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Su nombre era lo que menos importaba. El hombre desnudo y crucificado tenía desfigurado el rostro por las llamas sin importar si era el culpable real o no, pues en él se figuraban a todos los delincuentes que amedrentaron a la localidad. Esa es la imagen con la que Adán Medellín empezó a escribir "Acéldama", una obra que a través de un linchamiento en una colonia de la Ciudad de México penetra en la falta de justicia y el hartazgo social ante la delincuencia.
Durante varios años el autor tenía esa instantánea en la cabeza, misma que un día vio y le hizo evocar las calles de su infancia, pero también un interés por entender lo que había ocurrido y que llevó a ese sujeto que estaba torturado y al cual en su libro denominó "El Roñas".
En la obra ganadora del premio Élmer Mendoza 2020 el protagonista es un periodista que trabaja en una revista, pero interesado por el cuerpo del presunto ladrón que parece no importarle a nadie explora el mundo oculto por el brillo de las publicaciones de estilo de vida.
El enfrentamiento con la justicia y la búsqueda de la misma son los detalles que ambientan la novela, asegura Adán Medellín en entrevista con EL UNIVERSAL luego que su relato está inspirado en varios hechos reales, incluyendo un robo que sufrió él mismo como parte de la inseguridad en la capital.
"Sigue habiendo esta gran herida sobre la justicia en México, este deseo de tomar en tus manos la justicia cuando ves que las autoridades a tu alrededor no son capaces o no tienen los medios ni la intención de tomarlo en sus manos", dice el autor.
Los linchamientos, de acuerdo con el autor, ganador de otros reconocimientos como los premios Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2017 y de Ensayo Literario José Revueltas 2019, ocasionan una mayor cantidad de agresiones que luego devienen en una avalancha de rencor colectivo que a su vez desemboca en la gente que habita las zonas, de por sí afectadas por la desigualdad latente.
"Pensamos que hacemos justicia con el linchamiento, pero vendrán nuevos linchamientos, violencias y nuevas formas de destruirnos. Pasa por este gran hartazgo social y frustración, de no saber cómo dialogar y tratarnos de una forma más digna", lamenta el autor de "Tiempos de furia" y "Blues vagabundo".
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Es a partir de esas respuestas sociales, de acuerdo con el también periodista, que a partir de la ira y frustración, que se expone a México como un país muy herido, golpeado y descreído de sus instituciones y de la posibilidad que se haga justicia, pues al no haber una respuesta óptima por parte de las autoridades correspondientes hay una necesidad de sanar de otra forma en vez de replicar las agresiones contra otras personas, pues lo que eso busca es imponer la razón de alguien por medio de acciones intimidantes.
En "Acéldama" esta ira colectiva encuentra su desahogo contra un ser humano que si bien tuvo una mala acción, esto lo condena a la rabia de las personas, pese a que él era una vida perdida por las addiciones, pero que por el amor familiar está en proceso de recuperación.
"¿Cuánto hacemos para reinsertar a la gente o qué tanto nos estorba?", cuestiona el escritor respecto a la posibilidad que tenía su personaje, así como las personas que están en un proceso de volver a formar parte de la comunidad.
La obra de Adán Medellín nos muestra que aquello que creíamos sólo ocurría en lugares lejanos, realmente está vivo en las ciudades grandes, incluso en donde hemos vivido o residimos actualmente; da un reflector a la violencia que se vive cada día ante las denuncias que no son escuchadas y nos terminan enfermándonos y deconstruyéndonos internamente.