San Cristóbal de las Casas, Chiapas.— El lunes 19 de febrero, los dueños del hostal Iguana desmontaron el letrero de la fachada del negocio, con lo que finalizaban un trabajo de 14 años, tiempo en el que recibieron turistas de todo el mundo en sus instalaciones ubicadas en el emblemático barrio de El Cerrillo. Una baja en el número de visitantes a este Pueblo Mágico y la proliferación de “hospedajes clandestinos” llevó a los dueños a cerrar el alojamiento.
Los dueños del hostal dieron a conocer que se sobrepusieron a la pandemia y a los arreglos de las calles en el barrio, que se prolongaron por varios meses, pero esta vez no les quedó más que cerrar sus puertas “por la baja de visitantes” a esta ciudad colonial, como consecuencia “de la inseguridad” que se vive en Chiapas.
De gran riqueza colonial, en su plaza principal se encuentran joyas arquitectónicas como la Catedral, con su fachada barroca; el antiguo Palacio Municipal de estilo neoclásico; los portales; la iglesia de San Nicolás, cuyo estilo representa la arquitectura religiosa colonial de Chiapas; y la Casa de la Sirena, con su fachada de inspiración plateresca del siglo XVI.
San Cristóbal es una ciudad cuyos barrios conservan su identidad a través de sus fiestas y oficios artesanales, entre los que destacan sus textiles, orfebrería, juguetes tradicionales y joyería.
Entre sus fiestas más importantes destacan su Carnaval que incluye festejos y rituales de purificación; así como la fiesta de la fundación de la ciudad, que se celebrará, en unos días, como cada 31 de marzo, con desfiles, juegos pirotécnicos y música de marimbas, pero donde ven muy factible que no llegue el turismo cultural que antes era habitual.
“Hoy en día la carretera a Palenque está cada tanto bloqueada. Orgullosa de su fama mundial de ser peligrosa”, rememoran los administradores del hostal en un mensaje en sus redes sociales.
El hostal Iguana se ubicó “alguna vez en la ruta de viajeros” que después de unos días de visitar las plazuelas, restaurantes y bares de este Pueblo Mágico se dirigían hacia la frontera para internarse en Guatemala. “Hoy no se recomienda”, “¿Para qué arriesgarse?”, advierten. “Hoy los viajeros deciden no seguir más al sur de Oaxaca”.
La presencia de grupos del crimen organizado que se disputan a balazos áreas de venta en los mercados, parques, plazuelas y calles provocó que el Departamento de Estado de los Estados Unidos emitiera hace ocho meses una alerta de viaje para sus connacionales, para que evitaran visitar San Cristóbal de las Casas o circular sobre la carretera Panamericana, en el tramo Ocozocoautla-Las Choapas.
El Departamento de Estado pidió a sus connacionales que, en caso de movilizarse por la Panamericana para visitar San Cristóbal de las Casas y sus alrededores, debían hacerlo siempre ante la presencia del Ejército o Guardia Nacional.
La alerta de viaje se emitió el 24 de junio de 2023, 10 días después de que dos grupos criminales integrados por indígenas tzotziles, que se disputan puestos en los mercados de la ciudad, se enfrentaran a balazos durante más de cuatro horas.
Por esto, el gobierno de los Estados Unidos sugirió a sus connacionales que, en caso de llegar a Chiapas, mantuvieran “vigilancia de su entorno”, “andar con perfil bajo”, “monitorear las actualizaciones de noticias locales” y “tener un plan de seguridad”.
A partir de ese enfrentamiento que dejó al menos un indígena tzotzil sin vida, las reservaciones en hoteles empezaron a caer estrepitosamente, reveló la Asociación de Hoteles de San Cristóbal. Turistas que tenían previsto hacer visitas a los alrededores decidieron salir a cambiar sus boletos de regreso y huir de este Pueblo Mágico.
San Cristóbal, que cuenta con entre 2 mil a 3 mil cuartos de hotel, fue incorporado como Pueblo Mágico en 2003, dos años después de que 14 ciudades fueran declaradas como tales.
La ciudad ingresó junto a Tequila, pero seis años después enfrentó su primera caída de turistas en el 2009, por la epidemia de gripe A (H1N1) que se registró en el país entre abril y septiembre de ese año.
La presidenta de la Asociación de Hoteles de esta ciudad, Guadalupe Moguel Gómez, asegura que la crisis que enfrentan por la inseguridad “es mucho peor” a la que vivieron en la pandemia del Covid-19 hace cuatro años, cuando todo se paralizó de forma global, desde la suspensión de vuelos. “Hoy día estamos peor”, explica.
Hace cuatro años los hoteleros vieron que el mundo se paralizó con el cierre de aeropuertos; la gente estaba guardada en su casa y sin poder viajar, pero ahora ven que todo está en movimiento. “La gente está saliendo a pasear, pero ya no nos viene a visitar”.
La empresaria que representa a 70 dueños de hoteles de un total 160 que hay en San Cristóbal, ve que las cosas van de “muy preocupantes” a “muy alarmantes”. “¿Por qué preocupante?, porque los hoteleros vamos de mal en peor. No hay turismo y cómo va a haberlo si las zonas arqueológicas están cerradas. Allá en la frontera (con Guatemala) también. Si no están cerradas, ya tomó control el narcotráfico”.
Hace dos años que la lucha de los cárteles que se disputan el territorio de Chiapas golpeó a los prestadores de servicios. Pero la inseguridad aumentó en los últimos meses de 2023 y hasta la fecha. “Cada mes que pasa se agrava más: extorsiones, inseguridad, bloqueos; se apoderan de nuestras bellezas naturales, de nuestra cultura. Entonces se vuelve peligroso visitar estas zonas”.
Todavía en diciembre de 2022, los hoteleros registraron ocupación total, pero en diciembre pasado no fue así y ahora, dicen, las reservaciones “están muy bajas”. “Hay hoteles que tienen reservaciones desde el año pasado y cuando salen este tipo de noticias (de violencia) la gente las cancela”.
“Sé de empresarios que ya no pueden más con su nómina y están despidiendo empleados. Uno hace hasta donde puede, pero llega un momento en que no alcanza ni para los sueldos, menos que haya utilidad”, justifica Guadalupe Moguel Gómez.
Aunado a la baja de turistas, los hoteles, restauranteros, dueños de tiendas y otros negocios reciben llamadas de extorsión de grupos criminales, algunos no han caído en la trampa. “A mis oficinas llaman muchas veces, pero tengo una persona que se encarga de darle vuelta a la tuerca en estos casos. Yo no he pagado”, explica el dueño de un restaurante de comida tradicional que pide no ser identificado. Aunque en la Fiscalía no hay denuncias interpuestas por extorsión, esta es la realidad de este Pueblo Mágico.