muy mal es por qué la escritora no le pidió permiso a la señora Ana Luisa Calvillo, sabiendo que ella tiene los derechos del testimonio que yo le di.
Usted esta tratando de demostrar que es inocente y víctima del sistema legal estadounidense, ¿con el tratamiento de esta obra se siente víctima en México?
Claro que sí porque la señora está inventando algo que no es, está inventando algo de lo más malo que pueda existir para un ser humano, eso que ella le está añadiendo al testimonio que escribí es, para serle honestamente claro, acá adentro en la prisión, lo peor que puede existir.
¿Actualmente tiene un proceso abierto para ser liberado?
No tengo ningún proceso ahorita. Existe la posibilidad de que se abra mi caso, pero solamente con un abogado porque el testigo principal que testificó que yo había disparado fue pagado por la fiscalía para que dijera eso, es un testimonio falso, y ese testigo está dispuesto a testificar en la Corte. Yo tengo el testimonio de él, de José Magaña ante notario, de que fue amenazado por el fiscal Roberto Romanacce y el detective Epifanio Cárdenas para que me acusaran.
¿Sigue escribiendo su historia?
No, lo que he estado haciendo es trabajando sobre mi caso porque yo me tengo que presentar ante los comisionados el día 13 de mayo de 2029 para ver si me encuentran elegible para salir, pero eso no da ninguna garantía de que lo dejen salir a uno y si no me dejan libre aquí me tengo que quedar de por vida.
¿Si usted pudiera hablar con Estela Leñero, qué le diría?
Le diría que tuviera un poquito más de cuidado con lo que escribe, porque no puede ser que por las ganas de presentar una obra o de contar un testimonio dañe a personas, para mí eso es muy grave. A veces los escritores no consideran a las personas, el problema es que parece que no los conocen. En realidad ella no se percata de lo que puede provocar cambiando las palabras o haciendo otro tipo de escenas dentro de lo que yo escribí, se me hace algo fuera de lo normal, no sé lo que esta señora tenía en mente. Se me hace raro que una persona que tiene estudios, que se maneja bien, haga esto.
¿Cómo se siente, qué ha pasado por su cabeza?
Yo no me siento tranquilo porque uno no puede saber lo que puede pasar el día de mañana, hay muchas personas que no se ponen a pensar si es verdad o no lo que se está diciendo y dañan a la gente; yo he mirado en las noticias que en México la misma población ha agarrado por ejemplo a dos personas que al parecer querían secuestrar a un niño y los quemaron vivos, luego resultó que era una equivocación; lo mismo me puede pasar a mí.