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La novela policiaca se fortalece en América Latina en donde crece un movimiento muy intenso con un gran interés en los lectores y en los nuevos narradores, aseguró el escritor mexicano Élmer Mendoza , quien presentó su obra Asesinato en el parque de Sinaloa , en la Feria Internacional del Libro de Cali .
Mendoza, a quien la crítica lo considera “ el patriarca de la novela negra mexicana ”, dijo en entrevista con Notimex que el género está muy fuerte en México y el resto de América Latina y sin pretenderlo “hemos creado un movimiento muy intenso”.
“ Creo -señaló- que hemos despertado el interés en los novelistas jóvenes . Ahora mismo en todos los cursos que doy los novelistas van por la novela negra. Vengo de una gira por España y una de las preguntas fue a qué se debía la fuerza que ha tomado la novela negra en México y América Latina”.
El autor de Besar al detective y Balas de plata dijo que no tenía la respuesta al buen momento que tiene la novela negra en América Latina, pero cree que este fenómeno “ha ocurrido porque hemos tomado el género muy en serio, le hemos dado estatuto de literatura de calidad, antes se consideraba un género menor”.
La novela policiaca ya es catalogada como “ literatura de calidad y se debe a que los autores utilizamos técnicas contemporáneas para crear nuestro personaje , las atmósferas narrativas para contar nuestras historia. Yo creo que la novela tiene un nivel muy distinto. Y eso se nota porque nuestras novelas difícilmente pueden ser best seller”.
En su opinión, “ siempre hay otros asuntos muy fuertes porque a los lectores de otras lenguas, de otras regiones se les dificulta . Literalmente tiene que ver con el estilo, el trabajo de algunos factores regionales que son muy poderosos en nuestras narrativas. Factores regionales puede ser el lenguaje”.
Por ejemplo “leer a Mario Mendoza implica cierta actitud de complicidad para comprender la forma como él maneja el lenguaje de la calle en Colombia. Y al final se convierte en un placer”.
Es algo que “realmente hacemos todos los escritores de Buenos Aires, Santiago de Chile, los peruanos, colombianos, nosotros los mexicanos. Ahora tenemos un poderoso aliado que es Sergio Ramírez en Nicaragua. Me encantan sus novelas y creo que son muy vivas”.
Sergio Ramírez es “un recuperador del corazón de Nicaragua, del corazón que sufre, el corazón que disfruta, del corazón que vive. Yo creo que el nivel que alcanzan sus novelas policiacas como Detective , Los Dolores Morales , hacen que estemos bien representados con la novela negra de este hombre tan maravilloso”.
En México el género “tiene una evolución muy fuerte. La amplitud de temas, la amplitud del momento que no solamente contamos el presente, sino también el pasado. Contar el presente requiere de otras habilidades porque el presente es realmente de los periodistas”.
Pero -agregó- “conseguir hacer ficción a partir del presente, se requiere de otras habilidades y de otras consideraciones técnicas que los autores tenemos y lo estamos consiguiendo para bien de nuestra literatura”.
El escritor mexicano también se refirió a la influencia del Nobel Gabriel García Márquez y aseguró que el autor de Cien años de soledad es “El Santo Mayor porque se venció a sí mismo. Vencerse así mismo fue como consiguió momentos originales en todas sus novelas y eso es lo que más me gusta de él”.
García Márquez -anotó Mendoza- “no tuvo miedo porque hay muchos novelistas de nuestro continente que cuando llegan a cierto nivel les da miedo y ahí se quedan y Gabo nos puso ese ejemplo: no hay que tener miedo”.
En Europa podrán decir que se alejan la literatura de América Latina, pero menos de García Márquez, Mario Vargas Llosa , Juan Rulfo, Fernando del Paso , Julio Cortázar, es decir a “ nuestros autores mayores no los puede despreciar nadie porque su obra no es despreciable en ningún aspecto ”.
“Lo curioso es que nosotros nos hemos convertido en sus herederos porque desde luego mi novela favorita de Gabo es El amor en los tiempos del cólera y tiene mucho que ver con los aspectos de la novela policiaca", indicó.
Señaló que la otra novela de García Márquez, a la que le aprendió es El otoño del patriarca . “Cuando apareció esa novela era considerada muy difícil, pero digamos: es una novela que tiene un ritmo narrativo arrollador que es lo que nosotros utilizamos. También tiene una utilización de aspectos lingüísticamente catológicos que a veces son muy necesarios en la novela negra”.
Explicó que la violencia verbal para que tenga un efecto dentro de la literatura tiene que ser bien expresada en el momento preciso, y esto es lo que logra García Márquez en su obra y en particular en El otoño del patriarca .
Esta fue una de las enseñanzas que Mendoza aprendió del Premio Nobel colombiano y subrayó: “yo me quedé asombrado cuando leí esa novela ( El otoño del patriarca ), pero fue una cosa muy extraña. Recuerdo que esa edición en la portada tenía la foto de él”.
Otra cosa es Cien años de soledad , “es como la relación del mundo real pero también mezclado, entregado con el mundo mágico. El tema de las mariposas, pero sobre todo cuando Mauricio Babilonia entra por el techo de la casa de la chica. Eso solo lo puede lograr un genio. Gabo es un gran maestro”.
“Cada vez me entero de más cosas de él (Gabo), de sus hábitos personales. Hace poco conocí a su taxista y él me contó cosas bien lindas. No lo digo ahora porque voy a escribir un artículo sobre eso. Pero es un hombre fascinante aparte de un escritor”, enfatizó Mendoza.
nrv