Cultura

La magia del daguerrotipo, en el Museo Archivo de la Fotografía

El fotógrafo Arturo Talavera presenta una muestra con 30 daguerrotipos hechos en su trayectoria. Hay sorpresas, como el realizado a la Piedra del Sol

La exposición Opalescencia de lo intangible: daguerrotipos de viaje exhibe el segundo daguerrotipo de la Piedra del Sol, además de otros de piezas prehispánicas. Foto: Carlos Mejía /EL UNIVERSAL
17/08/2024 |02:55
Frida Juárez Bautista
Reportera de la sección CulturaVer perfil

Por segunda vez en la historia se hizo un daguerrotipo de la Piedra del Sol. El primero fue hecho hace 184 años por el francés Louis Prélier y se encuentra en el Museo George Eastman, en Nueva York. Esta imagen se hizo unos meses después de que Jacques Louis Mandé Daguerre presentara el prototipo de daguerrotipo y revolucionara la fotografía. Hoy, el segundo daguerrotipo se exhibe en el (República de Guatemala, #34, Centro Histórico) y fue capturado en 2023 por el fotógrafo Arturo Talavera (Veracruz, 1963).

“Como tal, es la segunda vez que se retrata a la Piedra del Sol en esta técnica, cuando ha sido retratada millones de veces en otras técnicas. Me interesaba (hacerlo) por el simbolismo, porque es parte de la identidad mexicana, pero (el daguerrotipo) no está aquí”, dice Talavera en entrevista. Este vestigio fue fotografiado con autorización del y la imagen fue donada al acervo del Museo Nacional de Antropología.

La foto forma parte de la exposición Opalescencia de lo intangible: daguerrotipos de viaje, donde Talavera presenta 30 daguerrotipos de sorpresas que ha encontrado en su ir y venir.

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Arturo Talavera muestra un ejemplo de cámara para hacer daguerrotipo. Foto: Carlos Mejía /EL UNIVERSAL

En las placas de cobre con recubrimiento de plata se ven plasmadas escenas de la Ciudad de México, como el Zócalo, la fachada del Museo (que fueron donadas por Talavera al recinto) y piezas prehispánicas, así como algunos paisajes urbanos.

Sobre la elección de sus objetivos, Talavera dice que no “intelectualiza” a qué le toma foto, sino que más bien captura aquello que lo impacta visualmente al instante. Algo paradójico, pues el proceso de captar la imagen en daguerrotipo es complejo y largo, ya que puede tardar hasta 40 minutos en captar la imagen, no sin omitir el proceso de preparación de las placas de cobre pulidas en plata, la alquimia con elementos como el yodo, bromo, mercurio y cloruro de oro, ni las implicaciones de cargar con una cámara fotográfica antigua de casi 60 kilos por las calles.

¿Pero por qué liarse con todo este proceso en la era en la que con un simple tap en la pantalla del celular se capturan imágenes?

“Es de los procesos más exactos y hermosos. Tiene varias etapas, que te van dando cierto tipo de estética. Es un proyecto de largo aliento. Ya en la etapa final, los daguerrotipos de alta calidad son hermosos, como un holograma porque la imagen se queda en los polvos. Cuando uno llega a esos niveles de perfección, se da cuenta que no hay proceso más hermoso”, explica el artista que actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores.

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Arturo Talavera muestra un ejemplo de cámara para hacer daguerrotipo. Foto: Carlos Mejía /EL UNIVERSAL

Edgar Hernández, curador de la exposición, señala que el proceso al que se somete Talavera, a quien da el título de “maestro” del daguerrotipo, aleja a la fotografía de la realidad y logra elevarla a la categoría de obra de arte.

La alquimia de la foto

Las oportunidades de capturar una buena foto en daguerrotipo se reducen porque cualquier factor externo podría arruinar la imagen. El resultado es una pieza única e irrepetible, destaca Talavera. Las placas de cobre, aunque se pueden reciclar un par de veces, la preparación tiene un costo de, al menos, mil 500 pesos el puro proceso previo.

Este es un proceso que le ha llevado a Arturo Talavera 18 años en perfeccionar. Tras este tiempo, el artista apenas siente que está dejando de “jugar” y experimentar para finalmente adentrarse a crear las imágenes que siempre visualizó. Incluso para reducir los costos de producción, el fotógrafo aprendió los oficios de pulidor y plateador. Talavera estima que sólo hay 60 maestros en daguerrotipo en el mundo. Y pese a la complejidad, explica que continuará con el daguerrotipo por las reflexiones que le genera sobre la imagen.

“Esto lo veo como el espejo de un portal a otro, con una alquimia que guarda la foto. Siento que encapsulo algo para el futuro”.

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