La cuarta edición de la Kochi-Muziris Biennale , que se describe como el mayor evento de arte contemporáneo de la India, abre hoy con propuestas de artistas de los cinco continentes sobre "Posibilidades de una vida no alienada", un viaje a través de los intentos y fracasos de las vidas utópicas.
La exhibición que se mantendrá hasta el próximo 29 de marzo en la ciudad sureña de Cochín, "es una mezcla de pinturas de algunos artistas, instalaciones, esculturas, trabajos de vídeo y actuaciones", explicó a Efe Manoj Nair, coordinador de la cita, organizada por la Fundación Kochi Biennale, proyecto sin ánimo de lucro dedicado a promover el arte en el país asiático.
La exposición estará a cargo de la comisaria Anita Dube (Lucknow, 1958), la primera mujer en obtener este puesto en la cita del arte en Cochín, una artista contemporánea con obras altamente críticas y políticamente determinadas, y cofundadora de la asociación internacional KHOJ.
La curadora ha elegido obras de artistas de decenas de países para llevar el hilo conductor de la bienal, la "Posibilidades de una vida no alienada", que reflexiona sobre formas de vida no sujetas al control de la economía o del poder.
Entre los artistas que exponen sus obras están el dúo cubano Celia-Yunior, las mexicanas Mónica Mayer y Tania Candiani , la sudafricana Tabita Rezaire , el británico Nathan Coley , el australiano Brook Andrew o los egipcios Hassan Khan + Andeel.
También está el español Domènec, que ha seleccionado, junto a Dube, cuatro obras que siguen la tesis de la bienal, y que son "intentos más o menos fallidos durante el último siglo y medio de construir sociedades más utópicas, más igualitarias, más libres", dijo a Efe el español.
La propuesta de arte contemporáneo de Domènec, con 30 años de carrera, se basan en análisis históricos, recopilación de documentos e imágenes que usó luego para construir piezas artísticas.
Se conjuga "la equivocación, lo poético y lo documental, y hablo sobre esos temas, la distancia que hay entre el deseo utópico y el propio intento de realización que lleva al fracaso", explicó.
Su pieza central, "La mano del trabajador", reconstruye con documentos, entrevistas, fotografías, la historia de miles de obreros en Helsinki que trabajaron gratuitamente para levantar un magnífico edificio cultural para un barrio de familias obreras.
La exhibición sobre la construcción del edificio, diseñado por el finlandés Alvar Alto, recoge testimonios de estos obreros de la década de los cincuenta que trabajaron de manera generosa para "mostrar una posibilidad de vida que no estaba determinada por el intercambio de trabajo-dinero", relató.
Para las exhibiciones la bienal ha desplegado las obras en varios lugares de la ciudad, como antiguos almacenes, en intervenciones en lugares abiertos.
akc